La Guardia Civil revela que la nueva jefa de campaña de Puigdemont fue su mano derecha en el 1-O

Elsa Artadi
Elsa Artadi, diputada de Junts per Catalunya. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Elsa Artadi, la nueva musa y directora de campaña de JxCAT tras la aplicación del 155, es simple y llanamente la inspectora particular que eligió personalmente Carles Puigdemont para controlar que el golpe de estado separatista avanzaba y que lo hacía a buen ritmo. Las llamadas interceptadas en poder de la Guardia Civil así lo certifican. Ella era una persona tan metida en la maquinaria del 1-O, que tenía poderes delegados por el propio presidente del Govern para exigir al resto de cargos golpistas que avalasen los resultados de sus gestiones y que asumiesen responsabilidades si el ritmo de construcción de la pretendida república catalana no era el deseado por el Comité Estratégico del golpe -la cúpula separatista que encabezaban directamente Carles Puigdemont y Oriol Junqueras-.

Artadi era la mujer de confianza del ex presidente regional, ahora fugado a Bélgica. Tanto, como Marta Rovira era el alfil de confianza del ex vicepresidente autonómico que permanece en Estremera por delitos de rebelión, sedición y malversación. Y ambas, según la investigación llevada a cabo por la Benemérita, estaban totalmente al corriente de todo lo que ocurría. Es más, ambas mandaban sobre la inmensa mayoría de cargos que componían el Comité Ejecutivo encargado por los separatistas de materializar los avances necesarios para romper España y violar la Constitución.

Pero Elsa Artadi es más aún. Porque su ascendente no acaba en Puigdemont, sino que lo hace en las raíces más genuinas de la última fase del golpe separatista. Porque ella fue, igualmente, una de las mujeres de confianza de Artur Mas. Tan de confianza dentro de la vieja Convergencia que se hizo merecedora en plena fase preparatoria del golpe de un cargo público de 82.209,94 euros. Un cargo que le daba, además, capacidad evidente para estar al corriente de muchas cosas en la Administración separatista. Porque ella era la directora general de Coordinación Interdepartamental adscrita al Departamento de Presidencia. Es decir, posiblemente, una pata negra dentro del Comité Ejecutivo del golpe.

Elsa Artadi, 46 años, doctora en Economía por Harvard, y ex directora general de Tributos con Mas-Colell, aparece, así, retratada en las grabaciones de la Guardia Civil como una controladora particular de Puigdemont de cara al 1-O. Y no una cualquiera: una que llegaba a generar cierto miedo entre los segundos mandos del golpe.

Así consta en el informe de la Benemérita aportado ya judicialmente. Una de las llamadas pinchadas y recogida en ese informe, la más significativa, sucede el 30 de agosto y la realiza Josep Lluís Salvadó Tenesa a Raúl Murcia, asesor especial en materia de difusión institucional de la Generalitat. En esa conversación, el delegado de la Hacienda catalana le pregunta a Murcia si “estás en San Vicente con Oriol”, porque “tenemos aquí un problema existencial, importante”. El máximo responsable de crear los mecanismos de recaudación fiscal de la futura República catalana se refiere así al desastre evidente de su supuesta Hacienda catalana, que, a esas alturas, era literalmente una chapuza sin capacidad real de dotar de ingresos a la supuesta Cataluña independiente.

Raúl le responde que “qué problema es, si me lo puedes explicar por aquí”. Salvadó Tenesa se sincera y afirma que “el presidente nos envía a la Elsa [Elsa Artadi] para que le expliquemos cómo está el patio” y “vale, entonces, la situación es que al mes de octubre no hay capacidad”. Pero, pese al ataque de sinceridad entre los dos altos cargos, la solución que adoptan no pasa en ningún momento por confesar que llevan a su gente a un desastre. No. Pasa por “torear” a la enviada de Puigdemont: A “la Elsa”. A la actual directora de campaña de JxCAT.

“Ya…”, responde Murcia. “Y con la Elsa hay posibilidad de prorrogarlo y decir que no hemos tenido tiempo”, plantea, o “que lo haréis mañana…”. Pero Josep, preocupado por el desastre que se avecina, afirma: “Viene de aquí a un rato”. Porque aparecía a las 18:00 horas de ese mismo día.
Y Salvadó Tenesa traslada directamente su plan: “Podemos torearla, pero viene de aquí a un rato, pero si le decimos la verdad es que estamos muertos”. “De todos modos, la solución de pasarlo a mañana…”, apunta Salvadó Tenesa, justo cuando Murcia le corta y le dice: “Es un parche, es un parche de tiempo”.

Salvadó Tenesa reconoce en ese momento la situación de la Hacienda catalana: “Aquí hay un problema, hay un tema de fondo, en algún momento a alguien le ha de interesar este puto proceso en el mundo real”. Y subraya que “creo que el momento es fundamental, que sepamos dónde cojones estamos y que todos compartamos la misma información y seamos conscientes de cuál es la realidad”.

Pero, pese a ello, insiste: “Pero hoy no se lo podemos decir a Elsa porque lo utilizarán en nuestra contra”. Una conclusión que asume pese a estar a un mes del referéndum que, según ellos mismos, debía marcar la fecha de inicio de la ruptura catalana con España.

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