El Gobierno dice que usar la bici favorece la «igualdad de género» porque da «libertad» a la mujer
En plena crisis por la subida disparada del precio de los combustibles, sin que Pedro Sánchez le ponga remedio, el Gobierno opta por potenciar el uso de la bicicleta. La última ocurrencia ha sido animar a los españoles a utilizar este medio para desplazarse a su puesto de trabajo, con la campaña ‘Porque ir en bici a trabajar no cuesta trabajo’. La iniciativa se inserta en la Estrategia Estatal por la Bicicleta, un plan que el Gobierno quiere implementar hasta 2025 para avanzar en la transición «hacia una movilidad más segura, más sostenible y más conectada».
En este contexto, los informes del Gobierno para desarrollar estas políticas de movilidad, que cuentan con una dotación de hasta 600 millones de euros de los fondos UE, subrayan el interés del uso de la bicicleta para promover la «igualdad de género», un argumento recurrente para el Gobierno de Pedro Sánchez. Alegan que, de esta forma, se garantiza «una movilidad menos dependiente económicamente y más flexible, lo que redunda en mayor libertad, independencia y empoderamiento». «La bicicleta promueve la autonomía, la seguridad y la libertad de la mujer en la sociedad», concluyen.
El Gobierno justifica la urgencia de fomentar el uso de la bicicleta «con un enfoque de género» en que las mujeres la usan «menos que los hombres». Además, el 5,1 % de los hombres declara no saber montar en bicicleta, frente a un 15,5 % de las mujeres, prosiguen, «lo que significa una importante barrera para su uso». Así, señalan que «la normalización de la bicicleta es proporcional al equilibrio entre géneros» y que «cuando la proporción de mujeres se aproxima a la mitad de las personas que emplean este medio de transporte se puede afirmar que la bicicleta ha adquirido un estatus de normalidad y atractivo generalizado».
Ciudadanos felices
El Ejecutivo alega que las barreras que frenan el uso de la bicicleta por parte de las mujeres son similares a las de los hombres, pero cobran mayor relevancia aspectos como la percepción de inseguridad de las vías y agresividad del tráfico motorizado. Paralelamente existe en las mujeres una menor disposición a aceptar altos niveles de estrés en la conducción, según el Gobierno, que también llama la atención sobre el hecho de que muchas niñas no sepan montar en bici o no tengan una propia.
Aunque el plan se centra ahora en el fomento de la bicicleta para ir a trabajar, el Gobierno quiere extenderlo más allá. Así, señalan que «debe jugar un papel importante en la movilidad cotidiana» porque «es un modo muy competitivo para distancias hasta 10 o 15 kilómetros». Según el Ejecutivo, su uso «supone importantes beneficios». Por ejemplo, estos desplazamientos sin coche «disminuyen el estrés e incrementan la sociabilidad y la productividad, logrando así una ciudadanía más feliz».
El Gobierno desplegará en los próximos años todo un plan de comunicación para intentar convencer a los españoles de las bondades de este medio de transporte. Su prioridad es hacerles entender a los ciudadanos que «el uso de la bicicleta no está reñido con la comodidad ni con la higiene ni tiene por qué estar supeditado al clima», tres de las principales razones para cuestionar su uso cotidiano.
Alegan, asimismo, que «se debe trasladar el mensaje de que la vestimenta para la movilidad ciclista no tiene por qué ser incómoda ni especial» o que «el uso de la bicicleta como medio de transporte está muy alejado de la imagen del ciclista como deportista que pueda tener una persona que no es actualmente usuario de la bicicleta».
«Basta comprobar, una vez más, la imagen que presentan los usuarios urbanos en los países o las ciudades donde esta movilidad está más desarrollada. Son personas de todas las edades, sin una forma física especial y sin necesidad de vestuario o accesorios particulares».
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