El ex nº 2 de Sánchez justifica que dio la tarjeta de Dina a Villarejo ¡»para espiar los lazos de Podemos con Cuba»!
El ex número 2 de la Oficina de Comunicación de La Moncloa con Pedro Sánchez, Alberto Pozas, ha solicitado al juez Manuel García-Castellón que levante su imputación en el caso Dina, en el que se investiga el cada vez más dudoso robo del teléfono móvil de la ex asesora de Podemos, Dina Bousselham. En el escrito remitido al Juzgado justifica la entrega de la tarjeta SD al comisario José Manuel Villarejo porque éste la necesitaba para indagar en los vínculos de Podemos con los «servicios secretos cubanos».
El ex vicedircom de Sánchez explica al instructor que cuando la micro SD llegó, en enero de 2016, a la redacción de la extinta Interviú, cuando él era director de la revista, se guardó una copia de la tarjeta y pocos días después se la entregó al comisario Villarejo, en una reunión celebrada en un restaurante de Madrid a la que también asistió el entonces subdirector de Interviú, Luis Rendueles. Por este motivo, tanto Pozas como Rendueles están imputados en esta pieza separada del caso Tándem.
Pozas manifesta en este escrito presentado al Juzgado que proporcionaron al comisario jubilado, en prisión desde noviembre de 2017, un pendrive con una copia del contenido de la tarjeta de Dina Bousselham tras un «requerimiento verbal» del ex agente infiltrado. Según explica, era habitual que la Policía Nacional y la Guardia Civil hicieran este tipo de peticiones de información a la revista de investigación y citan varios precedentes como «el caso de un pederasta fugado de España que, gracias a la información facilitada por la revista a la Policía, fue detenido en Guatemala».
Financiación de Podemos
El periodista asegura que proporcionó esta información confidencial «a un alto cargo policial con la absoluta confianza de que la misma sería utilizada para una investigación de carácter policial».
«Pozas explicó en su declaración que la tarjeta contenía diversa documentación de Podemos. El propio Villarejo manifestó, en su declaración ante este Juzgado, que comentó en 2016 al ex director de Interviú el posible interés policial o judicial que podía tener el pendrive para investigar los vínculos de la formación morada y el servicio secreto cubano, manifestando igualmente que proporcionó ese material a su superior –el comisario Eugenio Pino, ex director adjunto de la Policía Nacional–», sostiene el letrado que suscribe el escrito.
Dicho sea de paso, Pozas se deshace en elogios hacia el comisario José Villarejo al que califica como un policía «prestigioso y condecorado» que mantenía estrechas «relaciones de confianza con jueces, fiscales, policías, guardias civiles, políticos y relevantes empresarios».
Para justificar por qué entregaron a Villarejo una copia de la tarjeta de Dina Bousselham, Pozas y Rendueles señalan en su recurso que el policía era en aquel momento «un comisario prestigioso y reiteradamente condecorado», que había hecho posibles «diversas operaciones policiales de gran relevancia como la operación Gürtel o la de la familia Pujol».
Y recuerdan que Villarejo había recibido «la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco en 1975 por su ‘alto sentido del patriotismo o de la lealtad’; en 2009 la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Rojo, que se concede a quien ha sido herido en acto de servicio o haya realizado en circunstancias de peligro para su persona ‘un hecho abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor’; en 2012 la Medalla a la dedicación al Servicio Policial, la Cruz a la dedicación al Servicio Policial y la Encomienda a la dedicación al Servicio Policial, que vienen a reconocer la ‘dedicación, lealtad e integridad’ de los agentes; y en 2014 una nueva Cruz al Mérito Policial con Distintivo Rojo por su ‘meritoria trayectoria profesional’».
Inteligencia bolivariana
El comisario jubilado también confirmó al juez, en un escrito remitido a la Audiencia Nacional, que «lejos de que Pablo Iglesias fuese objeto de una actuación para perjudicarle, las órdenes recibidas en el Ministerio de Interior eran en sentido contrario, esto es, ante una información que podría haber tenido incluso reproche penal, se boicoteó ésta y se ocultó a la autoridad judicial».
Continuaba Villarejo: «Por tal motivo, cuando se iban a recabar piezas de convicción de gran calado que demostrarían que dirigentes de Podemos habían recibido apoyo económico y táctico por parte de los servicios secretos extranjeros con origen en Irán y Venezuela, la vicepresidenta del Gobierno (Soraya Sáenz de Santamaría) influenciada por el director del CNI, boicoteó su recogida, anulando un encuentro a celebrar en EEUU». El objetivo, según la versión del comisario, blindar a Podemos para así poder quitarles votos al PSOE. Una maniobra fallida.
Villarejo afirmó que tuvo conocimiento por su trabajo de Inteligencia como comisario jefe de Brigada de la DAO, de que existía un programa para financiar organizaciones políticas desde el extranjero. «Profundizando en esta información, tuvo conocimiento que países como Venezuela, Cuba e Irán especialmente, habían organizado este programa de ayudas a grupos con vocación subversiva en lugares de interés estratégicos de estos países (…). A medida que fue avanzando pude conocer la existencia de una serie de reuniones entre el G-2 (servicio secreto cubano) y el SEBIN (Servicio Bolivariano de inteligencia) con miembros destacados de Podemos”, manifestó.