Crisis del coronavirus

Éste es el informe oficial de Moncloa tras el 8-M afirmando que no había «transmisión generalizada»

Salvo Ceuta y Melilla, ni un rincón de España aparecía ya libre del virus el 9 de marzo en los datos de Seguridad Nacional

transmisión generalizada
Informe oficial de Moncloa tras el 8-M afirmando que no había "transmisión generalizada".
Carlos Cuesta

El Gobierno se empeñó en negar la realidad del avance del coronavirus y llegó a situaciones ridículas. El documento que hoy muestra OKDIARIO es un informe elaborado el día después de las manifestaciones del 8-M por Seguridad Nacional, uno de los departamentos clave de La Moncloa. Ese informe aseguraba, con datos recopilados hasta las 15:00 horas del 9-M, que «a nivel nacional no hay transmisión generalizada».

Un simple vistazo al mapa que incluía el propio informe y que hoy reproduce este diario da una idea de la farsa mantenida: todo el mapa de España aparecía ya recubierto con los 999 casos de contagios y 16 muertos registrados hasta pocas horas después de las manifestaciones feministas en todas las regiones españolas.

Contagios
Informe del departamento de Seguridad Nacional con los contagios en España un día después del 8-M

El documento que reproduce OKDIARIO recoge todo un despliegue de casos: 469 contagios en Madrid, 149 en el País Vasco, 75 en Cataluña, 37 en la Comunidad Valenciana, 81 en La Rioja, 54 casos en Andalucía, 22 en Canarias, 23 en Castilla y León, 7 en Asturias, 6 en Galicia, y así un eterno listado de contagios y fallecidos que cubren todo el mapa de España.

Pero, pese a la evidencia, justo debajo del mapa se podía leer la siguiente conclusión: «Evaluación del riesgo: en la situación actual, el riesgo global para la salud pública en España se mantiene en moderado. A nivel nacional no hay transmisión generalizada».

Transmisión generalizada en España

Y prácticamente ni un rincón de España aparecía ya libre del virus. De hecho, en un apartado del informe se podía leer: «Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se mantienen libres de contagios por coronavirus». La anotación se incluía porque, efectivamente, todo el resto de España ya tenía transmisión generalizada.

Se trata de la enésima prueba de que Moncloa utilizó los informes de su departamento de Seguridad Nacional para determinar los niveles de alerta según su conveniencia. Sus conclusiones impusieron la anestesia frente a la realidad del grave avance del virus. Y lo hicieron hasta el punto de que mientras los miembros de Seguridad Nacional informaban al presidente Pedro Sánchez -y plasmaban en sus informes- de que el contagio el 1 de marzo se había extendido por la práctica totalidad de las comunidades autónomas, el nivel de alerta y riesgo sanitario en España, por orden de Moncloa, seguía marcando el nivel «moderado». Y el citado nivel, evidentemente, el camino hacia la manifestación feminista del 8-M quedaba abierto.

Seguridad Nacional depende directamente de Presidencia del Gobierno. Se trata de un departamento que ha hecho un seguimiento constante de la evolución del coronavirus en España. Es más, sus informes han sido decisivos para oficializar del nivel de gravedad del avance de la enfermedad. Y ello, pese a que sus datos diarios, en demasiadas ocasiones, no han coincidido con los del Ministerio de Sanidad, la OMS y la ECDC (la agencia de la UE encargada del coronavirus).

Alerta Saniaria de la OMS

Pero, lo cierto es que, desde que la OMS declaró el 30 de enero de 2020 la alerta global sanitaria, Seguridad Nacional mantuvo activo el sistema de seguimiento de alertas. Moncloa mantuvo bajo constante control los informes de este departamento. Y dos fechas en concreto, son reveladoras de una extraña decisión que supuso la relajación de las alertas de forma oficial.

La primera de esas fechas fue la del 28 de febrero. Hasta el día 27 los contagios y la comunicación de nuevos casos de Covid-19 se distribuían principalmente entre Canarias -con 5 contagios-, Madrid -con 4 casos-, Cataluña -3 casos-, Comunidad Valenciana -2- y Andalucía -1 contagio-.

Por lo tanto, el balance global sostenido oficialmente en los informes por el que se aseguraba que no había transmisión generalizada y que el avance del virus era controlable en esos territorios, podía parecer lógico.

Pero el día 28, la enfermedad duplicó prácticamente el número de casos totales llegando a 33 y comunidades como Baleares, Aragón y Castilla y León se sumaron a la epidemia. Pese a ello, el resumen de la situación siguió registrando un nivel de alerta no generalizado y «moderado».

Segunda fecha

La segunda fecha es aún más llamativa. Se trata del 1 de marzo. La evolución previsible se cumplió y el número de contagios escaló hasta los 73 con un factor añadido, la práctica totalidad de regiones españolas contaban ya con contagios a excepción de tres de las 17 comunidades autónomas. Resultaba difícil seguir argumentando que el nivel de alerta era «moderado». Pero lo hicieron.

Todas las evidencias apuntan a que no se quiso ver la alerta real. Porque lo cierto es que las alertas fueron tempranas. Así lo demuestran también las actas de la reunión del 23 de enero, que revelan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a España «prevenir el contagio» entre personas.

De hecho, la alerta global sanitaria fue declarada el día 30 de ese mes, pero ya el 23 de enero, la OMS salió de aquella reunión con unas recomendaciones para todos los países, entre los que se encontraba España:

«Los países deben procurar, principalmente, prevenir el contagio de personas, evitar la transmisión secundaria y la propagación internacional y colaborar con la respuesta internacional mediante la comunicación y la colaboración multisectoriales y la participación activa para incrementar los conocimientos sobre el virus y sobre la enfermedad, así como para impulsar las investigaciones. Además, deberían respetar las recomendaciones de la OMS relativas a los viajes».

España, ni procuró «prevenir el contagio de personas», porque permitió hasta el 8-M las concentraciones multitudinarias; ni evitó «la transmisión secundaria», porque esos eventos multitudinarios, por el contrario, fomentaron esa transmisión; ni cortó «la propagación internacional», porque mantuvo abiertas sus líneas con Italia hasta el último minuto.

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