ERC presentará hoy una nueva exigencia al PSOE: el apoyo a los Presupuestos de la Generalitat

Tras una larga lista a los reyes magos, en la que le solicitan al PSOE una diálogo entre gobiernos «de igual a igual», negociar la celebración de un referéndum y hablar de la amnistía, ERC aumenta su precio a la investidura de Pedro Sánchez. En la reunión que mantendrán hoy los equipos negociadores en el Congreso, los republicanos añadirán una nueva exigencia a los socialistas: el apoyo del PSC a los Presupuestos de la Generalitat.

«A un Sánchez débil y derrotado, se le puede llegar a sentar en una mesa de diálogo» aseguraba el martes, en el Congreso, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Y esa es la estrategia elegida por los catalanes. El diputado separatista fardaba de la capacidad de su partido para «quitar o poner gobiernos» debido a la compleja aritmética política y se aprovecharán de ello, como en su día lo hacía el PNV, para exprimir al PSOE.

Las cuentas catalanas llegarán al Parlament a principios de diciembre. La idea de ERC, de quien depende la consejería de Hacienda, es que se puedan votar el día 11. Pero debido a la tramitación, aseguran fuentes del Parlament a OKDIARIO, ese debate no podrá ser hasta el día 18. Eso otorgaría más margen al Govern para lograr los apoyos que permitan dar luz verde a los primeros Presupuestos de Torra.

Hace días que Junts per Catalunya y ERC mantienen encuentros para sacar adelante los números tanto con la CUP como con los Comuns y el PSC. Uno de ellos tiene que apoyarles sí o sí. En el recuerdo está el precedente del año pasado, cuando los tres les dijeron que no y obligaron a la Generalitat a prorrogar los Presupuestos del último Govern de Carles Puigdemont.

ERC, que advertirá al PSOE que hasta después del debate de los presupuestos catalanes no comunicará su sentido del voto en la investidura de Sánchez, exigirá el apoyo del PSC a sus Presupuestos para facilitar las cosas.

Con las cuentas aprobadas, defienden, ERC se garantiza el fin de la legislatura y aleja el escenario de nuevas elecciones. De facto, explican, eso les libera de la presión electoral y de sus socios gubernamentales en Cataluña y pasan a tener mayor flexibilidad para abstenerse en la investidura de Sánchez.