España

El dilema de Rajoy: Moragas a favor del debate a cuatro, Arriola no

Mariano Rajoy debe decidir si acepta o no enfrentarse a Sánchez, Rivera e Iglesias en lo que sería su primer debate a cuatro en campaña electoral. Sin embargo la decisión no será fácil ya que las dos personas de máxima confianza del presidente en funciones no se ponen de acuerdo. Por un lado Javier Moragas, jefe de gabinete y director de campaña de los populares, está a favor de que Rajoy acepte el reto mientras que su «gurú» y asesor, Pedro Arriola, opina todo lo contrario.

Moragas cree que es una buena oportunidad para que el candidato de Génova se muestre cercano y contundente sacando la mejor versión de sí mismo como si estuviera en el hemiciclo donde cree que no tiene rival. Mientras tanto Arriola opina que la estrategia el pasado mes de diciembre de ignorar las peticiones y no asistir al «show televisivo» les fue bien entonces y le volvería a funcionar ahora, máxime cuando los rivales ya han advertido de que ellos tampoco asistirán si Rajoy finalmente no asiste a la cita.

Moragas sí, Arriola no

El jefe de gabinete del nº1 del Partido Popular insiste en que las cosas han cambiado, ya no hay excusas, los de Génova no pueden volver a esgrimir la excusa de que no debaten con partidos que no tienen representación parlamentaria puesto que tanto Ciudadanos como Podemos la obtuvieron el pasado 20 de diciembre. Del mismo modo señala que sería contraproducente no asistir sin motivo alguno fundamentalmente porque confía en la habilidad parlamentaria de su candidato y en su experiencia para vencer a sus contrincantes.

Arriola defiende todo lo contrario, no es que crea que no lo pueda hacer bien, es que su estrategia consiste precisamente en «no aparecer» y pregunta «¿para qué?». Insiste en que la estrategia en los pasados comicios funcionó y señala que quien de verdad ganó el debate a cuatro en diciembre fue precisamente Rajoy, sin asistir. En esta ocasión además juega a su favor que, a diferencia de lo que ocurrió hace 5 meses, Rivera, Sánchez e Iglesias ya han asegurado que no asistirán al debate sin la presencia del presidente en funciones, por lo que entiende el «gurú» de Moncloa que no es en absoluto necesario acudir.

No habrá debate en la Carlos III

En esta campaña no habrá debate en la Universidad Carlo III de Madrid ni a cuatro, ni a tres como ocurrió en el mes de diciembre pasado. Este miércoles se ha hecho oficial. Ante la negativa de Mariano Rajoy a asistir al mismo, el resto de candidatos presidenciables ya han confirmado que tampoco asistirán.

Fuentes cercanas tanto a Ciudadanos como a Podemos subrayan que en esta ocasión han decidido no asistir a la Universidad porque «ahora no es necesario». Los ya no nuevos partidos tenían que dar todo de sí en lo que fueron sus primeros comicios generales, sin embargo ahora no quieren arriesgar. Ninguno de los dos quiere dar ventaja al contrario y ambos preparan un duro sprint final en el que se jugarán la verdadera movilización del voto.

Casado y Soraya

La vicepresidenta del Gobierno y el vicesecretario de Comunicación del PP vuelven a ser los nombres que manejan en Génova para representar al partido en los diferentes debates que se organizarán en las distintas cadenas.

Como ya ocurriera hace ahora cinco meses, Moragas vuelve a confiar en el cada vez más sólido Pablo Casado para ser el rostro del partido, el que defienda el programa y el que intente arrastrar votantes hasta las urnas el próximo 26J, mientras se reserva a Soraya Sáenz de Santamaría para cuando la ocasión lo requiera aunque esta vez no cabe la posibilidad de que sea ella y no Rajoy quien se enfrente a los presidenciables, ya que o está el candidato popular o no habrá.

La guerra de las cadenas de tv

Los dos grandes grupos audiovisuales españoles, Mediaset y Atresmedia, además de la cadena pública ya ha solicitado oficialmente a todos los partidos la celebración de un debate con los cuatro candidatos en sus respectivas cadenas. Otro frente que habría que solventar si finalmente Rajoy aceptara la invitación, y es que será complicado aceptarlo en un grupo y no en el contrario en igualdad de condiciones. Negociación harto complicada que tendría como final más deseado para todos la celebración de dos debates, uno de ida, al comienzo de la campaña y otro de vuelta, al final de la carrera electoral; para todos excepto para los cuatro políticos ya que el riesgo de error se duplica.