Covite registra 421 actos de apoyo a ETA en el año 2024, el segundo sin ‘ongi etorris’

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, ha registrado 421 actos de apoyo a ETA a lo largo de 2024, 45 menos que en 2023, en su Observatorio de Radicalización. Además, ha denunciado la existencia de instituciones públicas que «colaboran en la organización» de estos actos, y lo califica de «inmoral e inaudito», aunque también ha constatado que el año pasado ha sido el segundo sin ongi etorris, actos de bienvenida a reclusos etarras que salen de prisión.

«Si decidimos crear este Observatorio de Radicalización a finales de 2016 fue porque observamos que estos actos tan humillantes y dolorosos para las víctimas de ETA eran una constante en las calles de Euskadi y de Navarra cada vez que un miembro de ETA cumplía su condena y salía de prisión», afirma la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez.

En este sentido, subraya que en su día incluso denunciaron que un recibimiento se realizó debajo de la casa de una de las víctimas «de un sanguinario asesino de ETA», el de Javier Balerdi, en San Sebastián el 21 de diciembre de 2016. «No se me ocurre una infamia mayor que esa. Que hayan desaparecido estos actos aberrantes es positivo tanto para las víctimas como para la sociedad en general», destaca la presidenta del colectivo.

Covite ha querido hacer especial hincapié en que la ausencia de ongi etorris o implica que el culto a ETA haya desaparecido de las calles de País Vasco y de Navarra. De hecho, ha comprado que en 2024 «la legitimación de ETA a través de otro tipo de actos sigue muy presente en el espacio público».

Vizcaya y Guipúzcoa, a la cabeza

Del total de los actos realizados, 158 han tenido lugar en Vizcaya, 145 en
Guipúzcoa, 60 en Navarra, 24 en Álava, 23 en otras provincias y 11 en el extranjero, sobre todo en el País Vasco francés.

En cuanto a la tipología de los actos, 150 han sido pintadas y pancartas de ensalzamiento explícito a ETA y a sus presos; 131 manifestaciones en las que se ha reclamado la excarcelación de los etarras presos; 70 de fiestas populares que se convierten «en contextos ideales» para enaltecer a ETA y a sus presos, como ha sucedido en 2024 con la korrika, con las festividades veraniegas o con las fechas señaladas de Nochebuena y Nochevieja.

Asimismo, ha habido 35 de homenajes públicos a miembros de ETA muertos; 4 han sido de homenajes en la vía pública a presos de ETA, en los que se coloca una foto del recluso y se le baila un aurresku, un acto novedoso que Covite ha observado en los últimos dos años; y los 31 actos restantes se han encuadrado en la categoría de «otros» por no poder clasificarse en ninguna de las categorías anteriores.

«Terceros grados fraudulentos»

Covite considera que el Gobierno vasco otorga «terceros grados fraudulentos» a presos de ETA que no se arrepienten, por lo que considera que si el Ejecutivo continúa este mismo año «concediendo progresiones al tercer grado a etarras que no están arrepentidos» al mismo ritmo al que lo ha hecho en 2024, es probable que se vea «una disminución notable de las manifestaciones a favor de la excarcelación de los presos de ETA, ya que su exigencia de vaciar las cárceles se estará cumpliendo a rajatabla».

Desde Covite consideran que el arrepentimiento es fundamental para conseguir el tercer grado y recuerda que Sortu y la red Sare «son quienes organizan la mayoría de los actos de legitimación pública de ETA y de sus terroristas, lo cual evidencia que los líderes de la izquierda abertzale siguen considerando héroes a los terroristas y prohibiéndoles arrepentirse».  Además, cuestiona que el Gobierno admita cartas escritas a mano como prueba de remordimiento, considerándolo una ofensa para las víctimas, y muestra su descontento por el respaldo institucional a esta situación.

Connivencia de entidades públicas

Por último, el colectivo ha reprochado a la Fiscalía por no salvaguardar los derechos y por conceder privilegios a etarras sin arrepentimiento. Señala la colaboración de entidades públicas en acciones de respaldo a ETA que han organizado actividades en apoyo a los reclusos durante la época navideña, algo que, según explican, viola el principio de imparcialidad política y la Ley 4/2008 de reconocimiento de las víctimas del terrorismo.

La presidenta del colectivo considera que tales acciones son «inmorales e incompatibles» con la convivencia en un contexto posterrorista. «¿Acaso vemos en Francia o en otros países europeos manifestaciones públicas para pedir la excarcelación de terroristas yihadistas, y que encima desde los Ayuntamientos se promuevan este tipo de actos?», se pregunta Ordoñez.

A su juicio, este es «el mayor obstáculo para la convivencia en el posterrorismo», puesto que «una convivencia en paz y libertad siempre será incompatible con la existencia de una identidad política que se construye sobre el desprecio a las víctimas del terrorismo de ETA»

Covite concluye considerando «cinismo puro» las lecciones de la izquierda abertzale en materia de paz y convivencia y defiende que los actos públicos que exhiben los rostros de los presos sólo suponen «un ataque a las bases éticas más elementales sobre las que se debe construir una sociedad digna y democrática».