Los Mossos ocultaron a la Policía su programa de infiltrados en células yihadistas

Mossos
Mossos. (Foto: AFP)
Carlos Cuesta

Los Mossos ocultaron a la Policía su programa de infiltrados en las células yihadistas y en el entorno educativo de captación y radicalización de futuros terroristas. Los agentes autonómicos, de hecho, pretendieron sin éxito destruir todo el material informativo acumulado gracias a esos programas de seguimiento e investigación.

El material encontrado por la Policía Nacional entre la documentación que los Mossos querían destruir incluía, de este modo, importantes anotaciones e investigaciones sobre lo que la Generalitat y los Mossos habían denominado como el programa Proderai, un complejo dispositivo de trabajo que incluía el control del entorno educativo yihadista para evitar la captación y radicalización de futuros terroristas. Los Mossos lo tenían en sus archivos. Pero el anuncio de la entrada en vigor del artículo 155 provocó que les entraran unas repentinas ganas de destruir el material elaborado antes de que pudiese ser revisado por los agentes nacionales.

El programa Proderai (Protocolo de prevención, detección e intervención de procesos de radicalización islamista) nació con el objetivo de controlar los colegios y ámbitos educativos religiosos islámicos con tendencia radical. La idea: evitar el adoctrinamiento y radicalización yihadista en los años de infancia de los niños.

El programa fue impulsado en noviembre de 2015 por la Generalitat, tras los atentados de París. Se trataba de un protocolo conjunto de los Mossos yel Departamento de Enseñanza catalán y no estuvo exento de polémica entre los colectivos musulmanas, quienes aseguraron que la materialización de este programa podía provocar un estigma frente a su comunidad.Lo cierto es que, el programa fue tomado en serio por la Generalitat, quien, como es obvio, no se limitó a controlar lo que ocurría puramente en el ámbito escolar. Sino también a chequear quienes pretendían influir en esos centros escolares islámicos con idea de captar y radicalizar jóvenes para nutrir el yihadismo. Y, una vez chequeados, a infiltrarlos, seguirlos y controlarlos con el objetivo de alcanzar las células yihadistas que pudiesen estar operando en Cataluña.

Los documentos a los que ha tenido acceso OKDIARIO demuestran que los “informes de evaluación anual” de buena parte de este programa pretendían ser eliminados por los Mossos. Informes que recogían todo lo ocurrido en el curso 2016-2017 en los distintos centros en los que se puso en práctica el programa Proderai.

Pero no se trató de una actuación aislada. Los Mossos pretendían también destruir en la incineradora dosieres sobre yihadistas elaborados en los meses previos al atentado de La Rambla. Los atentados de Barcelona y Cambrils se perpetraron por los terroristas yihadistas el 17 de agosto. Y los Mossos querían eliminar, tras el 1-O, numerosos dosieres de investigación a radicales musulmanes recabados en los meses de junio y julio en Cataluña, justo los meses inmediatamente anteriores a los ataques.

Dosieres que la propia Policía ha calificado de “información relevante”, según muestran los documentos interceptados por la Policía Nacional en las furgonetas que pretendían eliminar documentación el 26 de octubre y a los que ha tenido acceso este diario. Las anotaciones detallando documentos de investigación de los Mossos a grupos yihadistas son interminables en el informe elaborado por la Policía Nacional a raíz de haber detectado estos dosieres de los Mossos.

Entre la documentación a la que ha tenido acceso este diario se pueden leer inscripciones como las siguientes: “10 dosieres de temas islámicos”; otros “10 dosieres y 3 hojas más relacionadas con el yihadismo”; o “Informe de actividad y labor investigadora relacionadas con el yihadismo”. Anotaciones que aparecen repetidas en diversas cajas y que revelan el volumen de información sobre grupos yihadistas que los Mossos pretendían hacer desaparecer.

Pero lo más relevante son las fechas de esos informes. Porque una buena parte de ellos recoge con claridad las fechas de “junio de 2017” y “julio de 2017” como referencia temporal de los trabajos de seguimiento e investigación de los terroristas. Es decir, que se trataba de los archivos antiyihadistas de los meses previos a los atentados y en los cuales, por las informaciones recabadas posteriormente, se ha confirmado ya que los preparativos de los ataques yihadistas estaban en marcha y los miembros del grupo terrorista se encontraban en plena acumulación de material explosivo y de planificación de los ataques desde la casa de Alcanar.

Desde operaciones de control de centros de adoctrinamiento, pasando por seguimientos a potenciales terroristas, hasta controles de locales de concentración de personas sospechosas de estar en contacto con entornos radicales islamistas. Toda esa materia aparece relacionada en los documentos que los agentes autonómicos decidieron meter a toda prisa en el envío hacia la incineradora tras asumir que otro cuerpo policial podría tener acceso a él en breve. Material, todo él, que se consiguió salvar de la quema y que ahora está ya a disposición de la Policía Nacional.

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