Sánchez avala un informe que asegura que el modelo cárnico español es «un peligro para la salud pública»
Pedro Sánchez no se ha pronunciado sobre la polémica que cerca al ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la calidad de la carne en España. Sin embargo, el presidente del Gobierno remite a unas tesis similares en su Plan España 2050. El documento, que constituye la hoja de ruta del líder del PSOE para las próximas décadas, recomienda la lectura de un informe de Greenpeace -La insostenible huella de la carne en España- en el que se ofrece un pésimo retrato del modelo cárnico en el país, con un uso «abusivo» de antibióticos que pueden llegar a suponer «un peligro para la salud pública». Dicho informe figura en los anexos del plan que el propio Sánchez presentó a bombo y platillo el pasado mes de mayo.
En julio, cuando Garzón ya creó controversia al recomendar a los españoles reducir el consumo de carne, Sánchez desautorizó al ministro con una afirmación muy comentada: «A mí donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible». Sin embargo, en su plan coincide en que la actual situación de consumo es insostenible para la conservación del planeta y la biodiversidad. «Numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable», se recoge en el documento.
Pero el informe va más allá. En sus anexos se recomienda el informe elaborado por la asociación Greenpeace, en el que, al igual que Garzón, se arremete con dureza contra el modelo de la ganadería industrial «predominante» en España y principalmente dirigido a la exportación. Un modelo que los ecologistas califican de «insostenible» y «altamente destructivo».
«El modelo predominante de ganadería en España es totalmente insostenible. Pese al elevado impacto medioambiental, económico, social, sanitario, al bienestar animal y la amenaza a la soberanía alimentaria vemos cómo la producción de alimentos de origen animal no para de crecer así como los proyectos de ganadería industrial ya que se está apostando totalmente por un modelo orientado a la exportación, sin pararnos a pensar en la nefasta herencia que deja en el territorio y el daño global al planeta», recogen en la misma línea que el ministro de Consumo.
El documento refleja una una «situación de incremento exponencial de la producción de carne» que «contrasta con la continua desaparición de explotaciones de menor tamaño a lo largo de los últimos años» y «el crecimiento continuado del número de animales por explotación, uno de los índices más claros de concentración e intensificación de la producción ganadera, las conocidas como macrogranjas». «Esto indica una industrialización de la ganadería en España», critican.
Precisamente, uno de los apartados más críticos es el relativo a la salubridad animal por el consumo de antibióticos, que consideran excesivo.
Según Greenpeace, «el incremento del uso de antibióticos en la ganadería va aparejado al aumento de animales por explotación y de la industrialización del sector» y «en los últimos años España ha abusado del uso de antibióticos en la ganadería convirtiéndose en el país europeo donde más se utilizan».
«Aparición de enfermedades»
Así, prosiguen, «el uso de antibióticos se ha convertido en una necesidad de la ganadería industrial. La falta de condiciones saludables para los animales, el cada vez mayor hacinamiento en explotaciones industriales, las especies menos adaptadas al territorio y más productivas, entre otras, son un caldo de cultivo óptimo para que aparezcan enfermedades».
«Ante estas nefastas condiciones de bienestar animal, la ganadería industrial recurre al uso de antibióticos de forma preventiva, lo que incrementa de forma exponencial su uso y el riesgo de desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, un peligro para la salud pública y para los propios animales», concluye el informe al que se remite el propio Pedro Sánchez en su Plan 2050.
Incluso se critica la intensificación de la ganadería como una de las consecuencias de la Política Agraria Común (PAC): «La PAC ha financiado esta intensificación, incentivando la estabulación y la sedentarización
que conlleva casi siempre el hacinamiento de los animales, y por lo tanto, problemas de bienestar animal y un mayor uso de antibióticos, medicamentos y vacunas. Otro de los impactos de esta intensificación es el brutal incremento en el uso de piensos».
En sus conclusiones, el informe señala que «no es admisible» que se siga fomentando la producción industrial y los mega proyectos de ganadería, por lo que se apuesta por «producir preferentemente alimentos para consumo directo humano de origen vegetal y ecológicos y no apoyar las fábricas de cambio climático que son las granjas industriales».
La entrevista de Alberto Garzón en el diario británico The Guardian ha provocado una tormenta política. «La cría extensiva es una forma de ganadería medioambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en zonas de España como Asturias, partes de Castilla y León, Andalucía y Extremadura. Lo que no lo es en absoluto son las macrogranjas», sostiene el ministro de Consumo. Y añade: «Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, o 5.000, o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de animales maltratados».
Esas afirmaciones han provocado las críticas de las organizaciones agrarias y de diferentes dirigentes autonómicos, entre ellos, el presidente socialista de Aragón Javier Lambán, que ha reclamado la dimisión inmediata del ministro. «El que las hace no puede ser ministro de España ni un día más. Es en sí mismo un insulto a la inteligencia», ha sostenido en los últimos días.
Este viernes, en su intervención en el Comité Federal del PSOE, Sánchez ha asegurado que el Gobierno «cumple» con el sector ganadero con las acciones llevadas a cabo por el Ejecutivo en estos dos años de legislatura, aunque no ha mencionado la polémica con el ministro de Consumo. Pese a la crisis, Garzón ha descartado dimitir y asegura que sus declaraciones fueron «impecables».
En el delirio del PSOE por intentar desmarcarse de las afirmaciones, el candidato a las elecciones del 13-F en Castilla y León, Luis Tudanca, ha asegurado este viernes que quien debe dimitir es el PP por ir «en contra de los productores» al no apoyar la ley de la cadena alimentaria.