UN VIGILANTE DEL CONTROL DE SEGURIDAD LE HIZO CREER QUE LLEVABA UN ARMA OCULTA EN SU MALETA

La pesadilla de una española retenida en el aeropuerto de París en plena psicosis terrorista por una broma

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El personal de seguridad maneja un escáner en el aeropuerto de Orly (París).

Lo que debía ser un viaje de placer de tres días a Disneyland París, se ha convertido en una pesadilla para una española, atrapada en el aeropuerto de Orly en medio de la psicosis terrorista que recorre Francia tras los atentados islamistas de los últimos meses.

Paula ha trabajado durante años como azafata de vuelo y actualmente es empleada de una agencia de viajes de Pontevedra. El pasado domingo, voló a París en un viaje organizado por el grupo Globalia para el personal de sus agencias en toda España.

El regreso estaba previsto para el martes, 31 de enero, con un vuelo entre París y Madrid. Pero los problemas comenzaron al llegar al aeropuerto de Orly. «Antes de embarcar, nos dirigimos al control de seguridad, que estaba atendido por personal de una empresa privada», ha explicado Paula a OKDIARIO, «al pasar mi maleta por el escáner, el empleado me preguntó si esa bolsa era mía».

«Entonces me mostró la pantalla del escáner», añade, «dentro de mi maleta aparecía la silueta de una pistola. Me puse muy nerviosa, en el aeropuerto había dejado la maleta un momento con unas compañeras para llamar a mi marido, y empecé a pensar que alguien había introducido entonces el arma».

Sufrió vómitos y un ataque de ansiedad

Ante la insistencia del empleado de seguridad, Paula se derrumbó y se echó a llorar. Tras los atentados de los últimos meses, el aeropuerto estaba tomado literalmente por policías armados, por lo que temió que iba a ser obligada a quedarse en tierra.

«Entonces apareció una mujer gendarme y me empezó a cachear, me obligó a quitarme los zapatos y me registró por debajo de la ropa para comprobar si llevaba algún arma escondida», explica Paula, «yo no entendía nada. Les dije que soy española y entonces el operario del escáner se echó a reír con una carcajada. Me dijo que todo había sido una broma y me mostró cómo, al pulsar un botón, la silueta de la pistola aparecía y desaparecía en la pantalla».

Sin poder creer lo que estaba ocurriendo, logró embarcar en el avión junto a sus compañeras en el último minuto. Pero ya durante el viaje sufrió un episodio de ansiedad, con vómitos y mareos.

Ya en España, añade Gregorio, su marido, «hablamos con el Ministerio de Asuntos Exteriores para que plantee nuestra protesta formal ante el Gobierno francés. Aunque el empleado dijera que era una broma, hizo a Paula una imputación muy grave, tenencia de armas, que podía haberle supuesto consecuencias cuando todo el país está desde hace meses por alerta contra el terrorismo».

Siguiendo las instrucciones del Ministerio que dirige Alfonso Dastis, el matrimonio ha dirigido dos correos electrónicos a la Oficina Consular de Atención al Español en el extranjero. Hasta ahora, no ha obtenido ninguna respuesta.

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Escrito dirigido por Paula y su marido el pasado miércoles al Ministerio de Asuntos Exteriores.

«Al llegar a España, fuimos al hospital, donde han diagnosticado que mi mujer sufre un shock postraumático a causa de lo sucedido», explica Gregorio. Ambos se han puesto en contacto con la empresa que gestiona el aeropuerto de Orly para exigir explicaciones, pero de momento sin resultado.

En cambio, sí han recibido toda la colaboración del Grupo Globalia, organizador del viaje, que ha puesto su equipo de abogados a su disposición para que puedan emprender las acciones judiciales necesarias.

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