Urkullu y Mañueco pujan por un innovador sistema para el vino que salvaría la DO Ribera del Duero
La decisión del Gobierno vasco de aplazar la batalla con el Ejecutivo central para dotar al País Vasco de una Denominación de Origen propia para sus vinos, la DO Rioja alavesa, no entierra la ofensiva que ha lanzado el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el sector vinícola. En estos momentos Urkullu está librando con el Gobierno de Castilla y León, del popular Alfonso Fernández Mañueco, una batalla aparentemente menor, pero que encierra una gran transcendencia para la comarca de la Ribera del Duero y para salvar a largo plazo la DO Ribera del Duero.
¿Salvar la DO Ribera del Duero? Aunque pueda parecer sorprendente, parte de los productores de vino de esta zona de Castilla y León están alarmados ante la posibilidad de que el incremento de las temperaturas por el cambio climático acaben a medio plazo con la calidad de estos caldos.
«Lo estamos notando desde hace unos años. Nuestros vinos son especiales porque especial es nuestro clima. Terrenos altos, largos y fríos inviernos y veranos calurosos. Esas condiciones son únicas y hacen que nuestro vino sea especial. Pero con el incremento de las temperaturas los inviernos son más suaves y la consecuencia es que el pH y la acidez se descontrolan, inciden en la concentración de azúcares y sube el grado alcohólico del vino», explican desde una bodega de la zona. «En los últimos años, la graduación del vino ha subido entre un grado y medio y dos grados», insisten.
«En nuestra bodega también se ha incrementado la graduación del vino en unos dos grados en los últimos años», señalan desde otra bodega. La consecuencia es que los vinos de más calidad están ya rondando los 15 grados, el límite marcado para que se considere al vino como la ginebra o el whisky y se complique la exportación a otros países. «Si nos pasamos de los 15 grados los requisitos para exportar se complican», confirman desde otra bodega de la zona.
«Si esto sigue así, en unos años acabaremos teniendo unas condiciones climáticas más similares a las de otras zonas de España que venden vino a un euro. Y no podremos competir con ellos», vaticinan.
La solución, ¿de Valencia?
La respuesta que están aplicando en algunas bodegas para hacer frente al aumento del grado de alcohol de los vinos de la zona es «jugar con la fecha de la vendimia» o «no cortar las hojas de las vides para que les dé sombra a las uvas», explican desde una importante bodega de la zona, que admite que la graduación del vino ha subido más de un grado en los últimos años.
Pero la solución definitiva está en un sistema innovador ideado por la empresa PowerfulTree. Se trata de aplicar la fotovoltaica a la elaboración del vino mediante la implantación de placas fotovoltaicas encima de los viñedos. De esta forma, quedan a la sombra y la temperatura baja lo necesario para mantener la acidez y la graduación de alcohol -uno de los directivos de esta empresa, Álvaro Soler, ya ha aplicado con éxito este sistema a las plantaciones de café en Colombia-.
Este sistema ya se aplica en Francia, por ejemplo, pero en España todavía no y es el Gobierno del País Vasco el que ha ofrecido comprarlo por 2,5 millones de euros. «El problema es que los vascos exigen exclusividad, que no se pueda utilizar por otras zonas de España», explican fuentes conocedoras de la situación. «Nosotros hemos pedido al Gobierno de Castilla y León que pelee por ello y que seamos aquí en la Ribera del Duero los primeros en utilizarlo», señalan.
El problema es que el Ejecutivo de Mañueco está perdiendo la partida, ya que no parece en principio apostar por esta tecnología. Al menos, eso es lo que han dicho desde la consejería. «Confiamos en que Mañueco sepa ver el problema y esta tecnología no se vaya en exclusiva a la Rioja alavesa», claman desde las bodegas ribereñas.