Si tienes esto en casa tienes un tesoro y muchos no saben ni lo que es
¿Guardas cintas de casete en casa? Puede entonces que en realidad, tengas un tesoro en casa
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Seguro que en tu casa, o en la de algún familiar, todavía existe un cajón en el que se guardan todo tipo de cosas de otra época. Aquellas cosas que nadie usa ya, pero que se guardan sin más: cintas de música, fotos en papel, algún juguete roto. Son cosas en las que no pensamos, que sencillamente permanecen guardadas, pero lo cierto es que sería bueno que les echaras un vistazo, porque algunos de esos objetos son ahora muy buscados. De hecho hay uno, las casetes, que puede valer un tesoro.
Durante años parecían un recuerdo del pasado, desplazadas ya en su época por los CD y luego por todo lo digital. Parecía que ya no tenían cabida en ninguna parte. Y, sin embargo, han vuelto. En la actualidad podemos decir, que las cintas de casete o cassette, se han transformado en objeto de culto. Así, lo que hasta hace unos años se consideraba un trasto sin más, hoy puede valer una auténtica fortuna si tenemos las ediciones correctas. Lo más llamativo sin embargo, es que mucha gente no tiene ni idea. Esas cintas que siguen guardadas en cajas de cartón, con polvo encima, podrían ser un tesoro sin que sus dueños lo sepan. Dentro del mundo vintage hay ejemplares que se han revalorizado hasta cifras impensables así que quién sabe, si tienes una de las cintas más buscadas lo más seguro es que tengas una fortuna entre manos.
Si tienes esto en casa puedes tener un tesoro
El mercado vintage está en auge y aunque el valor económico de este mercado es importante, lo es mucho más el poder de la memoria. Porque cuando se compra algo en este tipo de mercado, no se trata sólo de un objeto físico, sino del recuerdo que evoca o de las ganas que tenemos por estar más cerca de una época que quizás no vivimos, tal y como es el caso de las nuevas generaciones, ávidas por saber cómo era un vinilo o una cinta de casete. Y es que tener uno de estos objetos, y en concreto, sostener una cinta de casete no es lo mismo que darle al play en un móvil. Tiene más que ver con un ritual: sacarla de su estuche, colocarla en el reproductor, rebobinar con un bolígrafo y escuchar esos sonidos iniciales que hoy nos resultan entrañables. Esa experiencia analógica tiene un peso enorme en el mercado actual, donde los compradores buscan precisamente lo que ya no se fabrica.
La revalorización de las cintas también responde a una nueva tendencia cultural. El resurgir de lo ochentero y noventero en series, películas y hasta en la estética musical ha despertado un interés renovado por este formato. Lo que parecía olvidado vuelve a estar de moda, y ese fenómeno ha colocado a algunas ediciones en el escaparate de las subastas más codiciadas.
Los casetes más buscados por los coleccionistas
Entre los ejemplos más citados, el portal Mister Gadget destaca el casete The Madonna Collection (1987). Aunque en su día se distribuyó ampliamente, hoy resulta difícil de encontrar en ciertos mercados, lo que eleva su valor de forma considerable. Otro caso llamativo es Xero (1997), de la banda que más tarde sería conocida mundialmente con el nombre Linkin Park. Este casete incluye temas inéditos y su rareza lo ha convertido en un objeto de deseo, llegando a alcanzar cifras de miles de euros.
Pero no son los únicos. También se cotiza alto Floral Shoppe (2012) de Macintosh Plus, considerado un referente del género vaporwave y casi imposible de conseguir en su formato original. Algo parecido ocurre con Year Zero + Unreleased Material (1996) de Buck 65, un ejemplo de cómo el material inédito multiplica el interés de los coleccionistas.
Factores a tener en cuenta para determinar el valor de una cinta
El valor de un casete no es fijo y puede variar notablemente. Lo primero que se tiene en cuenta como con cualquier otro objeto de colección es su estado de conservación. Una cinta impecable, con su carátula original intacta y sin señales de desgaste, siempre se pagará más cara que una que presente marcas, plásticos rotos o defectos de sonido. En segundo lugar, la rareza de la edición: tiradas limitadas, grabaciones promocionales o aquellas que nunca llegaron al gran público son las más apreciadas. Y por último, la demanda específica: si una comunidad de coleccionistas busca de forma activa una edición concreta, el precio sube.
El mercado, en este sentido, es muy dinámico. Un casete puede pasar de ser un objeto sin valor aparente a convertirse en un bien preciado si, por ejemplo, un artista vuelve a ponerse de moda o se celebra un aniversario que dispara el interés por sus primeros trabajos.
Dónde vender estas joyas ocultas
Para quienes descubran en casa uno de estos tesoros, las opciones de venta son variadas. Una de las más directas (porque te dirán si tienes alguna cinta de valor o no al momento) es ir mercadillos de coleccionistas. Aquí suele haber un público muy especializado dispuesto a pagar lo que corresponde. Otra vía son las plataformas online como Ebay o Subito, donde los precios fluctúan en función de la puja. Y también existen webs de subastas especializadas como Catawiki, en las que se han registrado ventas de casetes por cifras realmente altas. Incluso las redes sociales se han convertido en un escaparate para los vendedores, ya que permiten conectar directamente con coleccionistas de todo el mundo.
Lo importante, en cualquier caso, es no precipitarse. Antes de vender conviene investigar, comparar precios y valorar el estado real del casete. Puede que ese objeto que parecía destinado a la basura sea, en realidad, una auténtica reliquia capaz de sorprender a cualquiera.
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