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Qué negocios ha facilitado la mejora de la calificación energética

casa energéticamente eficiente
Calificación energética.

El mercado inmobiliario, especialmente en las grandes ciudades y sus alrededores, vive otro crecimiento importante. Son muchas las localidades donde las grúas han vuelto a formar parte del paisaje habitual del lugar, hecho que ha generado alarma en algunos sectores por el miedo de estar reviviendo una nueva burbuja.

Los precios del alquiler y de compra han vuelto a subir de forma considerable, con el riesgo que ello comporta. El magnetismo de las grandes ciudades, junto con la falta de espacio de suelo en algunas (como Barcelona), provoca la necesidad de marchar a las afueras. Este incremento de la demanda provoca, a la vez, que los precios de los pisos también suban en todo el entorno metropolitano.

La importancia de la calificación energética

A la hora de adquirir una vivienda, uno de los aspectos que cada vez se tiene más en cuenta es la calificación energética. Se trata de una valoración sobre la eficiencia energética; es decir, cuánta energía es necesaria consumir para poder vivir en unas condiciones dignas. Un buen resultado al respecto implica, por lo tanto, un importante ahorro de costes, especialmente en los recibos de los servicios básicos.

Algunas nuevas promociones ya tienen en cuenta este aspecto. Podemos encontrar viviendas con calificación A (la máxima), pero en otros casos aún no ocurre así. Además, por un lado, durante el boom anterior, muchas construcciones se hicieron con materiales de poca calidad. Por otro, en las más antiguas, no se tenían en cuenta estos aspectos y es habitual encontrar calificaciones de F o G (las mínimas).

Conscientes de ello, hay propietarios que están dispuestos a realizar inversiones para mejorar la calificación. Este hecho ha facilitado el crecimiento de algunos negocios, que han visto como su facturación incrementaba. Algunos de los más habituales al respecto son los siguientes:

  • Colocación y aislamiento de ventanas: en la mayoría de las viviendas, las ventanas que hay no son demasiado gruesas y no aíslan de forma suficiente la temperatura ni el ruido. Para ello, se recomienda cambiar las ventanas por otras de PVC o aluminio de un mayor grosor. Se trata de un sector que está en auge gracias a la mayor concienciación al respecto.
  • Inyección de materiales en las paredes: en algunos casos, en las fachadas, existe un espacio entre la pared interior y exterior. Ello provoca que la vivienda esté mal aislada y que la temperatura de fuera (sea frío o calor) impacte dentro. Para evitarlo, es posible inyectar celulosa en estos espacios. Empresas especializadas, con unos pocos agujeros en la pared (que se tapan después), pueden rellenar de este material todos los vacíos para mejorar la temperatura de la casa, que queda mejor aislada.
  • Instalación de placas solares: se trata de una forma sostenible de conseguir energía. Aunque implica una inversión inicial importante, se amortiza con el paso del tiempo gracias a este autoconsumo.
  • Reforzamiento de paredes existentes: en algunos casos, la separación entre viviendas está conformada por paredes muy estrechas. Ello provoca malestar en términos de ruido, ya que es mucho más probable oír las conversaciones y el día a día del vecino o de la misma calle. Hay empresas que instalan paneles que amortiguan el ruido y, a la vez, impiden pasar el frío.  

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