Economía internacional

El papel de China como el gran acreedor de África

China es el mayor financiador de infraestructuras en África. Entre 2000 y 2018, China prestó 148.000 millones de dólares a 50 países africanos, contribuyendo a que la deuda externa de la región casi se duplicara, pasando del 19% en 2008 a cerca del 34% del PIB en 2018.

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  • Dennis Shen, responsable del equipo del sector público y soberano de Scope Ratings

La participación de China en el plan del G20 para la Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés) de los países más vulnerables es fundamental para las negociaciones multilaterales. Sin embargo, existe el riesgo de acumulación de deuda, a medio plazo, para los países beneficiarios de África, de los que China es el principal acreedor.

La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) – de la que los gobiernos africanos representan 38 de los 73 países seleccionados en todo el mundo- proporciona un espacio fiscal adicional a corto plazo a 29 países africanos participantes, pero también puede acentuar los problemas de deuda a medio plazo al aumentar los pagos de intereses futuros para algunos de los gobiernos más vulnerables del mundo. Ajustar el DSSI y el reciente Marco Común más allá del DSSI acordado por el G20 es esencial para evitar futuras crisis de deuda.

En este sentido, se ha necesitado un mecanismo formal para determinar si los países africanos se enfrentan sólo a una crisis de liquidez o a un problema de solvencia subyacente, dado que la mitad de todos los soberanos del África Subsahariana presentaban riesgos o dificultades de endeudamiento a principios de 2020.

Hay que poner de relieve la condonación de la deuda como opción para la crisis de solvencia

Creemos que un marco que denominamos ‘DSSI+’ es esencial para mejorar la transparencia y la coherencia de la participación de China en el programa, garantizar que los acreedores reciban un trato igualitario, lo que incluye ordenar la participación de los acreedores del sector privado y, lo que es importante, poner de relieve la condonación de la deuda como una opción para hacer frente a las crisis de solvencia.

China es el mayor financiador de infraestructuras en África. Entre 2000 y 2018, China prestó 148.000 millones de dólares a 50 países africanos, contribuyendo a que la deuda externa de la región casi se duplicara, pasando del 19% en 2008 a cerca del 34% del PIB en 2018. Dado que casi un tercio del servicio de la deuda externa soberana de África en el período 2020-24 debe pagarse a China, la participación del país en el DSSI del G20 es crucial. Con la extensión del DSSI más allá de 2020, Angola y Yibuti podrían ahorrarse más del 4,5% del PIB de 2019 durante 2020-21 en el pago de servicios de la deuda a China. Además, se estima que el ahorro potencial en cualquier caso de su participación en el DSSI es superior al 1,5% del PIB para países como Mozambique, la República del Congo, Kenia, Guinea y Zambia.

Suspensión del servicio de deuda

La suspensión del servicio de la deuda es el remedio adecuado para ciertos países como Burkina Faso, la República Centroafricana y la República Democrática del Congo, que tienen un reducido endeudamiento y preocupaciones limitadas en cuanto a la sostenibilidad de su deuda. La suspensión del servicio de la deuda aborda un déficit de liquidez a corto plazo y proporciona el espacio fiscal necesario. Sin embargo, en el caso de países como Angola, Burundi o Ghana, una participación en las condiciones actuales del DSSI podría agravar el problema de la deuda a medio plazo.

Angola, Yibuti y Mozambique podrían ver incrementadas sus necesidades de servicio de la deuda a lo largo de 2022-24 en más de un 1% del PIB en promedio anual debido a la participación en la suspensión del servicio de la deuda en las condiciones del programa existente (retraso de los pagos a años posteriores sobre bases neutras de VAN).

En octubre, los acreedores del Club de París acordaron un Marco común para el tratamiento de la deuda más allá de la DSSI, aprobado en una reunión extraordinaria de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 celebrada el 13 de noviembre. Si bien el Marco representa un paso positivo, el énfasis en las reducciones del servicio de la deuda a corto plazo y en las reducciones del VAN de la deuda no es suficiente. El Marco sostiene que los tratamientos de la deuda no se llevarán a cabo en general en forma de condonación o cancelación de la deuda, salvo en los casos más difíciles. Además, la falta de un mecanismo específico para obligar a la participación equitativa de todos los grupos de acreedores, incluidos los del sector privado, sigue siendo una debilidad.

Es necesario que el DSSI evolucione a una propuesta de DSSI+ que adopte cláusulas mejoradas, que decrete, en lugar de buscar, la participación de los acreedores del sector privado, que garantice la coherencia en la adopción de medidas de deuda entre los acreedores participantes y que ofrezca la opción de una reestructuración ambiciosa de la deuda, incluida la reducción total del principal, si fuera necesario. Esa arquitectura DSSI+ podría respaldar perfiles crediticios más sólidos para los emisores africanos después de una reestructuración más amplia de la deuda.

Una hipotética reducción del 25% del capital sólo para los prestatarios africanos en dificultades podría suponer un ahorro específico de casi 29.000 millones de dólares, y el grueso del ahorro provendría de los préstamos bilaterales de China (11.000 millones de dólares).

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