La OCDE denuncia la excesiva regulación laboral en España
La OCDE ha hecho público su informe sobre la estrategia de competencias en España, un documento que desgrana la realidad laboral en base a las capacidades de las personas en edad de trabajar y el aprovechamiento que se realiza de ellas. Este informe pone el foco especialmente en la gran cantidad de jóvenes que se ven obligados a trabajar a tiempo parcial sin ser lo deseado –más de cinco veces superior a la media de la OCDE- y apuntan la principal causa: el duro régimen fiscal español desalienta la contratación.
Las recetas de la OCDE para impulsar empleo pasarían por variar quien financia al estado, en tanto que ahora mismo este se sustenta de forma excesiva en los impuestos sobre el trabajo. El 58% de lo recaudado en España viene de los ingresos laborales, por encima del 51% de la OCDE. Ese dato llega sumando el impuesto sobre la Renta de las Personas Fïsicas y las cotizaciones a la Seguridad Social. En este último caso particular, las diferencias son aún mayores, con un 36% de recaudación en España frente al 27% de la media OCDE. ¿Cómo garantizar entonces la sostenibilidad de la Seguridad Social metiendo menos mano al empleador y al trabajador? Llevando el dinero a su bolsillo, explica la OCDE: “España tiene un IVA comparativamente bajo y una escasa recaudación por impuestos medioambientales” señalan.
En este gráfico se observa cómo las aportaciones derivadas del trabajo son muy superiores en España a la media de la OCDE (el gran espacio azul en el medio), mientras que los impuestos sobre bienes y servicios, al consumo en esencia, son inferiores (las barras verdes superiores).
Para la OCDE, las reformas laborales del año 2012 “acercaron el grado de protección ofrecido por los contratos indefinidos a la media de la OCDE” que, antes eran casi los mayores. Con todo, explican que “el régimen fiscal español desalienta la contratación y activación de los trabajadores”. La organización denuncia que la brecha fiscal en España, esto es, la diferencia entre lo que le cuesta a una empresa tener a un trabajador y lo que este percibe finalmente en su cuenta, es aún demasiado amplia. Por esta razón, este escenario promueve las condiciones para que se desarrolle una gran economía sumergida, o la utilización de los contratos temporales como salvaguarda para evitar la sobreprotección del indefinido.
En España, solo el 20% de los contratos temporales se convierten en indefinidos en un plazo de tres años, lo que contrasta con el 50% que presenta la media de la OCDE. Su receta es insistente, “relajar la legislación sobre el despido de trabajadores fijos”, para hacerla similar a la media significaría aumentar la contratación a la larga.
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