El mercado de operaciones corporativas en España apunta a un agitado 2022
Tras un 2021 de volúmenes récord de operaciones de banca de inversión y corporativa, se espera que este año continúe la inercia, sostenida por una cuantiosa liquidez, y veamos en España un agitado mercado de fusiones y adquisiciones, que estará dominado por las energías renovables y las telecomunicaciones, aunque tampoco se descarta que el sector bancario avance en su consolidación.
Según apuntan fuentes del mercado, el mensaje central que se percibe es que «hay tantas operaciones actualmente en marcha, que, al menos en los primeros seis meses del año, la actividad va a seguir siendo muy, muy alta». De hecho, algunas de ellas constatan que hay muchos despachos de abogados que están reforzando sus plantillas ante el trabajo que se les viene encima, ante el interés de los inversores internacionales.
Así lo estima también Jorge Riopérez, socio responsable de Corporate Finance de KPMG en España, que prevé que las transacciones de M&A se mantendrán a lo largo de los próximos meses. «La abundancia de liquidez y la consolidación de la inversión institucional en el mercado privado son los motores que alimentan la demanda de oportunidades» en el mundo posterior a la pandemia por «la transformación de ciertos paradigmas de la economía» de la mano de la digitalización o la sostenibilidad, explica este experto.
Los principales compradores interesados en compañías españolas son tanto los fondos institucionales -el capital riesgo, y fondos de infraestructuras y alternativos- como las propias corporaciones industriales, que necesitan de la actividad inorgánica para afrontar sus planes de futuro, detalla Riopérez. En cuanto a su nacionalidad, indica que «después de cierta invasión de origen más exótico proveniente de países emergentes, volvemos a asistir a un proceso de actividad cross border entre las economías desarrolladas en lo que se refiere a actividad corporativa», en procesos en los que «el inversor institucional se sigue canalizado a través de los mercados financieros tradicionales».
En este sentido, no descarta grandes operaciones, con valoraciones superiores a los 1.000 millones de euros, por parte de grupos empresariales de gran tamaño que poseen una mayor capacidad financiera, en un contexto de consolidación de ciertos sectores. Esa combinación genera «un flujo de operaciones cada vez mayores, una tendencia que veremos en el futuro», afirma.
Telecos, renovables, banca y unicornios
En el caso de la industria de las telecomunicaciones, el ruido en el mercado comenzó a raíz de la oferta de KKR por Telecom Italia, pero hay más factores específicos en España que invitan a pensar en posibles compras. La escasez de márgenes ante la intensa guerra de precios podría propiciar fusiones. A ello se suma el hecho de que «las valoraciones de las redes de fibra están siendo muy atractivas y hay bastante voracidad por parte de capital riesgo por este tipo de activos», señalan fuentes del mercado. Todo ello contribuye a que este sea uno de los sectores «calientes» de cara a 2022.
Otro sector en el que se puede ver movimiento es el de renovables, gracias a la amplia liquidez y «el apetito por parte de inversores institucionales, e incluso por parte de las compañías de la vieja economía, como las petroleras, que están dando un giro a su mix para cumplir con los criterios de emisiones netas cero», corroboran las mismas fuentes.
Compañías como Capital Energy u Opdenergy, que suspendieron sus respectivas salidas a Bolsa el año pasado por las desfavorables condiciones del mercado, podrían retomar sus planes mediante un proceso de dual track, por el que también podrían buscar una venta, ya sea del 100% o de una participación, sabedoras de que existen inversores ávidos por comprar. De esa manera, sortearían la volatilidad que puede haber en el mercado y que podría lastrar su valoración si salieran a cotizar en el entorno actual, con el S&P 500 en máximos, lo que hace que los analistas no auguren un gran año en Bolsa, y más con las dudas que aún generan ómicron en las cuentas de resultados y conflictos geopolíticos como el de Ucrania. «Aunque tu compañía sea muy buena, quizá no sea el momento de salir al mercado», advierten las fuentes.
Tampoco hay que olvidarse de la banca, en la que la consolidación podría reactivarse, con la mirada puesta en la búsqueda de sinergias mediante una fusión, cerrando oficinas y recortando plantilla, sobre todo teniendo en cuenta la fuerte inversión en tecnología que implica la digitalización de sus servicios, en un contexto en el que aún no se ha iniciado la normalización monetaria -el Banco Central Europeo va bastante por detrás de la Fed en cuanto a intención de subir los tipos de interés- y los márgenes que obtienen son escasos.
Además, los inversores no pierden de vista a las «pequeñas joyitas», los llamados unicornios, las startups que ya han alcanzado una valoración superior a los 1.000 millones de euros y tienen muchas papeletas de ser blanco de posibles compras. Hablamos de un entramado de sociedades muy atractivo: Jobandtalent, Glovo, Wallbox, Cabify… «Hace 10 años tenías que explicar qué era Madrid y ahora la gente se fía de las cosas buenas que salen de España», explican fuentes del mercado en relación al interés que generan estas compañías. «Las rondas de financiación que están haciendo los unicornios reflejan un gran apetito de inversión, tanto extranjera como nacional», apuntan.
Incluso señalan que las recomendaciones de inversión están yendo más hacia el segmento de tecnología y no tanto hacia las grandes compañías, que ya tienen un recorrido bastante alcista en Bolsa. Muchas de estas pequeñas firmas, algunas de ellas punteras en ciberseguridad o en la nube, no cotizan y parecen estar discretamente en un segundo plano. Nada más lejos de la realidad.