Política

¡Váyase, señor Sánchez!

“Los defensores de un gobierno limitado a menudo sostienen el ideal de un gobierno… ‘árbitro’ arbitrando imparcialmente entre facciones contendientes en la sociedad. Sin embargo, ¿por qué debería hacerlo el gobierno? … el Estado y sus gobernantes actuarán para maximizar su poder y riqueza, y por lo tanto expandirse inexorablemente más allá de los supuestos ‘límites’”. Murray Rothbard

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Vista desde el edificio Colón de la manifestación contra el Gobierno de Sánchez.

Ayer presenciamos como se abarrotaron las calles de Madrid con la denominada “manifestación de la derecha”, un hito que se ha convertido en un clamo al Sol de todos aquellos españoles que creen en la unidad de España, y a su vez consideran a Pedro Sánchez el “okupa” de La Moncloa, debiendo de forma democrática convocar elecciones YA, lo que comparto.

Como frecuentemente ocurre, los argumentos a favor y/o en contra de dicha manifestación se suceden en función de los alegatos que cada cual defiende, pero sobre todo considero que van en representación de la casuística personal que influye vehementemente en la forma de pensar de cada individuo. Dicho esto, no les puedo negar que la incidencia del grupo sobre los factores individuales suele acelerar las opiniones bajo populismos que siempre trato de entender, aunque a veces deba esforzarme. Lejos de la realidad, esta bipolarización en la que España se está sumiendo de manera peligrosa, se focaliza principalmente en un solo elemento; ¡El Poder!

No tengo pelos en la lengua si afirmo que bajo los argumentos de la corrupción y del nacionalismo, la dualidad derechista e izquierdista se radicaliza en sus argumentos de manipulación sobre la opinión general con el único objetivo de acelerar la carrera hacia el poder. Los libertarios asumimos tal y como nos enseñó Rothbard que no existen inconsistencias sobre ser “izquierdista” en algunos temas o “derechista” en otros, pero afirmaría que como libertarios observamos en nuestra posición la única postura verdaderamente consistente; aquella que consiste en nombre de la libertad de cada individuo.

A nadie se le escapa que entre las excusas de aquellos que ansían de manera descarada mantenerse en el poder, existe la defensa de la palabra ‘diálogo’

He de confesarles que me fascina analizar las conductas del ser humano con cierta distancia y cierto es que no deja de sorprenderme, pero mi sorpresa se extrema cuando el individuo pasa a formar parte del rebaño. Por ejemplo, estos días en Twitter ha habido una lucha acerca de quién es ‘Trending topic’, si los del #YoVoy o los del #YoNoVoy. Pero lejos de esta absurda competición popular, a nadie se le escapa que entre las excusas de aquellos que ansían de manera descarada mantenerse en el poder, existe la defensa de la palabra ‘diálogo’; cuando deberían de llamarle supervivencia, o ‘defensa de la unidad de España’ cuando deberían llamarle conspiración hacia el poder. Al fin y al cabo, es el quítate tú que me pongo yo de toda la vida. Para mi ésta es la verdadera realidad de aquellos que se hacen llamar políticos. ¡Poder por poder! Todo se resumen en eso. Unos por mantenerse y otros por entrar. Sin embargo, yo creo en la existencia de una tercera vía, una vía que como Trader e insider de los mercados financieros, es la única que debería discutirse; ¡la vía de la libertad! Y qué difícil es ser libre hoy en día…

En primer lugar debemos tener muy presente que la presencia del Sr. Pedro Sánchez en La Moncloa se ha realizado desde el Parlamento, ¡no desde las urnas! de ahí lo de “okupa”. Por lo tanto, El PSOE debería convocar elecciones de manera urgente para que sean los propios ciudadanos los que puedan elegir cómo y con quién al mando quieren convivir. De quién quieren la implantación de propuestas útiles, que no inútiles, ya va tocando ¿no creen? Y en lo que nos concierne sobre los mercados financieros, en mi opinión simplemente deben liberalizar la economía. Tenemos una oportunidad, la de ser el país más libre de Europa. Ayudarnos a los emprendedores a liderar nuestros proyectos y de ese modo fomentar la libertad muy por encima del poder, algo que a día de hoy intuyo lejano. Es evidente que hay dos maneras de ver las cosas en la actualidad; aquellos que piensan que subiendo impuestos llenarán la hucha de las pensiones y aquellos que creemos férreamente que liberalizando la economía podremos emprender y crear más empleo. Tal vez la mejor manera de llenar la hucha de las pensiones sea no vaciandola, piénsenlo.

Podemos hablar de unidad nacional, de derechas, de izquierdas, de corrupción, de nacionalismos extremistas, de golpistas, de supremacistas, de Ley, de sentimientos… Pero también podríamos hablar de cómo mejorar España, de cómo levantar nuestra economía, de cómo crear empleo y de cómo hacer de nuestra sociedad una sociedad más justa para con cada individuo permitiéndole valerse por sí mismo. No es de extrañar por ende, que nuestro IBEX 35 cotice en niveles de hace 20 años, puesto que mientras exista el intervencionismo y tengamos este paupérrimo nivel de liderazgo en la clase política, seguiremos presos de aquellos que tanto ansían el poder, algunos por recuperarlo y otros por sobrevivir, y ello como nos deleitaba Rothbard, forma parte de la propia corruptibilidad del poder, que parte de la premisa de que aquellos que lo ostentan, harán uso de él para expandirse inexorablemente más allá de sus supuestos límites y es por este motivo, por el que hoy yo también canto; ¡váyase Sr. Sánchez!

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