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La intrahistoria de la guerra en Prisa: «Dimos a Oughourlian un año de tregua pero ya se acabó»

Los accionistas españoles de Prisa, apoyados por los mexicanos y a la espera de Slim y Vivendi, quieren echar a Oughourlian

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Joseph Oughourlian, presidente de Prisa.
Carlos Ribagorda

Domingo, 16 de febrero. El diario El País publica una página entera con una entrevista a Carlos Núñez, en ese momento presidente de Prisa Media, la filial de medios de comunicación del grupo. Núñez señala en esa entrevista que la evolución natural de Prisa era entrar en una televisión en abierto, como querían los accionistas españoles de la compañía, y explicaba que el grupo, dada su situación financiera, iba a apoyarla pero no iba a invertir dinero -el plan es que aportara publicidad y servicios a cambio del 30% de la sociedad gestora de la cadena-, como quería Joseph Oughourlian, presidente de Prisa y primer accionista con el 29,6% del capital. Parecía que se ponía fin a la guerra de Prisa entre los accionistas españoles y el inversor francés de origen armenio, a cuenta del canal de televisión.

Martes, 25 de febrero. Carlos Núñez, consejero también de Prisa, explica en la reunión del consejo la evolución del proyecto del nuevo canal de televisión. Sin estar en el orden del día de la votación, Oughourlian fuerza a los consejeros a votar y tumba definitivamente este proyecto -controla 11 de los 15 asientos del consejo-. Al día siguiente, miércoles, Oughourlian reúne al consejo para destituir a Núñez por traición. Por la tarde despidió a José Miguel Contreras, director editorial del grupo e impulsor del proyecto de televisión.

«Ése es Oughourlian. Con esta anécdota puedes entender muy bien al personaje. La entrevista de Núñez en El País dando el visto bueno a la televisión fue una orden expresa de Oughourlian. Él fue el que obligó a Núñez a hacer esa entrevista, no fue una decisión de Carlos. Y a los diez días aprovechó para cargárselo en el consejo por traición. Lo que le ha hecho a Núñez no tiene nombre», explican fuentes conocedoras de la situación.

¿Cómo se ha llegado a esta guerra en Prisa? ¿Por qué decide Oughourlian esta carnicería ahora? «Oughourlian llegó a la presidencia de Prisa en 2021 con un pacto con otros accionistas como Telefónica para estar temporalmente en el cargo. Se comprometió a salir de las tareas de gestión de la empresa. En mayo de 2022, los accionistas españoles entraron en la compañía comprando el 7% de Telefónica con el compromiso suyo de que saldría de la gestión. Para eso entraron. Pero ha engañado a todos, también al Gobierno, que le facilitó la entrada en Indra y ahora también le traiciona», explican desde uno de los bandos en guerra.

«Viendo que no cumplía su palabra y se eternizaba en el cargo, los accionistas españoles decidieron darle un año de tregua para que cumpliera. Pero, un año después, la situación fue a peor. Oughourlian dirige la compañía como si fuera suya pese a tener el 29% del capital. Funciona como un emperador, así que los españoles -también la familia Polanco y el Banco Santander- empezaron a oponerse», explican.

«Los accionistas españoles votaron en contra de la subida de sueldo suya y de su pareja, la vicepresidenta y CFO Pilar Gil, posible nueva presidenta de Prisa Media. Quiso dividir Prisa Media en dos y desgajar la parte de Hispanoamérica. Los accionistas españoles votaban sistemáticamente en contra y empezaron a buscar apoyos entre los accionistas para echarlo», señalan estas fuentes.

Y, en medio de esa situación, Oughourlian quería quitarse de en medio a Contreras y los afines a Moncloa, más pendientes en su opinión de cumplir con los deseos editoriales del Gobierno que de reflotar la compañía y sacarla del ahogo financiero. Oughourlian cuenta en privado que Contreras quería quedarse con el 10% de la empresa que gestionará el nuevo canal de televisión sin aportar dinero, o que quería venderle otra productora a Prisa como ya hizo con LaCoproductora.

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El ex presidente de Prisa, Manuel Polanco.

«Oughourlian está harto de las deslealtades de los accionistas españoles y ha dado un puñetazo en la mesa. Y cuando va a la guerra va con todo. Se ha cargado a Núñez y a Contreras y se cargará a la cúpula de El País. Va a reducir el número de consejeros para echar a Andrés Varela Entrecanales y a Manuel Polanco, que tienen un 7% del capital. Va con todo», explican fuentes del otro bando.

Tanto es así, que el miércoles reunió a los jefes de los periódicos y la radio y les dijo textualmente que se había iniciado una guerra entre él como «defensor de la libertad de expresión» y un Gobierno que quería controlar empresas privadas. «Suena sarcástico que él se erija como defensor de la libertad de expresión. Pero además les dijo que era la guerra y que habría represalias para el que no estuviera con él», señalan fuentes conocedoras de la reunión.

Llegados a este punto, ya no hay solución posible. Sólo puede quedar uno de los dos bandos. La respuesta se verá en la próxima Junta de Accionistas, que se celebrará probablemente en junio. De cara a esa Junta, los accionistas españoles trabajan para sumar el 51% del capital y echarlo. De momento, tienen a los mexicanos de su parte, a la familia Polanco y al Banco Santander. La clave estará en lo que haga Vivendi (12,5%) y Carlos Slim (7%).

En estos momentos no se sabe qué hará ninguno de los dos. Vivendi es socio de Oughourlian, pero habrá que ver qué vota finalmente en la Junta y si se enfrenta a todo un Gobierno -y al Santander-. El caso de Slim podría estar más claro. «¿Slim? ¿Pero qué gana votando con Oughourlian? Votará con el Gobierno, que además tiene el BOE y Slim una constructora en España (FCC)», señalan fuentes del sector.

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