El Gobierno frena su subidón de impuestos ante el empeoramiento de la economía
Las intenciones del Gobierno de Pedro Sánchez de aplicar una fuerte subida de impuestos en su reforma fiscal se han chocado con la realidad del estancamiento de la economía, agravado ahora por el conflicto en Ucrania y su impacto en los precios de la energía. Ante esta situación, no tendrá más remedio que rebajar sus pretensiones, según confirman varias fuentes conocedoras de la situación.
De hecho, esta necesidad de revisar a la baja sus intenciones es lo que explica el retraso en la presentación del informe del llamado «grupo de expertos» (todos ellos afines al Gobierno), que debía haberse presentado en febrero. Finalmente, se presentará el próximo jueves y, según las fuentes, ahora mismo están revisando sus conclusiones para atemperar la subida de impuestos que se barajaba inicialmente.
Como es sabido, la intención de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es armonizar los impuestos de Patrimonio y Sucesiones con un tipo mínimo estatal (lo que perjudicaría básicamente a la Comunidad de Madrid) e introducir nuevos impuestos medioambientales sobre los carburantes y sobre la economía digital.
Sin embargo, el deterioro de la economía española ya puso en cuarentena estas pretensiones el mes pasado. Y el estallido de la guerra en Ucrania ha terminado de dar al traste con ella. El IPC de febrero se disparó hasta el 7,4%, con una inflación subyacente en el 3% (algo que no se veía desde 2008 y que indica que la subida de la energía se ha trasladado a todos los bienes y servicios). Funcas ha elevado su previsión hasta el 5,6% para el conjunto del año, con advertencia de que puede llegar hasta el 6,5%.
Lo contrario se puede decir del crecimiento del PIB, para el que el Gobierno mantiene una previsión del 7% absolutamente irrealizable. El consenso de expertos se sitúa en el 5,6%, y este lunes el Consejo General de Economistas rebajó su estimación hasta el 5,2%. Aunque todavía es un crecimiento respetable, el imprevisible shock del conflicto armado puede reducirlo todavía más y poner a España a las puertas del peor escenario económico posible: la estanflación.
Con ese panorama, el Gobierno no puede permitirse una fuerte subida de impuestos que dé la puntilla a la recuperación económica. Y eso es lo que explica que haya dado marcha atrás en sus pretensiones maximalistas y haya rebajado notablemente el endurecimiento tributario, siempre según las fuentes.
La propuesta de Podemos y la subida encubierta del IRPF
Aunque más bien habría que hablar de la parte socialista del Gobierno, porque la de Podemos es completamente ajena a la realidad y únicamente se guía por sus pautas ideológicas. Sólo así se explica que hace unas semanas plateara un alza impositiva salvaje para aumentar la recaudación en 30.000 millones (partiendo, claro está, de que todos los demás factores se mantienen igual ya que desconocen que, si se aumentan los impuestos, la actividad se reduce y se recauda menos, el conocido efecto Laffer).
En todo caso, el Ejecutivo sí ha adoptado una subida del IRPF encubierta al no deflactar la tarifa con el IPC -algo poco relevante en los últimos años en que apenas había inflación, pero muy importante en la situación actual-. Esto significa que los ingresos de los ciudadanos valen menos por la inflación pero sigue pagando lo mismo a Hacienda (como si no hubiera inflación), lo que en términos reales supone tributar más.
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