Freudenberg, fabricante de Vileda, salva la crisis gracias al sector químico y a los productos del hogar
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La diversificación ha amortiguado el impacto de la crisis del coronavirus en el negocio de Freudenberg, la multinacional alemana conocida por ser el fabricante de la archiconocida fregona Vileda. El grupo tecnológico -con presencia en Madrid, Barcelona, Burgos y Navarra- reconoce que ha sufrido un fuerte castigo en las líneas de negocio orientadas a la automoción, la moda y los servicios del canal HORECA (Hoteles y restauración). Por contra, la industria química y los productos de limpieza de uso doméstico han resistido mejor ante la pandemia.
El presente y futuro del sector de la automoción es el que más inquieta a la multinacional germana. No es para menos, ya que representa el 60% de su facturación. Desde Freudenberg explican que el sector ya estaba inmerso en un cambio estructural profundo antes de que comenzara la pandemia, que ha terminado por darle la puntilla. Sin embargo, y aunque los proveedores de la automoción anticipan una caída de la facturación de hasta el 30% en 2020, confían en que la demanda se recupere en los próximos meses. De hecho, ya han detectado los primeros síntomas de mejoría.
«En medio de este cambio de paradigma aparece un problema coyuntural, el de la crisis sanitaria, que en nada ayuda a mejorar las cosas. No obstante, estamos observando un incremento de la demanda de componentes para los próximos meses que debería suavizar los malos resultados hasta ahora. Nuestros negocios son globales, la demanda exterior, que quizás se recupere antes, nos dará algún alivio», explica Jaume Cané, country manager del grupo en España.
El responsable de Freudenberg asegura que las filiales en España siguen siendo competitivas a pesar de la crisis. Lo son gracias a los esfuerzos que han realizado antes de que estallara la pandemia. «Lo que hagas antes de una crisis determinará cómo la podrás superar. La recuperación vendrá de la mano de la vuelta al consumo y la confianza. En este sentido, no había un problema estructural, como ocurría con la anterior crisis financiera, y sí hay un problema sanitario que acabará por resolverse y por facilitar el consumo de nuevo. Este momento determinará la normalidad también en la industria», explica Cané.
Seguir invirtiendo
Freudenberg invirtió cerca de 681 millones a cierre de 2019 y anunció una inversión de hasta 10 millones para las plantas en España. Ahora, y aunque la incertidumbre marca el pulso de la economía mundial, reconocen que no pueden renunciar a ese objetivo.
«La orientación a largo plazo de nuestro grupo exige el mantenimiento de inversiones para asegurar el futuro de la compañía. Son de especial relevancia para nosotros, ahora más que nunca, aquellas que nos ayuden al desarrollo de nuevos productos. A pesar de la crisis, debemos seguir invirtiendo», cuenta Cané.
Resultados
Las filiales españoles de Freudenberg obtuvieron un beneficio operativo de 21 millones de euros en 2019, lo que representa una caída del 4,7% respecto al año anterior. El resultado estuvo lastrado por el peor comportamiento del sector del automóvil en el país. Las ventas en España subieron un 1,4%, hasta los 312 millones de euros.
En todo el mundo, la compañía facturó 9.467 millones de euros, en línea con los ingresos de 2018, aunque su beneficio operativo cayó un 10%, hasta los 820 millones de euros, también por la desaceleración de la industria del automóvil, el menor crecimiento en China y los costes iniciales del negocio de baterías y células de carburante.
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