Limitado velocidad

Europa obligará a los fabricantes a instalar un limitador de velocidad en los coches en 2022

El Parlamento Europeo ha aprobado este martes con 578 votos a favor y 30 en contra la obligación de que los vehículos ligeros lleven instalados un limitador de velocidad inteligente a partir de 2022, que se extenderá en 2024 a todo el parque móvil.

Coches
Coches (Foto: EP)

El objetivo que busca la Unión Europea es reducir la mortalidad en las carreteras del continente en un 20%. El llamado Asistente Inteligente de Velocidad (ISA, por sus siglas en inglés), uno de los 30 nuevos sistemas para reducir los accidentes de tráfico en coches, furgonetas, autobuses y camiones.

Ese ordenador de abordo avisará al conductor a través de cámaras que detectan las señales, mapas y datos extraídos del GPS de la velocidad máxima a la que debería de circular el vehículo, pero será el conductor el que tenga la última decisión. Podrá desactivar el dispositivo en el momento que quiera. Su uso no será obligatorio.

Se trata de un primer paso para que los conductores se habitúen a un aparato como éste mientras se van perfeccionando esos dispositivos, aún con un margen de error de en torno al 10%.

La ponente del texto en el Parlamento Europeo, la eurodiputada conservadora polaca Róza Thun, describe el dispositivo como un «sistema inteligente que hará que los conductores sean plenamente conscientes de que están excediendo el límite de velocidad».

«Esto no sólo nos hará a todos estar más seguros, sino que también ayudará a los conductores a evitar multas», declaró la europarlamentaria.

La Dirección General de Tráfico (DGT) española ya había propuesto el año pasado que el limitador de velocidad pasara a ser obligatorio en los vehículos, según la lógica de que la velocidad es «el punto estratégico» de la seguridad vial: a mayor velocidad se producen más accidentes y de mayor gravedad.

Los coches, según la normativa aprobada por la Eurocámara, deberán ir también equipados con mecanismos de frenado inteligente, sistemas avanzados de advertencia por distracción, de mantenimiento de carril, de detección de marcha atrás, interfaz para la instalación de alcoholímetros antiarranque y parabrisas que mitiguen los daños causados a ciclistas y peatones en caso de choque.

Llevarán instalada una señal de frenado de emergencia, que ya era obligatoria para camiones y autobuses, y un registrador de los datos de los segundos previos al accidente que servirá de «caja negra» para analizar las causas del siniestro, sistemas todos ellos que también reducirán potencialmente las emisiones de CO2.

Más allá de los coches, la nueva normativa europea afecta también a los grandes vehículos, como camiones y furgonetas, que a partir de 2025 deberán empezar a equiparse con tecnología de visión directa para detectar mejor los puntos ciegos y un sistema de alerta de colisión para alertar a peatones y ciclistas, los usuarios más vulnerables de la vía pública.

Siniestralidad

Más de 25.000 personas murieron en las carreteras europeas y 135.000 sufrieron heridas graves en 2018, según los datos preliminares publicados por la Comisión Europea, que no llegará a su meta de reducir los siniestros mortales a 15.750 en 2020.

El Ejecutivo comunitario aspira, no obstante, a reducir a la mitad el número de accidentes mortales o graves entre 2020 y 2030 y a alcanzar el objetivo de cero muertes en las carreteras de la Unión Europea en 2050.

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