El apoyo de Unipostal 1-O le pasa factura: los clientes abandonan la firma

Unipost
Guardia Civil en las instalaciones de Unipost. (Foto: EFE)
María Villardón

La colaboración de Unipost con el referéndum ilegal en Cataluña del 1-O le está pasando factura a la postal de Antón Raventós: los clientes están comenzando a abandonar la firma de la postal. La compañía ya logró sobrevivir al apoyo que prestó a la consulta ilegal (9-N) convocada por Artur Mas, sin embargo, en esta ocasión las cuentas no logran levantar el vuelo y los empleados temen un desmantelamiento total de la firma si los clientes siguen saliendo.

Esta huida de clientes de Unipost agrava la delicada situación financiera de la compañía catalana que se acogió al concurso de acreedores el pasado mes de julio y tiene una deuda con la Agencia Tributaria de 5,4 millones de euros.

La sociedad lleva alrededor de un año intentando sobrevivir y su colaboración con la Generalitat de Carles Puigdemont en el referéndum ilegal ha sido la puntilla a sus finanzas. Las instalaciones de la compañía fueron registradas por la Guardia Civil a mediados de septiembre y encontraron abundante material relacionado con la consulta suspendida por el Tribunal Constitucional con el fin de ser distribuido por sus empleados.

La compañía naranja, tras su reincidente relación con el independentismo catalán, regresó nuevamente al candelero y su imagen volvía a sufrir una embestida de reputación. Desde el último registro, Unipost ha ido perdiendo progresivamente clientes, algo que no se puede permitir si quiere llevar el proyecto a buen puerto.

Según fuentes cercanas a la compañía, la decisión de Unipost de colaborar con el referéndum ilegal promovido por la CUP y por Junts pel Sí (JxSí) ha molestado a algunos clientes y han optado por no renovar los servicios con la catalana. Además, según las mismas fuentes, creen que los últimos movimientos tomados por la dirección serán un problema a la hora de cerrar acuerdos anuales con los clientes cuando se sienten con ellos a final de año.

Una crisis reputacional de Unipost que se ha sumado a una disminución en la calidad en el servicio prestado y concurso de acreedores en proceso inicial sin un proyecto de reflotación en la mesa.

Este mismo miércoles, la compañía y la administración concursal ha comunicado a los sindicatos que tiene previsto iniciar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a nivel nacional alegando causas económicas, organizativas y técnicas. En este momento la postal cuenta con una plantilla de 2.500 empleados.

Los representantes de los trabajadores ya han comunicado a la compañía que rechazan los despidos colectivos que les plantean. Creen que se está en esta situación por “la mala gestión de Unipost a espaldas de sus trabajadores”.

Los sindicatos señalan, además, que un ERE pondrá en jaque el futuro de la compañía al dejar la plantilla “mermada” y dejar a la compañía “en un callejón sin salida”. Por ello, piden que Unipost busque inversores que puedan dar un balón de oxígeno a las dañadas finanzas de la compañía.

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