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El director financiero y antiguo director general de Cabify abandona la empresa en plena crisis de las VTC

Juan Ignacio García Braschi, ex director general de Cabify y actual CFO (chief financial officer) del 'unicornio' español, deja la compañía para emprender nuevos proyectos tras casi ocho años en los que ha sido una de las personas clave de un Cabify que ha pasado de pequeña startup a multinacional de la movilidad.

Cabify pierde a una de las personas más importantes en el nacimiento de la compañía, un directivo que ha estado durante casi toda la andadura de la empresa y que ahora la abandona. Juan Ignacio García Braschi, uno de los principales gestores de la multinacional española, que en 2021 cumple 10 años de existencia y que ha sido catalogada como el único ‘unicornio’ español (empresa tecnológica de más de 1.000 millones de dólares de valoración), se marcha de la compañía.

Cabify pierde así a uno de sus directivos de mayor relevancia, hombre clave en la puesta en marcha y en la ‘escalada’ del proyecto, country manager -puesto similar al CEO- entre 2014 y 2016 y actual director financiero de la entidad. La empresa no ha hecho comentarios adicionales ante el movimiento en su cúpula directiva.

Varias fuentes conocedoras de la situación confirman a este periódico la marcha de García Braschi, importante directivo de Cabify. Se indica que su salida es para emprender un proyecto nuevo, si bien esta se produce en medio de una situación de complicaciones financieras para el sector de las autorizaciones VTC, con grandes compañías como Moove Cars -socia de Uber- que ha tenido que ser rescatada por la multinacional californiana, que le ha impuesto un severo recorte del 40% en la valoración de las autorizaciones.

Aunque también opera con taxis, patinetes y otros segmentos, Cabify  ha cimentado su crecimiento en las autorizaciones VTC y además posee cientos de estas tarjetas de transporte dentro de su balance.

Ocho años en la empresa

García Braschi deja de formar parte de una empresa a la que ha pertenecido desde el año 2013, conformando desde hace años el ‘núcleo duro’ de Cabify junto con Juan de Antonio, actual consejero delegado del grupo Maxi Mobility (matriz de Cabify) y fundador de la compañía; Vicente Pascual, que también fue fundador y Mariano Silveyra, vicepresidente de public affairs del grupo y responsable para Europa.

Ricardo Weder, que fue nombrado presidente de Cabify en 2018, abandonó el puesto y la compañía un año después. En aquel entonces, Cabify logró 130 millones de euros en una ronda de financiación, la última que ha podido conseguir hasta el momento.

El gestor financiero

Precisamente estos problemas para encontrar financiación han sido una constante en los últimos meses debido a la pandemia, si bien no está confirmado que hayan motivado la salida de García Braschi del grupo. Braschi era el principal responsable de la gestión financiera de Cabify y uno de los mayores ‘buscadores’ de financiación para el ‘unicornio’ español. En este ámbito los últimos trimestres de Cabify han sido especialmente duros.

La compañía anunció ya en 2019 que se lanzaba a una nueva ampliación de capital con la que buscaba reforzar su presencia en los mercados en los que estaba presente, esencialmente España y algunos países de Hispanoamérica. Pero meses más tarde, a principios de 2020, este periódico informó de que Rakuten Ventures, hasta entonces el mayor socio financiador de Cabify, prefería no participar en su nueva ronda y dejaba a Cabify lejos de conseguir la ronda de financiación, dado que como lead investor, lo que los japoneses hicieran marcaría el camino para el resto de inversores interesados en dar más capital.

Cabify anunció en 2019 que se lanzaba a una nueva ampliación de capital con la que buscaba reforzar su presencia en los mercados de España e Hispanoamérica, pero la operación no llegó a cerrarse

Una vez iniciada la pandemia, y tal y como adelantó este periódico, Cabify pidió la asistencia del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a través de una de sus filiales, Vector Ronda Teleport -antigua sociedad del vicepresidente de Prisa Rosauro Varo que acumulaba a principios del año 2020 1.400 tarjetas de transporte VTC-.

En los últimos meses, la empresa ha vendido su participación en la app de envíos a domicilio Glovo, por una cantidad estimada en aproximadamente 50 millones de euros según ‘La Información’. No obstante, fuentes del mercado señalan que esta liquidez tiene una duración limitada y que la escasa recuperación de la actividad unida al peso de las autorizaciones VTC en el balance suponen una dificultad añadida para la compañía de transporte española.

Otras fuentes, sin embargo, destacan la fortaleza de Cabify y el buen posicionamiento que tiene la empresa para seguir liderando la movilidad sostenible, una de las tendencias del futuro. Estos analistas recuerdan que compañías como Uber y Lyft, dos de los gigantes de Estados Unidos, están sumando buenas valoraciones bursátiles ante un mercado que cree y mucho en la tecnología aplicada al transporte.

Currículo financiero

Braschi se graduó en 2005 como ingeniero de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid y se unió a Merrill Lynch como analista de banca de inversión. En 2007 se cambió a Portobello/Ibersuizas donde trabajó como ejecutivo de inversiones. Según asegura él mismo en Linkedin, allí fue responsable de inversión, «liderando private equity de medio tamaño destinados a dar continuidad al management de los fondos anteriormente gestionados por Ibersuizas».

Antes, Braschi fue analista de la sección ibérica de banca de inversión de Merril Lynch, banco de Estados Unidos donde el directivo se centró en «transacciones en varios sectores, con foco en infraestructuras y telecomunicaciones».

El joven directivo tiene buenos contactos en el mundo financiero y de telecomunicaciones.

Gestor de licencias

La salida de García Braschi hace perder a la empresa a uno de sus principales baluartes humanos, un directivo que ha estado implicado en todas las batallas de la compañía y que en 2016 se inscribió como administrador único de una pléyade de empresas que colgaban del grupo Maxi Mobility para adquirir autorizaciones VTC que provenían en su mayoría de sentencias judiciales tras ser rechazada su concesión por las administraciones autonómicas.

Parte de estas sociedades fueron posteriormente vendidas a otros inversores interesados en las autorizaciones VTC, competidoras de los taxis.