Confirmado por el Gobierno: así podrás jubilarte antes si trabajas en una de estas profesiones con más bajas
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El Consejo de Ministros ha dado luz verde al real decreto que establece el nuevo procedimiento para aplicar coeficientes reductores en aquellas profesiones especialmente duras. Esta medida permite adelantar la edad de jubilación en ciertos puestos, reconociendo así la penosidad de algunos empleos que, hasta ahora, quedaban fuera de este derecho. Conoce entonces a continuación, cómo podrás jubilarte antes si trabajas en una de estas profesiones con más bajas.
Aunque en nuestro país ya existían excepciones para colectivos como los mineros o los trabajadores del mar, esta nueva normativa abre la puerta a que más sectores puedan acceder a jubilarte antes. Eso sí, no se trata de un beneficio automático para todos los trabajadores de un gremio, sino que se aplicará de manera específica a determinados puestos cuya dureza no pueda aliviarse ni siquiera con adaptaciones laborales. La clave estará en justificar, con datos objetivos, que el empleo en cuestión implica un riesgo notable para la salud. Esta iniciativa llega en un momento delicado para el sistema público de pensiones, que se enfrenta al desafío del envejecimiento de la población y a una presión creciente por el retiro de la generación del baby boom. Por eso, el Gobierno ha querido ser muy claro: los coeficientes reductores no saldrán gratis. Se exigirá una sobrecotización que compense el coste de anticipar la jubilación, y buena parte de esa carga recaerá en los empresarios.
Así podrás jubilarte antes si trabajas en una de estas profesiones
Entre los sectores que podrán beneficiarse del nuevo procedimiento para jubilarte antes se encuentran algunos de los más castigados por las bajas laborales y los problemas de salud relacionados con la actividad profesional. Es el caso de albañiles, camioneros, camareras de piso, trabajadoras de residencias, auxiliares de vuelo o mozos de equipaje. En todos ellos, el esfuerzo físico constante, las malas condiciones ergonómicas o la exposición a factores de riesgo hacen mella de forma continua en la salud de los empleados.
Este listado no es cerrado, pero sí indicativo de hacia dónde se orienta la reforma. Para acceder a la jubilación anticipada con coeficientes reductores, será necesario demostrar que en ese puesto concreto se registran altas tasas de incapacidad temporal, siniestralidad laboral, mortalidad o invalidez permanente. Cuanto mayor sea la incidencia de estas variables, más probabilidades habrá de que la petición sea aprobada.
El objetivo es que los trabajadores más castigados puedan retirarse antes, sin tener que esperar a los 65 o 67 años. Sin embargo, el decreto también establece límites: en ningún caso se permitirá jubilarse antes de los 52 años, aunque se hayan acumulado muchos años en un empleo especialmente duro.
Un procedimiento complejo, pero con garantías
El nuevo reglamento no aplicará de forma automática. Cada colectivo interesado tendrá que presentar su solicitud siguiendo un procedimiento claro pero exigente. La vía más directa será a través de un acuerdo entre sindicatos y patronales. Si no se llega a un consenso, los representantes sindicales podrán presentar la petición directamente ante la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social.
Una vez recibida la solicitud, se activará un proceso de evaluación que incluirá informes técnicos de distintos organismos, como la Inspección de Trabajo, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo y, en caso de tratarse de empleados públicos, también el Ministerio de Función Pública. El análisis será profundo y se tomará en cuenta tanto la incidencia de enfermedades profesionales como las bajas por contingencias comunes, para evitar que se pasen por alto dolencias vinculadas al trabajo pero no reconocidas oficialmente.
Después de este estudio, una comisión de evaluación tendrá la última palabra. Tendrá un plazo de hasta seis meses para decidir si concede o no los coeficientes reductores. Aunque la ley da margen al ministerio para activar esta comisión en un plazo de cuatro meses desde la solicitud, se espera que los tiempos sean más ágiles, dada la presión social y sindical para que esta medida comience a aplicarse cuanto antes.
Una medida con polémica
Aunque la medida ha sido bien recibida por muchos trabajadores y sindicatos, no todas las patronales han reaccionado con el mismo entusiasmo. El principal escollo es el aumento de los costes laborales que supondrá la sobrecotización exigida para aplicar los coeficientes reductores. Este rechazo ha sido especialmente fuerte en sectores como la construcción, cuya patronal ya ha mostrado su oposición frontal.
En contraste, en otros sectores como el del transporte de mercancías y pasajeros, las grandes patronales sí han respaldado la iniciativa. Consideran justo que quienes pasan largas jornadas al volante, con un alto riesgo de siniestros y problemas musculoesqueléticos, puedan retirarse antes. Algo parecido sucede en el ámbito de los cuidados, aunque aquí las posiciones están más divididas.
El caso de las camareras de piso, por ejemplo, sigue sin una postura clara por parte de la patronal hotelera. Sin embargo, los sindicatos insisten en que este colectivo (expuesto a sobreesfuerzos físicos y altas tasas de bajas médicas) debería estar entre los primeros en beneficiarse del nuevo procedimiento.
Otros sectores que ya preparan su solicitud
Hay muchos otros colectivos que ya están preparando sus solicitudes o que han iniciado campañas para reclamar el adelanto de su jubilación. Es el caso de los policías locales y nacionales, así como de los guardias civiles, que aún no disponen de coeficientes reductores, a pesar del alto nivel de riesgo que implica su trabajo. También los bomberos forestales llevan tiempo esperando que se materialice un derecho que ya fue aprobado hace tiempo pero que sigue sin aplicarse.
El ámbito de la industria química y del refino también está en el punto de mira, con iniciativas parlamentarias que respaldan la posibilidad de una jubilación anticipada. Las condiciones laborales en este sector (exposición a sustancias tóxicas, turnos rotatorios, trabajo nocturno) lo convierten en candidato claro a estos beneficios, según argumentan los sindicatos.
Lo mismo ocurre en el sector aeronáutico, donde las auxiliares de vuelo denuncian la falta de reconocimiento de los problemas físicos derivados de su labor, como trastornos circulatorios, insomnio o estrés continuado. A pesar de no contar con una patronal fuerte que negocie de forma centralizada, los sindicatos esperan poder abrir pronto esta vía también para ellas.