Gestión de Patrimonios

¿Cómo funcionan los planes de ahorro a largo plazo?

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Ahorra en la declaración de la Renta. (Foto: GETTY).

Una de las alternativas que gana peso antes la casi nula rentabilidad que ofrecen los depósitos son los planes de ahorro a largo plazo o planes de ahorro 5. Se trata de un producto financiero nacido de la reforma fiscal de 2014 que puede contratarse en forma de seguro de vida o cuenta de ahorro. El principal polo de atracción que ofrece es la exención de impuestos por los ingresos que genere, siempre y cuando se mantenga la inversión durante como mínimo cinco años.

¿Cuáles son las características de los planes de ahorro a largo plazo?

  • Exención fiscal de los ingresos: como se ha comentado en la definición anterior, no tributan aquellos ingresos que se generan en caso de haber mantenido el plan durante al menos cinco años.
  • Interés reducido: la rentabilidad de estos planes es escasa, en línea con la reducción de tipos que han sufrido los depósitos bancarios. Ahora bien, hay que tener en cuenta que en los depósitos existe una retención fiscal que en estos planes, si se mantienen el mínimo fijado, no. Por lo tanto, a la práctica supone un ahorro mayor.
  • No existe rescate parcial si se contrata en forma de seguro: la única forma de reintegrar este instrumento es de forma total, no parcialmente como sí permiten los depósitos (aunque pagando una penalización).
  • Existe una preferencia por contratar mediante seguro: la contratación de este tipo de plan en forma de seguro (el llamado Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo, SIALP) permite, una vez pasados los cinco años, reinvertir el dinero en un nuevo seguro sin tributar. Por lo tanto, es posible disfrutar de las mismas ventajas fiscales más allá de los cinco primeros años de vida del plan. Tal ventaja no existe en caso de contratarlo a través de una cuenta (Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo, CIALP).
  • Posibilidad de movilización a otro plan: si el contratante no está satisfecho con el rendimiento o gestión del plan de ahorro, puede cambiarlo a otro sin que para ello se entienda que ha dispuesto el dinero. Por lo tanto, no se resta de los cinco años exigidos para poder recibir la ventaja fiscal.
  • Garantía de un mínimo del 85% del capital aportado: las entidades que comercializan estos planes deben asegurar que, en el vencimiento, el inversor recibirá como mínimo un 85% de aquello que ha ido aportando. Es la forma de ofrecer una cierta seguridad. Igualmente, las entidades comercializan planes que aseguran un pequeño interés fijo (no superior al 1%), de forma que el cliente sabe que percibirá aquello que ha acumulado.

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