FUSIÓN UNICREDIT COMMERZBANK

El cinismo de BlackRock: alaba las «grandes fusiones» porque está detrás de toda la banca en Europa

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

BlackRock ha vuelto a los titulares tras las declaraciones hace unos días de su máximo dirigente, Larry Fink , en las que aseguraba que las fusiones bancarias para crear grandes «campeones» son algo muy beneficioso para Europa. Unas declaraciones que chocan con los que llega desde los distintos gobiernos y de las autoridades de competencia, pero que tienen un claro ventajismo: quiere que salga adelante la fusión entre Unicredit y Commerzbank porque tiene posiciones muy fuertes en ambas entidades y las sinergias elevarían el precio dando pingües beneficios a los americanos.

En concreto, en la operación entre la italiana y la alemana, es el primer accionista en Unicredit y el tercero en Commerzbank, solo por detrás del propio Unicredit -que tiene un 21% ahora- y del Gobierno germano.

Con esas posiciones, y aunque el propio Fink añadió en la entrevista que no quería interferir, sus declaraciones hablando de que «Europa necesita un sector bancario unificado» deja clara la idea que tiene para estas operaciones.

Claro que no es la única, BlackRock es uno de los mayores inversores del mundo en todo tipo de activos, y la misma posición que ahora trata de defender entre Unicredit y Commerzbank la tiene para el mercado español, donde es accionista tanto en BBVA como en Sabadell, que se debaten tras la OPA hostil lanzada por el primero.

BlackRock en el Ibex

De hecho, BlackRock es uno de los principales inversores del mercado español, y en los últimos tiempos ha ido ganando peso en el sector bancario. El fondo que dirige Fink cuenta, como decimos, con un 6,8% en BBVA y con algo más de un 6,5% en Sabadell.

Desde que Carlos Torres comunicase la OPA hostil lanzada sobre el banco catalán, la propia BlackRock ha ido incrementando su posición en ambas entidades. Sobre todo, tras los primeros días, esa posición se ha elevado en Sabadell, porque entienden desde la entidad que pueden salir ganando tanto si se acepta como si no lo hace la OPA.

Lo curioso, evidentemente, es que ambos bancos mantienen buenas relaciones con el fondo estadounidense, y no salen de ese discurso, pese a que son conscientes de que BlackRock también decidirá sobre su futuro.

Además de en estas dos entidades, los de Fink cuentan también con posiciones en Banco Santander -6,8%-, en Bankinter -4%-, y en Caixabank, donde pese a haber vendido cerca de un 1% mantiene algo más del 4%.

El BCE en la operación Unicredit-Commerzbank

El papel del Banco Central Europeo en la operación es clave, pero no se espera que presente problemas. Su análisis no está vinculado a decisiones gubernamentales, a vetos de distintos ejecutivos ni a si afecta o no a la competencia en los países. Su análisis es puramente financiero: si es viable y se garantiza la solvencia de la entidad resultante, tendrá luz verde.

En este sentido, Unicredit tiene capital de sobra para afrontar la operación, con una ratio de capital CET1 del 16,2%. Ese ratio, cuando supera el 13%, cumple más que de sobra con las exigencias de la entidad que preside Christine Lagarde. Se entiende que, por encima de ese umbral, una crisis de deuda provocada por impagos no supondrá un problema por el elevado nivel de capital -liquidez- con la que cuenta el banco.

Si miramos a lo que acaba de ocurrir en España con la operación que BBVA quiere llevar a cabo sobre Sabadell, el BCE manifestó su «no oposición» a la OPA. SI no hay problema de solvencia, el BCE da el visto bueno. Algo similar ocurrirá entre la italiana y la alemana. Eso no quiere decir que la operación se vaya a llevar a término.

Es cierto que para el Banco Central Europeo la operación es, en teoría, el ejemplo perfecto de lo que viene solicitando. «Operaciones transfronterizas que creen bancos fuertes y robustos». La nueva entidad que saliera de Unicredit y Commerzbank tendría una capitalización cercana a los 80.000 millones de euros. Es decir, sería el tercer banco de Europa.

Pero Alemania no quiere perder el control de una de sus principales entidades, sobre todo porque DeutscheBank, como líder del mundo en gestión de derivados, presenta un tipo de operativa muy diferente, menos enfocada a las empresas del país.

Ese es el problema para la fusión europea. Los accionistas, donde BlackRock hace el doble juego, entre otros, están dispuestos a aceptar, pero el Gobierno de Olaf Scholz quiere encontrar una manera de mantener las riendas de la entidad a pesar de que la fusión se lleve a cabo. Y eso es lo que están buscando.

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