Economía

Bruselas teme que España deje los ajustes para 2026 y convoque elecciones antes

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La Comisión Europea no esconde su preocupación por los movimientos del Gobierno de España en materia económica. Consideran que han sido indulgentes desde hace años con el gasto de los países comunitarios, y el hecho de que España asuma que puede exceder el objetivo de déficit del 3% disparando el gasto en un momento de crecimiento económico, ha encendido todas las alarmas en la oficina que dirige el comisario Paolo Gentiloni. En este sentido, esperaban que el toque de atención que supuso el informe Ageing Report 2024 sirviera para que el Ejecutivo español moderase las promesas de gasto en pensiones, pero la respuesta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, argumentando que «sólo suponen un desvío de una décima respecto a las previsiones de la Airef», han caído como un jarro de agua fría. Ahora, en Bruselas temen que Sánchez sólo esté proyectando su imagen, deje los ajuste para 2026 y antes convoque elecciones.

Fuentes de la Comisión Europea consultadas por OKDIARIO aseguran que ese desvío que «consideran leve, suponen cientos de millones», y no entienden que el Ejecutivo español, tras una subida del 8,3% de las prestaciones de jubilación, insista en una senda del gasto «en un momento en el que debería aprovechar la coyuntura económica para implementar reformas» que permitan, llegados tiempos más difíciles, «superarlos sin tener que realizar recortes agresivos».

Se muestran en la oficina económica y monetaria de Gentiloni particularmente sorprendidos dadas las perspectivas de 2025, cuando tanto Bruselas como el FMI esperan un crecimiento avanzado para España, pero caerá la recaudación de ingresos (el propio crecimiento será positivo, pero menor). Una caída en la recaudación, «con un gasto que no está acotado a esos ingresos, sino que subirá de forma estructural», supondrá un desvío evidente. Este mismo año, si no se realiza ningún tipo de ajuste en el gasto en pensiones, o se eleva con contundencia una recaudación que ya está en niveles muy altos, el Gobierno de Sánchez incumplirá el objetivo de déficit del 3%, y durante el próximo ejercicio la tutela de Bruselas sobre las cuentas de España será una realidad.

Ante un escenario así, la Comisión Europea pide cautela para tratar de negociar ciertos cambios con el Ejecutivo español, pero no esconden su preocupación. En este sentido, algunas voces del Parlamento Europeo sí se han mostrado más criticas. En concreto, consideran que «Sánchez está haciendo política en todos sus movimientos económicos», con una serie de «impuestos a energéticas y banca que Bruselas no vio con buenos ojos por la forma en que se pensaron», sin entrar a valorar el fondo.

Sánchez descuida la economía

La subida de las pensiones y su nueva indexación al IPC «disparan un gasto que las propias cotizaciones de los españoles no son capaces de cubrir por sí mismas», pero Sánchez «dilapida su crédito político pidiendo un aplazamiento de la puesta en marcha del sistema de peajes», o «con una gira sobre el reconocimiento de Palestina como Estado», en lugar de utilizarlo para lograr fondos que sufraguen los gastos que asume el Gobierno.

El temor de Bruselas va más allá, y se ha visto acrecentado precisamente con esa última gira del presidente Sánchez. «Busca mejorar su imagen, proyectarla hacia un entorno internacional», explican, «y hace oídos sordos» a las demandas económicas de la Comisión Europea. Temen que esa sea la idea de Sánchez, aprovechar los vientos actuales de la economía, no realizar los ajustes necesarios y, cuando sea necesaria la intervención de Bruselas, tratar de saltar desde el Gobierno a distintos puestos en instituciones internacionales, dejando las reformas a un futuro Gobierno de España.

Ante ese miedo desde el Parlamento Europeo, la Comisión sí pide algo de paciencia, pero recuerda que «en los tiempos de la pandemia se ajustó el gasto y se suspendieron ciertos procedimientos» para sortear la crisis, pero «es el momento de realizar los ajustes, y los fondos europeos Next Generation son precisamente una ayuda para impulsar a los distintos sectores, de manera que no se necesite elevar el gasto estructural». Un gasto ya elevado que, si nada lo remedia, llevará a España a sobrepasar el objetivo de déficit previsto este mismo año.