Casi dos años más tarde de la salida oficial

Bruselas propone que el periodo de transición del Brexit termine el 31 de diciembre de 2020

Brexit
Theresa May y Donald Tusk en Downing Street (Foto. Getty)

Bruselas ha propuesto que el periodo de transición del ‘Brexit’ termine el 31 de diciembre de 2020, alrededor de un año y medio más tarde de la salida oficial de Reino Unido de la Unión Europea (UE). Recordemos que el divorcio está previsto para el 29 de marzo de 2019.

«Las disposiciones transitorias deberían aplicarse a partir de la fecha de entrada en vigor del Acuerdo de Retiro y no deberían durar más allá del 31 de diciembre de 2020», según un comunicado del bloque comunitario. Un periodo de transición que tendría su final veintiún meses después del Brexit a fines de marzo de 2019. La primera ministra británica, Theresa May, había pedido formalmente una transición que dure unos dos años.

Las nuevas directrices del jefe negociador de la UE, Michel Barnier, coinciden con el mandato emitido por los líderes de la UE en la cumbre de la semana pasada y serán la base de las conversaciones sobre la transición que Barnier espera comenzar el próximo mes.

Explican que Reino Unido seguirá siendo un miembro de las instituciones de la UE, obligado por todas sus reglas, incluidas las nuevas, sin tener voz ni voto en su creación. La UE también ofrecerá al país británico un lugar sin derecho a voto en algunas reuniones donde las decisiones pueden afectar cuestiones específicas y establecerá acuerdos especiales para un papel del Reino Unido en el establecimiento de cuotas pesqueras anuales de Bruselas.

EL FMI rebaja su previsión de crecimiento

Además, este miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado su previsión de crecimiento de la economía británica del 1,7% al 1,6% este año a causa del Brexit. En un informe divulgado en Londres, el organismo internacional señala que, a pesar de una fuerte recuperación del crecimiento global, la decisión del Reino Unido de salir del bloque europeo ha tenido un impacto en su economía.

«La fuerte depreciación de la libra esterlina después del referéndum (europeo de 2016) ha empujado la inflación de los precios del consumidor, ha presionado el ingreso real de los hogares y el consumo», agregó el FMI.

Las claves económicas del pacto

El comercio, la financiación, la frontera con Irlanda y los derechos de los ciudadanos europeos han sido las claves para que Bruselas y May llegaran finalmente a un acuerdo y se pueda dar paso a la segunda fase de negociaciones.

Reino Unido contribuirá a los presupuestos de la Unión Europea (UE) para los años 2019 y 2020 como si hubiera permanecido dentro del bloque comunitario. Además, el país británico contribuirá con su parte de la financiación de los compromisos presupuestarios hasta el 31 de diciembre de 2020. Año en el que, al menos así está previsto, que el divorcio entre Inglaterra y la Unión Europea sea definitivo.

Además, Reino Unido ha aceptado pagar entre 40.000 y 45.000 millones de euros por salir de la UE, una factura que ha confirmado un portavoz del Ejecutivo de May a la prensa británica.

Otro de los puntos calientes de la negociación era el asunto de la inmigración y los derechos de los ciudadanos europeos que residen y trabajan en suelo británico. Con respecto a este asunto, Juncker ha señalado que los derechos de los europeos deben interpretarse de conformidad con la legislación del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TSJE).

Reino Unido debe tener en cuenta la legislación de este Alto Tribunal europeo y habrá un mecanismo que permitirá a los tribunales ingleses plantear cuestiones de interpretación y tendrá una validez de ocho años.

En cuanto a la frontera con Irlanda, Bruselas cree que May debe poner sobre la mesa una solución aceptable para mantener abierta la frontera con Irlanda. Si no lo hace, advierten, se seguirá adelante con las normas de la UE sobre el mercado único y la unión aduanera que permita una relación comercial y económica con la isla.

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