BBVA prevé un desplome del 11% del PIB en 2020 y un repunte del 6% para el próximo año
BBVA Reserch augura que España cerrará este 2020 inmerso en un crisis económica sin precedentes como consecuencia del covid-19, con una caída del Producto Interior Bruto (PIB) cercana al 11% pero apunta que la incertidumbre de nuevos rebrotes va a tener un efecto más transitorio en la economía por lo que prevé un avance del 6% para el próximo año.
En el análisis, publicado este lunes, el economista jefe para España, Rafael Doménech, ha indicado que la evolución de la economía española -tras el desplome del PIB de un 22,1% en el primer semestre- ha sido positiva entre junio y septiembre, presentando un avance del 16,5%, lo que supone que la actividad se ha situado un 9,1% por debajo del mismo periodo de 2019.
«Una vez aplanada la curva de contagios y recuperada la senda de la recuperación, es muy probable que se tenga que hacer frente a nuevas olas»
Sin embargo, y aunque la incertidumbre en la evolución de la crisis sanitaria, así como de los posibles rebrotes antes de que las distintas vacunas sean efectivas, la incidencia de las restricciones de movilidad y de la actividad asociadas al covid-19, no van a ser comparativas a las de la primera ola, permitiendo una recuperación más rápida.
«Una vez aplanada la curva de contagios y recuperada la senda de la recuperación, es muy probable que se tenga que hacer frente a nuevas olas antes de que, previsiblemente, las vacunas contra el covid-19 se distribuyan masivamente entre la población española y europea durante el primer semestre de 2021» ha asegurado Domenech, que pone de manifiesto la existencia de riesgos que dificulte una recuperación completa en 2021.
Riegos para la recuperación
En el panorama internacional, la tensión comercial entre distintos países puede suponer un riesgo para la recuperación económica, aunque es precisamente esa globalización del entorno la que permitirá a la economía española pueda proseguir con su recuperación sostenida, que dependerá no tanto de factores externos, si no de la efectividad y el acierto con los que el Gobierno gestione los recursos.
«Todavía quedan muchos riesgos por delante y la recuperación no será completa el próximo año», apunta Doménech
En este sentido, el análisis señala que la recuperación gradual irá de la mano con la evolución de la crisis sanitaria, mejorando las expectativas en el momento en el que las vacunas comiencen a distribuirse, impulsadas a su vez por los estímulos de los bancos centrales y las autoridades fiscales hasta que la se recuperen los niveles de actividad previos a la crisis sanitaria.
Y es que, junto a esta tensión financiera, es importante la gestión de los procesos de reestructuración empresariales, prestando especial atención a todas aquellas entidades con problemas de sostenibilidad de la deuda como principales focos para la recuperación de la actividad y el crecimiento económico.
Fondos europeos
Según el economista jefe, en un contexto de incertidumbre en el corto plazo, la recuperación de la economía española depende en gran parte de los activos del propio país. Es por este motivo por el que Domenech invita a las autoridades a alcanzar pactos que permitan poner en marcha reformas de acuerdo a las recomendaciones de la Comisión Europea, siendo estas una condición imprescindible para la solicitud de las ayudas.
Por este motivo, Domenech invita a maximizar las ayudas procedentes del fondo europeo, mediante un buen diseño de los presupuestos y una selección de proyectos, potenciando su multiplicador fiscal, la colaboración público-privada, la concurrencia entre proyectos y su ejecución rápida y eficiente.
«Unos Presupuestos Generales del Estado consistentes con una hoja de ruta a medio y largo plazo clara y transparente sobre la senda de consolidación fiscal y de tributos, que facilite la planificación de las decisiones de largo plazo de empresas y de agentes económicos»
En su opinión, la reducción del déficit público no debería centrarse en el tradicional debate a cerca del recorte del gasto frente a la subida de impuestos, si no que debería abordar cambios estructurales que lleven a cabo una estrategia más efectiva que contemple una reducción del desempleo y un aumento del crecimiento potencial.
Por último, el informe pone de manifiesto la necesidad de proteger el tejido productivo, facilitando una reestructuración eficiente y ágil de aquellas empresas viables que lo necesiten como consecuencia de sus altos niveles de endeudamiento, con mecanismos extrajudiciales flexibles y rápidos, y evitar generar incertidumbres con cambios en las regulaciones de los mercados de trabajo, bienes y servicios, que perjudican en gran medida la inversión y la creación de empleo.
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