Análisis

Banco Sabadell: ¿sentenciado a muerte?

Banco Sabadell: ¿sentenciado a muerte?
Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell.

«Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles», Confucio.

Siempre existe un límite sobre lo que uno puede hacer si la otra persona es limitada. Ningún hombre sabe realmente quién es hasta que ve su vida amenazada, o se le concede poder, pero parece ser que no hemos aprendido nada en consecuencia. Al fin y al cabo la vida está complejamente plagada de personas que se proponen no hacer nada, confiando en que todo irá bien. A lo que yo me pregunto; – ¡¿Cómo?! Cómo va a ir todo bien si no hacemos nada, cómo es posible que acabe bien, si no hacemos nada. Cómo es posible que aún no se hayan dado cuenta de que la verdadera jungla está bajo sus pies.

¿No les sorprende la capacidad que tiene el ser humano de convencerse a sí mismo sobre cualquier hipótesis, dando por hecho aquello que afirman de oído? Permítanse el lujo de contrastar las informaciones, ¡por favor! es maravilloso el poder que otorga la buena información. Dicho lo cual, recientemente Mr. Dow Jones tocaba los nunca vistos 30.000 puntos apoyado por compañías clásicas que como Walt Disney han retomado sus máximos históricos previos a la pandemia, o como Tesla que la vemos dando continuidad a una burbuja que ya empieza a ser tan alevosa, que el propio Elon Musk y su ego comienzan a reconocer.

La propia velocidad con la que se suceden determinados acontecimientos, y el exceso de información que procesamos todos los días, resta importancia y tiempo al hecho de que debemos pensar, argumentar y razonar sobre cualquier cuestión. Sin ir más lejos, el fallecimiento de Diego Maradona ha supuesto un boom mediático a escala global que ha dado paso a reabrir un debate absurdo e ilógico sobre su figura personal y el fútbol que representa. Muchos han sido los que incapaces de comprender la grandeza del personaje, se han limitado a exponer una vaga idea basada en su excentricidad, la sociedad siempre tan sensible… Pero la profundidad de su impacto se compone de tanta complejidad en sí misma, que hace del acontecimiento algo especial, y es que la victoria de Argentina sobre Inglaterra en el mundial de 1986 puso a Argentina por aquél entonces en el mapamundi para muchos ignorantes.

Mi nación herida y humillada por la Inglaterra de Margaret Thatcher, resurgió de sus cenizas cual ave fénix en aquello que más nos importa, ¡nuestras emociones! Vivir con euforia ese gol conocido como ‘la mano de dios’, aquel que sea probablemente el gol más famoso de la historia del fútbol, es una satisfacción nacional que va más allá de un partido de fútbol, dicen que la vida es una comedia para aquellos que piensan y una tragedia para aquellos que sienten. Maradona levantó el ánimo de todo un país en el momento que más lo necesitaba, fue el momento en el que el genio pasó a ser mito, y es ahora cuando se ha convertido en leyenda.

Me gusta comprender la vida desde la reflexión, porque es la capacidad de pensar la que nos permite construir una opinión, discrepar, compartir, debatir y rebatir. Los argumentos son al fin y al cabo una poderosa herramienta para avanzar, y a veces pienso que este exceso de información disponible y la velocidad a la deberíamos procesarlo, nos incapacita en la virtud de reflexionar, lo que supone un gran problema si nuestro objetivo es la autosuperación de transmitir un legado.

Sin embargo, a pesar de la cantidad de noticias que hemos vivido estas semanas, les confieso que me quedé atónita con lo que creo que es probablemente una de las noticias del año; BBVA y Banco Sabadell parten peras en su acuerdo de fusión por un problema tan simple y absurdo como común, ¡poder y dinero! No deja de ser curioso que Josep Oliu aceptara vender el banco a 0,40 euros por acción, dilapidando el valor y el patrimonio de sus heridos accionistas y sin embargo, se haya plantado cuando se le ha puesto en duda su corruptible poder.

Esta operación vestida y maquillada para la opinión pública en forma de fusión, es en realidad una carnicería para nuestro querido Banco Sabadell. El BBVA no iba a aterrizar en el Sabadell con buenas intenciones, y éste probablemente herido sobre el poco orgullo que le queda, ha preferido capitular que ser humillado públicamente. Estas operaciones suelen estar absolutamente masticadas antes de presentarse al regulador, y me resulta muy sorprendente que finalmente se haya roto el acuerdo de una manera tan drástica, bajo un motivo tan pobre.

En mi opinión hay dos factores que han podido desencadenar el divorcio antes de pasar por vicaría. El primero, la existencia de un caballero blanco de última hora. El segundo, que el SAB haya desistido en el último minuto a pesar de las presiones para sentirse aliviado de no realizar una operación que ya contemplaba sin ganas. La realidad la sabremos durante las próximas semanas, pero ahora es cuando el mercado irá a degüello sobre el Banco Sabadell, que cotizarán técnicamente en debilidad tal y como hemos ido viendo durante estas semanas. Los tiburones han olido la sangre en el Sabadell y el banco recibirá con seguridad una tormenta bajista en busca de una ampliación de capital dilutoria, de la que únicamente podrá salvarse si el gran Banco Sabadell se desmantela a tiempo. Veo ciertamente inviable a día de hoy la supervivencia del banco tal y como lo conocemos, por lo que lo lógico sería que fuera absorbido por un banco internacional o bien amplíe capital tras deshacerse del TSB inglés; operación que al final parece haber sido la sentencia de muerte del mismo.

Como decía el gran filósofo Confucio; sólo los sabios más excelentes y los necios más acabados, son incomprensibles. Y lo son por imprevisibles; los primeros por su capacidad de reaccionar bajo argumentos lógicos, y los segundos simplemente por dejarse arrastrar ante la ignorancia. La lógica es la que nos enseña a comprender que la evolución se edifica sobre el conocimiento, y que el conocimiento no se basa solamente en reconocer la información, más bien en contrastarla, comprenderla y a partir de ese punto crear una opinión razonada que nos permita crecer y adaptarnos al cambio con las herramientas adecuadas.

El Banco Sabadell no es más que otro ejemplo de la falta de lucidez a la hora de comprender que el ‘statu quo’ cambia constantemente, y que la transformación digital ha venido para revolucionar sectores tan establecidos como el bancario. El cambio generacional ha llegado señores, y que no les quepa duda de que va a arrasar el sector financiero, los bancos centrales, los instrumentos de pago y todo lo que hasta el día de hoy ha sujetado nuestra economía. No sé a ustedes, pero a mi el fracaso en esta fusión BBVA/Sabadell me parece tan revelador, como extraordinario. Al final también yo he sentido la inclinación a obligarme, casi de una manera demoníaca, a ser más fuerte de lo que en realidad soy, ¿y ustedes?

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