Crisis económica

La banca apenas hace refinanciaciones de empresas gracias a los ICO y oculta la morosidad latente

ICO Everis
Instituto de Crédito Oficial (ICO)
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

«Estamos sorprendidos porque no hay apenas empresas que nos pidan refinanciar su deuda. O todo el mundo se ha hecho rico en la pandemia o vamos a tener un problema muy serio en el futuro», explica un alto directivo de una de las principales entidades financieras españolas.

Este extraño fenómeno se debe, sobre todo, al alargamiento del plazo de devolución de los créditos avalados por el ICO (hasta 10 años con más de dos de carencia), a las moratorias del pago de los préstamos anteriores a la crisis y, en menor medida, a los ERTE, cuya prórroga fue acordada ayer por el Gobierno y los agentes sociales. Pero todo esto está aplazando el reconocimiento de una morosidad latente que se disparará cuando venzan estas medidas y puede provocar una crisis de solvencia en el sector.

«Estamos ante una repetición de la ‘patada a seguir’ de la crisis inmobiliaria, cuando la banca ocultó la morosidad real del ladrillo. Hasta que la bola de nieve se hizo tan grande que la situación estalló y desembocó en el rescate de 2012», explica otro directivo que vivió aquella crisis en primera persona.

Solo refinancian las que ya estaban al borde del abismo

Lo normal en una crisis tan grave como la actual, tras la histórica caída del PIB del 10,8% en 2020 y una nueva contracción del 0,5% en el primer trimestre de 2021, sería que las empresas hicieran cola en los bancos para refinanciar sus créditos -alargar sus vencimientos, pedir períodos de carencia, etc.- y tratar de sobrevivir. Ahora, las únicas que están en estos procesos son las que ya estaban al borde del abismo antes de la pandemia, como Abengoa, Duro Felguera, Mediapro o Grupo Villar Mir. Y en la mayoría de los casos, además, necesitan el rescate de la SEPI.

Pero más allá de estos casos, los bancos no están registrando apenas solicitudes de compañías para refinanciar. Cuando los bancos reestructuran un crédito, deben reconocerlo como moroso o, al menos, ponerlo en «vigilancia especial». Y se incluye en la tasa de mora. Pero, al no refinanciar, esa morosidad no se reconoce y permanece oculta. Y lo más importante, los bancos no dotan provisiones para ella (es decir, no apartan un dinero para cubrir las futuras pérdidas de los impagos de esos créditos), y tendrán que hacerlo de golpe en el futuro.

En la crisis de 2008-2012 regía otra norma contable que no obligaba a reconocer en mora las refinanciaciones, que eran la forma de ocultarla; precisamente, la norma se cambió tras la catástrofe de las cajas de ahorros. Otra diferencia es que entonces la morosidad oculta se concentraba en la promoción inmobiliaria y ahora es generalizada en todos los sectores, con especial incidencia en la hostelería, el turismo y el comercio.

Crisis de solvencia encima de una crisis de rentabilidad

Pero el efecto de la situación actual es el mismo: se está retrasando el reconocimiento de la mora y las provisiones, lo que puede provocar una crisis de solvencia como hace nueve años. Porque todo el mundo coincide en que la morosidad de los créditos ICO va a ser muy alta: el Banco de España estima que un 35% está en riesgo y fuentes del sector elevan esa cifra a un «mínimo del 50%».

Por eso, el supervisor ha pedido a las entidades que provisionen todo lo posible de forma preventiva. Sin embargo, el sector ha hecho caso omiso y ha reducido de forma generalizada estas dotaciones en el primer trimestre, lo que ha disparado sus beneficios (las provisiones se contabilizan como pérdidas).

Esta posible crisis de solvencia futura, si finalmente se produce, pillará a los bancos en muy mala situación porque actualmente se encuentran en una crisis de rentabilidad provocada por los tipos de interés negativos del BCE. Esta falta de rentabilidad es la que explica las fusiones como la de CaixaBankBankia, la de UnicajaLiberbank o la fallida entre BBVASabadell. Y también los ERE de BBVA y CaixaBank.

Lo último en Economía

Últimas noticias