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Amazon se enfrenta a una batalla judicial contra Trabajo y Seguridad Social si no contrata a sus ‘riders’

El sindicato UGT señala que la multinacional de Estados Unidos se enfrenta a un coste millonario si decide alargar en los tribunales la situación como ha anunciado que hará. El ejemplo, aseguran, es Glovo.

Amazon se enfrenta a una batalla judicial contra Trabajo y Seguridad Social si no contrata a sus ‘riders’
Furgoneta de reparto de Amazon

La noticia de hace escasos días de que la Inspección de Trabajo daba de alta «de oficio» a 4.000 empleados de Amazon Flex en Madrid y en Barcelona pilló por sorpresa a muchos, entre ellos a la compañía, que aseguraba no estar al tanto de una decisión así y que apelaría. Desde el sindicato UGT se defiende que el organismo inspector ha actuado con la multinacional estadounidense al igual que lo ha hecho en anteriores ocasiones con otras empresas de reparto a domicilio que funcionan con autónomos -los conocidos como ‘riders-‘ y que el caso está poco menos que cerrado. Sin embargo, Amazon no lo acepta: «Estamos en completo desacuerdo con la resolución y presentaremos una apelación».

Ahora, según las fuentes sindicales consultadas, se abre un proceloso camino judicial en el que Amazon, si no acepta pagar con carácter retroactivo las cotizaciones sociales de los trabajadores por cuenta propia que la Inspección de Trabajo considera falsos autónomos, tendrá que vérselas en vía laboral y contencioso-administrativa con la Inspección de Trabajo y con la propia Seguridad Social.

Al menos, esto es lo que considera UGT, el sindicato que ha realizado una de las denuncias por los ‘riders’ de Amazon Flex -servicio de paquetería de Amazon a través de autónomos que ponían su propio vehículo- y que tiene una sintonía especial con el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. 

Enfrentamiento judicial

Rubén Ranz, portavoz de UGT en el caso de Amazon Flex, asegura que ahora se abre un camino legal por dos vías. «La actuación de la inspección de trabajo es dar de alta de oficio a 4.000 personas y requiere a la multinacional el cumplimiento de la cuota de la Seguridad Social que en este caso son 6 millones de euros. Se le giran las cuotas a la empresa y en el momento en que lo recibe Amazon tiene un mes para hacer las alegaciones y si no paga se inicia el procedimiento de oficio donde la denunciante es la Tesorería de la Seguridad Social ante el juzgado de lo social y luego ante el contencioso administrativo».

Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio de Inclusion, Migraciones y Seguridad Social y también con el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que no han aportado más información sobre el procedimiento con Amazon.

La sentencia de Glovo es clave

Según Ranz, el acta de la Inspección de Trabajo tanto de Madrid como de Barcelona deja claro que los trabajadores de Amazon Flex «son falsos autónomos y es coherente con la sentencia del Tribunal Supremo sobre Glovo de este mismo septiembre. Es una relación donde es la aplicación la que te organiza el trabajo y te dice como tienes que trabajar y cuando, te establece órdenes y además no te permite tener parte del beneficio de negocio. Por todos estos indicios se ha considerado relación laboral».

Cuando Amazon haga las alegaciones correspondientes al acta de liquidación de los inspectores de trabajo, serán los juzgados de lo social los que diriman.

Por otro lado, el Ministerio de José Luis Escrivá iniciaría según UGT las acciones legales para cobrar las cuotas impagadas por Amazon por los empleados que ha estado teniendo como trabajadores autónomos en lugar de empleados.

Indicios de laboralidad

Siempre según UGT, «la base jurídica es muy amplia y no solo se tienen en cuenta las sentencias de Glovo y Deliveroo sino otras como Zardoya Otis o traductores. Todas ellas sirven para explicar que por ejemplo el castigo por el rechazo de pedidos es un indicio de laboralidad. En Amazon hay otro indicio de laboralidad fuerte que es que se trabaja por horas».

El sindicato asegura que tras decidir la Inspección de Trabajo dar de alta de oficio a los ‘riders’ de Amazon Flex, ahora se hace un conteo de las horas que debe abonar la empresa y que tiene cierta dificultad porque no se trataba de actividades constantes en el tiempo. «No trabajaban de forma flexible porque quisieran sino porque no les da horas del trabajo y en función a como han trabajado o si han sido muy rápido o más lento en su reparto tienen más horas o menos horas contabilizadas. Otro indicio de laboralidad es que las plataformas tenían un poder sancionador sobre ellos que podían ejercer».

Posibilidad de cambio

Por último, la Inspección de Trabajo ha observado en Amazon Flex una circunstancia similar a la de Glovo, donde el Supremo ya falló a favor del empleado. De hecho, según la reciente sentencia del Tribunal Supremo de 25 de septiembre, otro argumento a favor de los empleados de Glovo era que «el repartidor no tenía ninguna intervención en los acuerdos establecidos entre Glovo y los comercios, ni en la relación entre Glovo y los clientes a los que servían los pedidos. No contrató con unos ni con otros, limitándose a prestar el servicio en las condiciones impuestas por Glovo. Es la empresa quien acuerda con los distintos establecimientos los precios que éstos le abonan y fija unilateralmente las tarifas que el repartidor percibe por los recados que efectúa, incluidas las sumas adicionales por kilometraje y tiempo de espera, en cuyo establecimiento aquél no tiene la más mínima participación».

Las circunstancias en Amazon Flex son las mismas, por lo que no debería haber distinción entre un caso y otro, aseguran.

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