Administración

Los altos cargos públicos suman 12.500 años de antigüedad y un tercio gana más de 100.000 euros

La Administración del Estado está envejecida. Los últimos datos de Transparencia muestran el elevado número y coste en antigüedad de quiénes trabajan para el Estado.

María Jesús Montero
María Jesús Montero, será ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno

Tras la precipitada moción de censura de junio que le ha llevado a La Moncloa, Sánchez ha optado por confirmar a gran parte de los altos cargos del equipo de Rajoy, aunque también se ha rodeado de personas del entorno del PSOE que no son funcionarios pese a lo que señala La ley de Organización y Funcionamiento de la Administración Pública.

Además, como sucede en todos los cambios de Gobierno, ha echado mano de la vieja guardia de funcionarios que habían sido ‘descatalogados’ por el anterior Ejecutivo por su proximidad precisamente al PSOE y que se encontraban en cargos poco visibles, en los pasillos de los ministerios o en despachos sin funciones para que no tuvieran acceso a papeles con sensibilidad política. Esa situación variará sustancialmente en el tradicional baile de cargos públicos tras las elecciones el 28-A tanto si Sánchez sigue gobernando, ya que formará su propia cohorte de altos cargos, como si se produce un nuevo cambio en el Ejecutivo por el juego de las alianzas.

Los últimos datos del Portal de la Transparencia de la Administración Central confirman el envejecimiento, así como su elevado número y coste, de quienes gestionan el aparato del Estado. Son precisamente los altos cargos los encargados de aplicar la Ley de Racionalización y Modernización de las Administraciones Públicas que pretendía convertirse en la norma reformadora de la función pública.

Así, de los 477 que existen a finales de 2018, 384 (80%) son funcionarios, muchos de ellos con edades por encima de la edad legal de jubilación. El resto, más de 90 (20%) han sido contratados del exterior. Entre éstos, figuran una treintena de directores generales, particularmente en el ministerio de la Presidencia del Gobierno, Hacienda y Política Territorial. Se trata de la cifra más elevada de fichajes de fuera de la Administración. El coste de todos los altos cargos se situó en 2018 en 77,3 millones y en 2019 alcanzará los 81,8 millones.

Lo más llamativo es que esos 384 altos cargos que son funcionarios de carrera suman 4.169 trienios de antigüedad (periodos de tres años) en la Administración mientras que, por ejemplo, los 402 existentes en 2013 sumaban 3.504 trienios. Es decir, llevan en nómina en la función pública más de 12.507 años en su conjunto (más de 125 siglos acumulados), 2.000 años más que hace sólo cinco ejercicios. La media es de unos 11 trienios por cada cargo. Es decir, acumulan más de 33 años trabajando para el mismo empleador. Lo que significa que no se ha producido renovación alguna en las cúpulas administrativas del Estado.

Más allá de la jubilación

Además, muchos prefieren prolongar su dilatada y sin sobresaltos carrera laboral más allá de la edad de jubilación, e incluso cuentan con incentivos en algunos programas electorales. En este caso, se aseguran unos ingresos que superan con creces el tope de la pensión máxima de 36.000 euros brutos anuales. Todo esto encarece la masa salarial, ya que este personal cobra casi 550 euros anuales por cada trienio acumulado mientras que en el sector privado ha desaparecido prácticamente esta remuneración.

Hay muchos altos cargos con antigüedades en la Administración que superan de largo los 40 años, algo hartamente improbable en el mercado laboral nacional. El récord lo tiene el actual Director del Departamento de Recursos Humanos de la Agencia Tributaria, Francisco Celso González, que fue director de Gabinete con la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez y director económico-financiero de Renfe cuando el ex dirigente socialista Teófilo Serrano presidía la operadora ferroviaria. Ahora ha sido repescado desde su cargo de asesor en el Departamento de Recaudación. Acumula 17 trienios, es decir, lleva en la Administración más de 51 años, es decir, más de medio siglo. Percibe cerca de 10.000 euros anuales por sus trienios.

Le sigue con 16 trienios (casi medio siglo en la nómina pública) el presidente de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), Jaime Sánchez Revenga, ex director general de Presupuestos y ex Interventor general de la Seguridad Social, que cuenta con 73 años de edad.

Con 15 trienios a sus espaldas (45 años en la Administración) figura el nuevo director general de la Memoria Histórica, Fernando Martínez, así como: la nueva subsecretaria del Ministerio de Transición Ecológica, Juana María Lázaro, ex directora de la Agencia Tributaria; el director general del Parque Móvil, Miguel Ángel Cepeda; el presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín; o el subsecretario de Cultura, Javier García. La mayor parte de ellos ronda los 70 años de edad.

El Secretario de Estado de Asuntos exteriores y el de Cooperación Internacional también de este departamento suman 14 trienios, así como: el secretario general de Instituciones Penitenciarios; el director de la Seguridad Nacional y el del Departamento de Protocolo de Presidencia; el secretario de Estado de Energía; o el secretario general de Coordinación de la Política Científica del ministerio de Ciencia e Innovación.

Lo mismo ocurre con la mayor parte de altos cargos del ministerio de Defensa y de Exteriores. Son los departamentos que más trienios abonan a sus altos cargos (más de 2.000 entre ambos). El ministro de Agricultura, Luis Planas, y la de Defensa, Margarita Robles, son los que más antigüedad acumulan. Les sigue el titular de Exteriores, Josep Borrell, con 11 trienios.

‘Cienmileurista’

Estas antigüedades, que sólo perciben los altos cargos que son funcionarios, elevan cada año las remuneraciones así como sus actualizaciones aumentando los costes fijos laborales de las Administraciones. Su coste sigue creciendo exponencialmente ya que 151 (121 en 2013) de los 477 cargos que figuran en el Portal de Transparencia tienen asignados sueldos superiores a los 100.000 euros anuales. Es decir, un tercio de los altos cargos tienen salario de “cienmileurista”.

Los nombramientos de Sánchez a partir de junio no llegaron a esa cantidad porque sólo cobraron seis meses, pero el erario público abonó a su antecesor la otra mitad del sueldo asignado a este empleo. El cargo que más cobró fue el presidente de la SEPI, ya que entre los dos presidentes en 2018 (Pilar Platero y Vicente Fernández) sumaron 230.000 euros. La nómina del presidente de la empresa pública Enaire llegó a los 171.000 euros; el de la CNMV superó los 156.000 euros; y el de la CNMC los 124.000, aunque dos consejeros de este organismos recibieron más de 134.000 euros. Por su parte, el presidente de la FNMT alcanzó los 147.000 y, por ejemplo, el presidente de Adif superó con creces los 160.000 mientras que el Comisionado del Gobierno para el Reto Demográfico tiene estipulados 140.000. Hacienda es el ministerio con más altos cargos con sueldos superiores a los 100.000 euros (35); le sigue Presidencia (23) y Economía (26). Todos los secretarios de Estado y subsecretarios están en estas cifras.

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