Aire Acondicionado

Adiós al aire acondicionado: el ladrillo del futuro ya está aquí y te refresca la casa sin gastar luz

ladrillo
Cool Brick. (Foto: Emerging Objects)
Blanca Espada

Ya haces días que el mes de agosto en España se ha convertido en un auténtico infierno. Las noches se hacen eternas, los ventiladores ya no dan más de sí y, si tienes aire acondicionado, seguramente estés temiendo la factura de la luz que te va a llegar. Lo peor es que esta ola de calor todavía no ha terminado. Según los pronósticos, va a seguir hasta el día 13. Y debido a esto, y a que todo apunta a que en el futuro será peor, debemos encontrar otras soluciones como el ladrillo del futuro del que ahora te hablamos.

Un ladrillo que además, para enfriar, sólo necesita agua. Lo han llamado Cool Brick, y aunque parece cosa del futuro, en realidad su funcionamiento se basa en una técnica que ya usaban algunas civilizaciones hace miles de años. Esa idea de refrescar una estancia dejando que el aire caliente pase por una superficie húmeda. Lo nuevo aquí es el diseño, la tecnología y, sobre todo, la visión de construir de otra manera, más respetuosa, más lógica y sin depender de aparatos de climatización.

El ladrillo del futuro para olvidarte del aire acondicionado

En el fondo, la idea de Cool Brick no es sólo para combatir el calor. Sino también para cambiar el modo en cómo lo hacemos. Porque puede que enfriar una casa con aire acondicionado funciona, pero ¿a qué precio? Más consumo eléctrico, más emisiones, y al final entramos en ese círculo vicioso donde, para combatir los efectos del cambio climático, usamos tecnologías que lo empeoran.

Con este ladrillo, la cosa cambia. No consume energía, no necesita instalación eléctrica ni genera residuos. Funciona con algo tan simple como el agua, y eso lo convierte en una de las opciones más limpias y sostenibles que se han visto últimamente. Además, su diseño modular permite construir muros enteros que actúan como barreras térmicas, bloqueando el calor y creando sombra. Y eso, en plena ola de calor, se agradece.

Otro punto a favor es su proceso de fabricación. Al estar hecho con impresión 3D, no hace falta usar moldes, ni encofrados, ni procesos industriales contaminantes. Es más rápido, más barato y genera menos residuos. Y claro, eso encaja perfectamente con lo que se pide ahora en la construcción: menos impacto ambiental, más eficiencia y materiales que de verdad estén pensados para durar.

Perfecto para climas extremos

Aunque se diseñó pensando en zonas desérticas, lo cierto es que este invento encaja de lleno con nuestro clima actual. Basta con mirar lo que está pasando este agosto: termómetros que rozan los 40 grados, viviendas mal aisladas, noches sin brisa. En muchas ciudades españolas, Cool Brick podría convertirse en una opción real para mantener las casas frescas sin recurrir constantemente al aire acondicionado.

Además, en zonas rurales o en viviendas antiguas donde instalar un sistema moderno de climatización puede ser caro o complicado, estos ladrillos pueden marcar la diferencia. No hacen ruido, no necesitan mantenimiento y no hay que enchufarlos. Solo hay que humedecerlos y dejar que hagan su trabajo. Un sistema pasivo, pero eficaz, que aprovecha el comportamiento natural del aire y el agua.

Y no hablamos de un experimento de laboratorio. Ya se han hecho pruebas reales, en distintos lugares, y los resultados han sido positivos. También hay que decir que la cerámica porosa con la que están hechos ayuda a mantener una cierta humedad en el interior, lo que mejora la sensación térmica y también la calidad del aire. Algo especialmente útil para personas mayores o con problemas respiratorios.

Un ladrillo que también cuida el diseño

Además de ser útil, Cool Brick tiene un punto estético que no pasa desapercibido. Gracias a su forma tridimensional y a la impresión 3D, permite levantar muros que dejan pasar el aire y la luz, pero que bloquean el calor. Se adapta bien a proyectos modernos y puede personalizarse en tamaño, forma o color, lo que lo hace muy atractivo para arquitectos que buscan soluciones prácticas sin renunciar al estilo.

Mientras el aire circula por dentro, el agua que retiene el ladrillo se evapora y genera una brisa fresca en el interior. Y como su estructura también crea zonas de sombra, la fachada se mantiene más protegida del sol. Un sistema simple, sin consumo energético, que combina funcionalidad y diseño en un solo material.

¿Estamos ante el principio del fin del aire acondicionado?

Puede que aún falte tiempo para que este tipo de soluciones sustituyan del todo al aire acondicionado, pero lo que está claro es que apuntan en la dirección correcta. Con veranos cada vez más largos y temperaturas imposibles, encontrar formas de refrescar una casa sin enchufes ni gasto eléctrico no es un capricho, es una necesidad.

Cool Brick no pretende hacer magia, pero sí propone otra manera de afrontar el calor. Recupera una técnica milenaria, la actualiza con tecnología y la convierte en una opción real para climas como el nuestro.

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