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La gastronomía también entra por la nariz: el chocolate esnifado

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Dominique Persoone (47 años) es posiblemente el repostero más famoso de Bélgica. Que ya es decir. Propietario de la excelente The chocolate line, una de las 50 tiendas de chocolate de Brujas. Toda su cocina gira en torno al chocolate. Lo ha trabajado de mil y una formas y texturas. Pero esta vez se ha superado. Consciente de la importancia que la nariz tiene para la gastronomía, ha querido unir este apéndice a su gran aliado: el chocolate. Y así ha nacido el postre que se esnifa.

La idea surgió en 2007, cuando diseñó un postre para la fiesta de cumpleaños de Ronnie Wood, de los Rolling Stones. Su esposa le encargó que hubiera alguna sorpresa. Y la hubo: chocolate ‘al aire’ con un toque de menta.

Posteriormente creó y comercializó el pequeño artilugio que hace posible tomar chocolate sin ingerirlo. Su precio: 40 euros. Y ya se han vendido 25.000 unidades en los países en que está a la venta como Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido o Rusia.

Se trata de dos cucharillas del tamaño de las fosas nasales que con una palanca impulsa el chocolate a la nariz.

Heston Blumenthal, en su restaurante The fat duck –uno de los mejores del mundo- también utiliza el artilugio. Junto con el producto elaborado: una mezcla de cacao, menta, frambuesa y jengibre.

“Me ha llevado años encontrar la mezcla perfecta. Al principio probamos con el cacao solo, pero era muy seco. Le añadimos esos tres ingredientes y el resultado fue sorprendente: abre tus sentidos. Y esa sensación permanece durante quince minutos”.

En una tienda de chocolate de Vancouver se ofrece el producto como una degustación más, a un euro el ‘chute’. Mary Jean Dunsdon, su propietaria, ha contado a WSJ que «la primera vez que lo inhalas, es un shock. Algo así como ¿qué me ha pasado? Luego una parte del chocolate pasa a tu garganta y entonces la cara te cambia completamente. Desde luego magnifica el placer de tomarlo».

A Dominique le gusta jugar con los sentidos. El alcohol está presente en sus recetas. Elabora chocolate con vino, vodka o tequila. También con Tabasco, vinagre e incluso con humo de cigarro Habano. Trabaja con científicos para descubrir nuevos sabores, y sobre todo, innovadoras combinaciones. Tan innovadoras como la coliflor con chocolate y guisantes o el salmón ahumado con chocolate.

En el 2008 el repostero viajó a México para conocer a fondo la base de su negocio. «En el Amazonas hay 24.000 variedades de chocolate» afirma. Como resultado de su viaje, escribió un magnificó libro titulado ‘Cacao’, considerado uno de los grandes en este campo.

¿Con qué nos sorprenderá Dominique la próxima vez?

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