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Sabía lo que esperar de jugar en pista cubierta

El truco de Rafa Nadal para meterse en la final del Open de Australia

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

«Soy un jugador de tenis al aire libre, no os puedo engañar con eso», decía Rafa Nadal nada más clasificarse para la final del Open de Australia. El ex tenista Jim Courier sabía dónde preguntar al español, quien años atrás había dicho en otros torneos de Grand Slam como el US Open que jugar a cubierto perjudicaba a su tenis más que al resto de jugadores.

Con una tormenta intermitente en Melbourne, el día de techar la Rod Laver Arena había llegado para un Rafa Nadal que había disputado todo el torneo al aire libre. Y todo ese cóctel de sensaciones, nada más y nada menos que en unas semifinales de Gran Slam ante Matteo Berrettini, a quien estas condiciones le vienen como un guante por su gran saque y una derecha plana.

Sin embargo, Rafa Nadal y su equipo estaban preparados para esta coyuntura después de pensarse bastante si acudir o no semanas antes a Australia para participar en uno de los torneos de preparación para el torneo. El manacorense no acostumbra a disputar en este tipo de eventos ATP 250, pero la insistencia de su cuerpo técnico de que debía adaptarse a la pista surtió su efecto.

La Rod Laver Arena es una cancha con sus peculiaridades y sabiendo que Rafa tenía que intentar luchar por el 21 Grand Slam el plan de jugar cuantos más partidos mejor era una realidad. Nadal disputó cuatro encuentros en el ATP 250 de Melbourne ganando la final sin despeinarse a Maxime Cressy, pero ahí consiguió lo más importante: jugó con el techo puesto en otro día de condiciones similares con tormenta. Contra su pupilo de la academia, el finlandés Emil Ruusuvuori, el número seis del mundo pudo testar todo tipo de bolas y saques para hoy contar con muchas más armas para desmontar a su rival como demostró en los primeros dos sets.

«El otro día sufrí mucho con el calor. Juego mejor habitualmente en condiciones de aire libre porque puedo darle más efecto a la bola, pero jugué indoor un par de veces la semana antes del Open de Australia y he podido conocer todas las reacciones de la bola. No me he encontrado nada mal en estas condiciones», aseveró Nadal.

Es bastante probable, al menos así lo dice el parte meteorológico, que Nadal tenga que jugar el domingo también con el techo porque existen opciones de lluvia. «Esa semana de trabajo fue fundamental para mi confianza y ahora me siento más vivo que nunca», zanjó el balear desvelando uno de los secretos del éxito en este Open de Australia.