Deportes
Desenmascarando al presidente de la Liga

Tebas maltrata a su departamento contra la piratería con despidos, amenazas y horarios coreanos

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Javier Tebas ha desarrollado un sistema propio de la camorra italiana para sacar tajada del fútbol en los bares. El presidente de la Liga, con el pretexto de que lucha incansablemente contra la piratería, ha pasado líneas de comportamiento inaceptables con los hosteleros españoles y hasta con sus propios empleados.

El proyecto de Tebas, que contaba en todo con el apoyo del dueño de Mediapro Jaume Roures, consistía en alcanzar la cifra de 85.000 bares que pagasen por dar la Liga, como una década atrás. Tebas manejaba en sus informes internos que establecían que había 50.000 bares que emitían legalmente el fútbol, mientras que 28.000 lo hacían de forma ilegal o pirata.

El presidente de la Liga se puso manos a la obra antes de la pandemia empleando a un centenar personas para que ejerciesen de ‘verificadores de licencias’ y pillasen a todo aquel que diese el fútbol de forma anómala. Incluso utilizaron a la prensa para pedir ayuda en este aspecto y previamente habían utilizado la aplicación de la Liga para espiar en los bares con escuchas ilegales, algo que le costó una multa de 250.000 euros. Tebas se ha echado un all-in.

El personal antipiratería de la competición tenía la instrucción clara y concisa de denunciar a los infractores y posteriormente intentar alcanzar un acuerdo –iría los días posteriores de la pillada un comercial de Mediapro, como dueña de los derechos, a vender el producto legal– para que la denuncia no llegase a los Juzgados. La Liga siempre ofrece a los bares esa solución para evitar acudir a los Tribunales –donde no suelen rascar nada– y en la mitad de los casos los bares acceden a firmar un acuerdo nada barato que ascendía a un mínimo de 4.000 euros. 

La obsesión de Tebas en este asunto –más allá que combatir la piratería– pasaba por igualar el contrato de los bares de la Premier League. La competición británica se embolsa 600 millones de euros anuales en este concepto por los 153,3 anuales que firmó Tebas en 2019 con Mediapro por distribuir el fútbol en los bares. A más bares, más contrato, así de sencillo.

El problema que Tebas se encontró en todo su ambicioso proyecto fue que estalló la pandemia y con ella muchos bares se dieron de baja del servicio. De los 85.000 proyectados, la Liga ha visto que quedan poco más de 30.000 bares que pagan religiosamente la cuota de 400 euros mensuales por dar el fútbol y que la quita del precio que pidieron que se hiciese temporalmente por no poder llenar los recintos se quedó en el limbo. Mediapro, mientras tanto, sí recibió una rebaja en el pago de su contrato del que apenas han trascendido datos.

Y los empleados indignados y despedidos

La situación, como se puede ver, es bastante compleja para todas las partes implicadas y sin contar con que los empleados del departamento antipiratería han sufrido despidos, amenazas y demás comportamientos indignos en las últimas fechas. La plantilla que inicialmente era de centenar personas se ha reducido a más de la mitad y en unas condiciones ínfimas porque algunos se están viendo obligados a realizar las veces de verificador y de asesor comercial al mismo tiempo para que los bares contraten el producto de Tebas.

Según denuncian los propios empleados a OKDIARIO, la Liga les somete a horarios infernales que van desde por la mañana hasta la medianoche –lo que se prolongan las jornadas– en condiciones de 45 grados, frío extremo y sin tener permitido pararse a comer o beber mientras haya partidos en juego. Además muchos de ellos –cuando les quieren echar– son obligados a trasladarse 200 kilómetros por sus propios medios para verificar las licencias de los bares.

La Liga, cuando ha visto que uno de sus detectives ha parado para comer, descansar o incluso ir al baño, ha utilizado ese argumento como forma de despido procedente. Los detectives son controlados a través de una aplicación de seguimiento en todo momento. «Exageran cualquier cosa, incluso manipulan la información por evitar pagarte cualquier tipo de indemnización. Siempre utilizan el despido disciplinario como herramienta ahorrándose un montón de dinero», asegura uno de los empleados con los OKDIARIO ha podido hablar.

Esa excusa y otras muchas son empleadas por la organización de Tebas para mantener a raya a unos empleados que además no pueden quejarse porque la mitad del sindicato del departamento está cogido a dedo por la Liga y los díscolos son purgados a la mínima. «El que se queja va a la calle, el que se pone enfermo también», añaden.

No en vano, la Liga despidió recientemente a un empleado por ponerse enfermo un fin de semana y le echó argumentando que no había pasado el periodo de prueba. Hay muchos casos parecidos utilizando excusas variopintas que han obligado a varios empleados a denunciar a la organización de Tebas por sus despidos.

Es una evidencia que la Liga se forra con los acuerdos que sus inspectores sacan a los bares cobrando 1.200 euros al mes por hacer todo el trabajo sucio y a duras penas. «Es un trabajo complicado y bastante peligroso porque a veces nos pillan recabando pruebas y las respuesta de los hosteleros no es la mejor. Hemos tenido por nuestra integridad física en muchas ocasiones», añaden.

Esa situación, sin embargo, no ha impedido que la Liga se porte con ellos con deslealtad. Los trabajadores admiten que variables de los contratos por objetivos nunca son pagados por motivos nimios y absurdos. Mientras, ellos son una parte de un sistema de extorsión que está llegando a su fin porque cada vez menos bares están interesados en dar el fútbol.