Copa Masters: se impuso al ruso en tres sets 6-7, 6-3 y 7-6

Remontada heroica de Nadal ante Medvedev

Rafa Nadal se llevó la victoria en tres sets en un partido épico en la Copa Masters que le mantiene con opciones de meterse en las semifinales de Londres

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Nadal, durante un partido. (AFP)

Maestro en Londres o no, pero sí Maestro en dejarse la piel en la pista. Rafa Nadal luchó hasta el final y terminó llevándose el duelo ante Daniil Medvedev tras levantar una bola de partido con 1-5 y llevar el duelo al tiebreak del tercer set, en un episodio más con tintes épicos cuando estos dos se tienen frente a frente. Su primera victoria en Londres le mantiene con opciones de meterse en las semifinales de Londres.

Apenas dos meses después de aquella apoteósica final en Nueva York, Rafa Nadal y Daniiil Medvedev volvían a verse las caras. Cualquier reencuentro después de aquel agónico partido de casi cinco horas aseguraba emoción. Y más aún por la urgencia de la victoria para ambos tras sus tropiezos en el debut en la Copa Masters. Faltaba por ver, eso sí, qué versión ofrecían en esta ocasión. Nadal estuvo irreconocible ante Zverev y Medvedev había puesto fin a una trayectoria espectacular de tres títulos en seis finales al encajar dos derrotas consecutivas, en París y Londres.

Pronto Nadal mostró que era otro, que sí era él quien estaba en la pista. No sólo por mostrarse más seguro y llevando la iniciativa con su servicio sino que cuando Medvedev amenazó con tomar ventaja, al balear no le tembló el pulso. Era el séptimo juego, con 3-3, Nadal cometía una doble falta que se traducía en bola de break para el ruso, la primera del partido. El español se la jugó en un intercambio larguísimo, atrajo a la red al moscovita como a un niño con un caramelo y terminó conectando el golpe ganador. Después una dejada y el error de su rival hicieron que subiera el 4-3 al luminoso.

Al otro lado de la pista, Medvedev seguía a lo suyo- con cuatro juegos en blanco con su servicio -y nos íbamos a la muerte súbita, una auténtica batalla a tumba abierta. El ruso atacó primero, pero Nadal respondió a continuación. Sin embargo, con 3-4 el español dudó, hizo amago de cubrirse el revés y el ruso le atacó a la derecha, sin tiempo de reacción. Un error que pagaría caro. El ruso no perdonaba y cerraba la manga 7-6(3) tras 55 minutos de partido en el que fue de menos a más.

Remontada épica en el tercer set

Tras su derrota ante Zverev, Nadal se reprochó su actitud en el partido. «Estoy decepcionado con mi espíritu competitivo», decía el balear. Ganara o perdiera, esta vez no ocurriría. Cedió el primer set, pero se empleó para convertir la primera bola de break e iniciar con ventaja la segunda manga. Una ventaja que tuvo que confirmar tras levantar un 0-30. No lo ponía fácil el de Moscú, pero el 2-0 subía al marcador.

No había opción de relajación, Medvedev se encargaba de recordárselo al otro lado de la red. Sus golpes y su mirada fija lo decían todo. Pero Nadal estaba más confiado y tranquilo que el otro día. El movimiento de piernas, la mente -aún con alguna que otra duda-, todo era diferente. En el noveno juego, a la tercera oportunidad, Rafa logró un nuevo break con el que cerraba la manga (6-3) y llevaba el duelo al tercer y definitivo set.

Tensión, milagro … y muerte súbita

Un set. Quien se lo llevara mantendría opciones de clasificarse a semifinales, quien perdiera sólo podría atenerse a un milagro. Nadal empezó sacando, pero dos errores consecutivos le pusieron contra las cuerdas de inicio en el set. Medvedev se adelantaba (0-1). El balear gozó de una bola de break en el segundo juego pero tras un largo intercambio de golpes de esquina a esquina se le fue por centímetros y no pudo poner el 1-1.

La cosa fue a peor. El ruso olía la sangre y se desataba. Abrió aún más la ventaja con un segundo break (0-3), una brecha ya demasiado difícil de cerrar, más con 1-5 y bola de partido. Mientras algunos hacíamos cuentas del milagro que necesitaba Nadal para apurar sus opciones de meterse en semis, ante lo que parecía una evidente derrota, Nadal obraba el milagro el solito en la pista. Recuperó un break, se apuntó su servicio con un nuevo break que llevaba el 5-5 al marcador. Recordamos del 1-5 al 5-5 y culminó la remontada y el milagro en el tiebreak. Tras dos horas y 49 minutos de partido, Nadal cerraba el encuentro 6-7(3), 6-3 y 7-6(4), regalando una nueva lección de superación y lucha.

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