Las palancas de Laporta, un arma de doble filo
La activación de las palancas y el fichaje de Raphinha unido a la renovación de Dembélé podría generar la falsa sensación de que el Barcelona ha dejado atrás sus problemas económicos. El fichaje de Lewandowski o Koundé implicaría una mejora deportiva evidente, pero a costa de ver decrecer los ingresos futuros por el concepto derechos de televisión. Llegados a este punto, ¿cómo podrían ser los siguientes años para el Barça haya o no haya éxitos deportivos?
De no haber vendido el 10% de los derechos el 30 de junio, el Barça habría tenido pérdidas por 160 millones. Con los gastos e ingresos ordinarios, el conjunto catalán tenía una desviación muy importante. No todos los años hay una palanca que activar para corregir las pérdidas. La esperanza de Laporta es que la mejora deportiva implique una subida de ingresos a corto plazo, aunque algunos de estos ingresos adicionales están seriamente comprometidos. Evidentemente el 25% de los derechos televisivos ya ha sido vendido y por tanto una mejora deportiva que suba esta partida no tiene por qué favorecer al Barça.
La subida del nivel deportivo podría implicar una subida de los ingresos por estadio, pero el Barcelona tiene programado ya su traslado a Montjuic en la temporada 2023/24 y ello implicará necesariamente la caída de ingresos por mucho que el equipo mejore mucho. El círculo virtuoso buscado por Laporta que se mueve en el eje éxitos deportivos-más ingresos está seriamente comprometido por las acciones llevadas a cabo por su club. Si ni siquiera un escenario de éxito es garantía de nada más que de disfrute temporal para sus aficionados, ¿qué supondría seguir sin ganar después de la inversión hecha?
Esta es la pregunta que ningún culé querrá hacerse. El Barça se encontraría en una situación que le obligaría a seguir renovando la plantilla, pero con muchos menos medios para poder realizar dicha reactivación. Es una apuesta a todo, en el mejor de los casos, o nada. Seguramente doblar puestos invirtiendo tanto dinero, como en el caso de Dembele- Raphinha o Aubameyang- Lewandowski, pasaría a ser una apuesta demasiado arriesgada y que conllevase la depreciación de alguno de los protagonistas.
El balón dictará sentencia y quizás el próximo presidente del Barça mirará las decisiones tomadas en este verano en el que el Barça amenaza con ser el rey del mercado a pesar de su precaria situación.
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