Bate a Djokovic en un partido histórico y está en semis de Roland Garros

Nadal sigue siendo el rey

Rafa Nadal se clasificó para las semifinales de Roland Garros después de derrotar a Novak Djokovic en un partido para la historia

Así vivimos la victoria de Nadal sobre Djokovic

El punto imposible de Nadal que dejó sentado a Djokovic

Nadal Djokovic
Rafa Nadal sigue siendo el rey
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

La historia de Roland Garros se escribe a partir de las gestas de Rafael Nadal y desde este miércoles, de madrugada, cuenta con una nueva página destacada. El partido más esperado del año, el del reencuentro entre Nadal y Djokovic, el rey y el vigente campeón, se decidió con victoria para el español (6-2, 4-6, 6-2, 7-6) en una batalla que obligó a permanecer con la boca abierta durante más de cuatro horas, admirando cada punto que los dos dioses del tenis eran capaz de completar, hasta que el mejor de ellos, al menos en tierra batida y en 2022, se llevó el gato al agua demostrando que sigue siendo el rey.

Nadal saltó a la pista central de Roland Garros, la Philippe Chatrier a pocos minutos de alcanzarse las 21:00 horas del martes. No era el horario que había solicitado el balear, que prefiere jugar de día e incluso debió reconocer que podíamos estar ante su último encuentro en el Grand Slam parisino. La fórmula no funcionó, las teles mandaron y el duelo en la cumbre ante Djokovic se jugaría de noche, algo que beneficiaba, a priori, al número uno de la ATP.

Rafa, sin embargo, sigue contando con la jerarquía y la cualidad casi divina de cambiar el guion de las cosas, y eso es lo que hizo desde el primer momento en el partido, sobre el papel de cuartos de final pero para todo el mundo una final anticipada. Conocedor de sus limitaciones físicas, Nadal lo dio todo desde el inicio y en el primer juego, primera maratón de la noche, se llevaba el gato al agua para comenzar rompiendo el servicio de Djokovic.

Era sólo el principio de una exhibición que se prolongó a lo largo del set y que permitió a Rafa quebrar en otra ocasión más el servicio de un Djokovic desdibujado y, sobre todo, descolocado por el huracán que tenía enfrente. Nadal estaba pegando todas y todas estaban entrando, hasta terminar de dibujar el 6-2 que, ya sin remedio, camparía en el luminoso como resultado final del primer set.

El nivel de juego de Nadal era tan delirante que sin quererlo había despejado de un plumazo las dudas surgidas con Aliassime. Nadie, lógicamente, se atrevía a pensar en una retirada cercana del genio de Manacor y si quedaba alguien, Rafa les hizo negar la mayor con su inicio de segundo set. Dos breaks, 3-0 y el mayor nivel tenístico que le hayamos visto en un tramo a un tenista en la presente temporada… hasta la reacción de Djokovic.

Nadal arrolla y Djokovic despierta

Se iba a producir, lo sabíamos, pero a lo que le estaba obligando Nadal, sobre todo en el plano mental, impedía pensar en un despertar tan meteórico de Nole, que para algo es el número uno del mundo y para muchos el mejor de la historia. El serbio comenzó a forzar con su derecha y a disparar con el revés y no tardó en darse cuenta de que esa era la única fórmula para darle la vuelta a la tortilla.

Cuanto más apretaba, mejor le iba y más cómodo se sentía, mientras Nadal veía como toda su ventaja se diluía como un azucarillo en una tortura lenta, lenta, tanto como la media hora que pasó entre el descanso del 3-2 y el del 4-3 favorable a Nole. Rafa resistiría con su servicio pero Novak había puesto la directa. 6-4 para el serbio en un set para la historia, de sólo diez juegos y 88 minutos de intercambios que no hacían sino dejar con ganas de más tenis fantasía entre los dos capos de París.

Nadal reina en el after

Tercer set y ya casi de madrugada en Roland Garros. Se abría el after con la pelota pesando cada vez más en el golpeo –malo para Rafa– y menos en la recepción –bueno para Djokovic–. El juego de efectos de Nadal se hacía menos efectivo pero el tesón del genio español es eterno. Repitiendo la fórmula de la agresividad y los puntazos de salida, Rafael volvía a adelantarse de inicio y tomaba ventaja consolidando el break a continuación.

De lo que podía haber sido un golpe durísimo para Nadal, que había pasado del 0-3 al 6-4 en el segundo set, se convirtió en una nueva ventaja, más tarde de dos breaks, y con el dominio de su derecha de vuelta. Era la primera vez en un Rafa-Nole que veíamos a uno de los dos con dos breaks de ventaja en algún momento de cada una de las tres primeras mangas. Nadal, con la lección aprendida, no iba a relajarse un ápice ahora y cerraría en 6-2 el parcial que le dejaba a sólo uno de la victoria y las semifinales.

Eterno Rafael Nadal

Como pasara en el tercero, Djokovic no se iba a quedar callado después del golpe de Nadal en forma de set. Había que empezar desde el inicio centrado y eso hizo el serbio, que tomó prestada la fórmula del éxito y rompió de inicio a Rafa, con varios puntos fantásticos –como en todo el partido– que dejaban un 3-0 y la cosa muy cuesta arriba para cualquier humano, pero no para Rafael Nadal.

Lo intentó en cada juego y fue quedándose cada vez más cerca, y más cerca, y más cerca… hasta que en el 5-3 y saque Djokovic dijo basta. Le había salvado el servicio, porque en cada punto en juego era Nadal el que se llevaba el gato al agua y finalmente, la lógica se impuso y Nadal remontaba por primera vez para igualar la contienda y mandarla, posteriormente, a un tie-break de ensueño. Ahí, con puño de hierro y la ascendencia de un trece veces campeón, Rafael Nadal Parera confirmó que este no será su último partido en Roland Garros. Porque sigue siendo el rey.

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