Es la primera que logra ganar un partido en el Grand Slam Junior

Nadal, la inspiración de una joven iraní que ha hecho historia en el Open de Australia

Meshkatolzahra Safi es una tenista iraní de 17 años que se ha convertido en la primera en participar y ganar un partido de Grand Slam junior de la historia de su país. La joven inició sus pasos en el tenis inspirada por Rafa Nadal, al que ha tenido la oportunidad ahora de conocer en el Open de Australia

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Rafa Nadal
Safi, la tenista iraní que ha hecho historia al ganar un partido en el Open de Australia Junior (Getty)

El Open de Australia nos está dejando grandes momentos en la pista y algunas historias emocionantes como la de Meshkatolzahra Safi, una chica iraní de 17 años que se acaba de convertir en la primera tenista en su país que logra ganar un partido de Grand Slam Junior y la primera en competir en más de cuatro décadas. La joven hizo caso omiso a todas las voces que le decían que lo dejara, ha roto todas las barreras y sigue persiguiendo un sueño por el que comenzó a luchar inspirada por Rafa Nadal. 

“Este fue un gran paso, el mayor paso en mi carrera”, decía Meshkatolzahra Safi, que no sólo había hecho historia en su país al ser la primera tenista (chico o chica) en disputar una edición del Grand Slam Junior  desde que lo hiciera Y. Saleh en 1978, sino que además se llevó la victoria en su debut en el Open de Australia. Con tan sólo 17 años y con un montón de impedimentos para dedicarse al tenis profesional en su país,  Sofi ya puede presumir de estar entre las 100 mejores del ranking entre las tenistas más jóvenes.

Su pasión por el tenis le llegó con apenas 8 años viendo junto a su madre un partido de Rafa Nadal. Safi sintió curiosidad y buscó una pista en la que poder jugar al mismo deporte que el balear. Se inscribió en la Iniciativa de Tenis Junior (JTI) de la ITF cerca de Teherán, para niños menores de 14 años, y enseguida demostró su gran habilidad con la raqueta.

Sus primeros títulos nacionales llegaron con diez años, después añadió títulos juveniles de la ITF hasta ir escalando posiciones entre las mejores raquetas a nivel mundial dentro de su categoría. Un éxito fruto de su talento y tesón, pues fueron muchos los que le invitaron a bajar los brazos y abandonar un sueño que se les antojaba imposible.

Encuentro con Nadal

«Cuando comencé, todos en Irán decían que era imposible y que no podía jugar Grand Slams, especialmente mi madre. Es por eso que nunca le conté mi sueño a nadie, sólo seguí insistiendo», contó Safi en una entrevista con la ITF. «Jugar al tenis profesional en mi país es muy difícil. Me costó mucho jugar torneos, conseguir visas y no tener patrocinadores muchas veces. He continuado en todas las situaciones difíciles de mi vida, y sólo espero continuar más. A todos los que tengan un sueño, crean en ustedes mismos» dijo la iraní, que quiere servir de inspiración a otros jóvenes para romper todas las barreras y perseguir sus sueños.

“Es un día especial para el tenis iraní y estoy muy feliz de compartir estos sentimientos con los iraníes. Ahora soy una de las buenas razones por las que la gente puede ver tenis en mi país”, comentó Sofi. Además de celebrar su victoria en el primer partido del Open de Australia Junior, Sofi tuvo la oportunidad de conocer en persona a Nadal, su fuente de inspiración.

Sigue los pasos de Bahrami

Con este nuevo hito, Safi espera abrir un nuevo camino en el tenis iraní, que no contaba con una promesa en el circuito desde tiempos de Mansour Bahrami (Arak, 1956). Él también tuvo que hacer frente a numerosas barreras, no sólo por su origen humilde sino también por la Revolución de Irán, pero superó los obstáculos y con su talento en la pista y carisma se ganó el cariño y aprecio de jugadores y aficionados del deporte de la raqueta.

Mansour Bahrami, durante el torneo de Wimbledon para mayores de 45 en 2003 (Getty)

Tuvo una carrera discreta -su mejor ranking en singles fue el número 192 – y sólo ganó un partido individual de Grand Slam, aunque puede presumir de haber sido finalista de Roland Garros en 1989 en dobles junto al francés Eric Winogradsky y de ser uno de los tenistas más recordados por su característico bigote y sus habituales malabares en la pista.

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