La MSN sella el billete a los cuartos (3-1)

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Suárez, Neymar y Messi marcaron contra el Arsenal. (Reuters)
Javier Iglesias

Sin hacer un gran partido, pero tampoco sin sufrir demasiado. Al Barcelona sólo le hicieron falta tres chispazos de la MSN para sellar el billete para los octavos de final ante un Arsenal voluntarioso, pero sin puntería ni la calidad necesaria para firmar una machada como la que necesitaba.

Wenger volvió a hacer una de las suyas y salió con los brazos bajados al Camp Nou. En el momento en el que la alineación se hizo oficial y empezó a correr por las redes sociales el Arsenal ya perdía 1-0. Al técnico francés no se le ocurrió otra cosa que hacer rotaciones en el partido en el que se jugaba sus opciones para llegar a los cuartos de final. En el banquillo se quedaban Coquelin, Mertesacker, Giroud o Walcott, titulares habituales. Elneny o el joven Owobi eran de la partida. Experiencia en la Champions no le sobraba a unos jugadores que entre los dos sumaban cinco minutos en la competición en su carrera. Junto a ellos, Flamini, al que el fútbol le abandonó hace ya unas cuantas temporadas.

Sin embargo, no entraron mal los ingleses al partido. Antes de llegar a los diez minutos de encuentro Özil probó suerte con su zurda desde la frontal en un disparo que se marchó por poco. No tardó mucho en volver a intentarlo el Arsenal, esta vez a través de las botas de Elneny.

Los dos intentos no hicieron otra cosa que agitar y despertar al Barcelona. Primero fue Messi el que tuvo en su pies abrir el marcador, pero el colombiano Ospina lo evitó con un paradón a bocajarro. Neymar no avisó. En la segunda intentona azulgrana en el partido se plantó ante el meta para batirle por bajo y pegadito al poste. Luis Suárez lo fabricó y el brasileño la enchufó. 

 

La segunda mitad arrancó con sorpresa, el egipcio Elneny firmó un golazo para darle cierta emoción. Wenger dio la orden a Giroud y Walcott para que saltasen a calentar y el Barça quedó un tanto tocado por el inesperado tanto gunner.

Ante a torrija azulgrana, el Arsenal decidió creérselo e intentarlo. Quizá era tarde, pero Welbeck tuvo la oportunidad de hacer el segundo. El delantero inglés se metió en el área y cuando parecía que batir a Ter Stegen era más que fácil apareció Mascherano. Ese al que siempre quieres en tu equipo. Ese que siempre aparece cuando tienes un problema. El Jefecito se lanzó y evitó lo que hubiese supuesto alarmas encendidas en el Camp Nou. 

Entonces apareció Luis Suárez

Cuando más apretaba el Arsenal y soñaba con la remontada, apareció Luis Suárez para chafar las ilusiones inglesas. El uruguayo firmó uno de esos goles que no faltará en el ránking de los mejores de esta edición de la Champions. Con una volea espectacular envió el balón a la escuadra de la meta de Ospina. Nada pudo hacer el portero salvo intentar sonreír para salir bien en la foto del gol que ocupará las portadas de los periódicos.

 

Con la clasificación en el bolsillo, el Barça volvió a bajar el pistón y jugar a medio gas. De esa forma, Ter Stegen tuvo la oportunidad de lucirse y mandar un mensaje a aquellos que se olvidan que el Barça tiene (habitualmente) en el banquillo un portero alemán que no lo hace nada mal. Messi puso la guinda a la eliminatoria cerrando el partido con una picadita ‘made in Leo’ para certificar el pase a unos cuartos de final donde todos le temen.

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