CHAMPIONS LEAGUE: REAL MADRID VS BAYERN MÚNICH

El gafe de Ancelotti que ‘elimina’ al Bayern

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Zinedine Zidane y Carlo Ancelotti. (Getty)
Miguel Zorío

El Bayern visita el Santiago Bernabéu dispuesto a darle la vuelta a la eliminatoria. Para ello sólo les vale la victoria. O ganan o se van a casa. Lo malo es que cuentan con un gafe entre ellos, su entrenador. Carlo Ancelotti ha pasado por ocho equipos (contando el Bayern) y nunca jamás ha pasado del empate en su primera visita a sus ex equipos. Una estadística que los bávaros no quieren ni escuchar, puesto que les eliminaría de la Champions.

Al técnico transalpino no se le dan nada bien la vuelta a casa. Todo comenzó en la ciudad italiana Reggo Emilia. Ancelotti estuvo un año en el Reggiana donde dirigió tan sólo dos encuentros antes de poner rumbo al Parma en la 96-97. El 16 de febrero volvió al estadio de su ex equipo en un duelo correspondiente a la Serie A. El Parma visitaba a uno de los peores conjuntos de la liga, sin embargo, no fueron capaces de pasar del empate a cero. Al final de esa temporada el Reggiana terminó último y descendió a la Serie B mientras los de Ancelotti fueron segundos.

Años después fichó por la Juventus y, de nuevo, se repitieron los mismos hechos. Regresó al Ennio Tardini de Parma y batacazo. Del Piero adelantó a la Vecchia Signora de penalti en el 69. Parecía que los tres puntos se iban para Turín, hasta que Hernán Crespo puso las tablas en el 92. Otra vez se la pegaba en su primera visita. Ahí comenzó a sonar la idea de que portara un maleficio que le impidiera llevarse la victoria.

En 2001 tomó las riendas del Milan. Allí ganó dos Ligas de Campeones, una liga, una Supercopa de Italia, un Mundial de Clubes, una Copa de Italia y dos Supercopas de Europa, pero tampoco consiguió ganar en su regreso a Turín. Otra vez golpeaban primero los del preparador italiano, como en el Parma-Juve, con gol de José Mari y Zambrotta ponía el 1-1 definitivo.

No hay manera de que se lo quite, el gafe le persigue allá donde va. De momento se queda ahí, ya que desde que se marchó de Milan no ha regresado. Tampoco ha visitado París y Londres desde que saliera de PSG y Chelsea y el martes volverá por primera vez al Santiago Bernabéu dos años después de su salida, con la esperanza (para los madridistas) de que prolongue su gafe y el Madrid consiga el pase a semifinales otro año más.

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