Carlos Soler está maduro

El pasado 17 de mayo, cuando todos los medios hablaban del interés del Barcelona en Carlos Soler y Gayà, OKDIARIO lo adelantó de manera categórica: el Atlético va a por Carlos Soler. Ahora ya no sólo es de dominio público, sino que parece que la operación está dando sus coletazos finales. Salvo intromisión de un tercer club -como sucedió con Boubakar Kamara- el valenciano será rojiblanco la próxima temporada. Al igual que sucedió con Griezmann se trata de un deseo expreso de Simeone.

El Atlético lleva tiempo detrás de Soler y hace dos temporadas, tras la marcha de Thomas al Arsenal, fue el jugador al que intentó fichar. El Valencia no dio entonces su brazo a torcer, pero la situación ahora ha cambiado radicalmente porque al futbolista le queda sólo un año de contrato y no quiere renovar. O se le traspasa ahora o a partir de enero de 2023 será libre para decidir su futuro. Está claro que éste es el momento.

El Valencia empezó pidiendo 40 millones de euros, pero la posición parece haberse suavizado sensiblemente y se estaría ahora hablando de una cantidad cercana a la mitad que puede ser incluso rebajada con futbolistas que puedan interesarle a Gatusso, nuevo técnico valencianista. La idea es cerrar la operación antes del 30 de junio para que pueda ser incluida en el ejercicio contable de esta temporada, requisito indispensable para cuadrar cuentas y adecuarse al límite salarial.

Soler está encantado con su traspaso al Atlético y al parecer ya habría hablado con Simeone, que ha compartido con él las ideas que tiene con respecto a su posición en el campo. El valenciano va a adquirir galones desde el primer momento, especialmente en las acciones a balón parado, cuya eficacia ha ido periclitando en el equipo rojiblanco. El futbolista internacional ocupará en la plantilla el puesto que ha dejado vacante el mexicano Héctor Herrera y competirá por un hueco en el once titular con Llorente, Kondogbia, De Paul y Koke, a la espera de saber qué es lo que pasa con Saúl. Una línea media de altísima calidad con la que afrontar una temporada de máxima exigencia.