Batalla campal en un partido de primera regional en Oviedo

Erradicar la violencia en el fútbol es uno de los grandes objetivos de las instituciones desde hace años, pero no es nada sencillo. Es habitual ver tanto agresiones verbales como físicas a árbitros y también entre los propios jugadores, como se vivió este domingo en el partido entre el Pumarín y el Luarca de la primera regional de Oviedo, que tuvo que ser suspendido a diez minutos del final por una auténtica batalla campal entre los futbolistas de ambos equipos.

Según apunta El Comercio, los insultos de una aficionada desde la grada comenzaron a generar un clima de tensión entre ambos conjuntos que derivó en una salvaje pelea sobre el terreno de juego. Las versiones son varias y contradictorias según las partes, pero la realidad es que la imagen que queda del encuentro es vergonzante, tal y como se aprecia en el vídeo inferior.

Oviedo ayer,primera Regional. Pumarín contra Luarca. no es al árbitro pero hay más ostias que en una iglesia pic.twitter.com/PAn0DIzE3d

— Fútbol libre (@futbol_libre) March 9, 2020

Los hechos tuvieron lugar en el minuto 78 de partido. Según refleja el acta arbitral, el colegiado se vio obligado a suspender el duelo después de haber expulsado a un jugador del Pumarín y a su delegado, y a dos futbolistas del Luarca. A su vez, el árbitro avisó al club local para que llamara a la Policía, que se presentó con celeridad en el Luis Oliver. El partido concluyó con 1-0 para el Pumarín, que estudia resentar pruebas documentales de la pelea a la Policía para denunciar los hechos.

Este fue el acta del encuentro acabado en batalla campal: «El partido se detuvo debido a un enfrentamiento entre los espectadores en la grada que, según nos comunican al término del encuentro ambos delegados, se produce entre los aficionados de ambos clubes. A continuación, distintos jugadores suplentes y miembros del cuerpo técnico del club local, entre los que identificamos al delegado local, se dirigieron de forma amenazante a la grada. Debido a este motivo, varios jugadores del equipo visitante se dirigieron a la zona del banquillo local, iniciándose un tumulto entre los jugadores y cuerpo técnico de ambos clubes. Se producen distintas agresiones físicas, en las que solo logra identificar a tres futbolistas. Tras analizar la situación con mis asistentes, tomamos la decisión de suspender definitivamente el partido, ante la actitud conflictiva de jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos y la imposibilidad de continuar el partido en condiciones de normalidad».