El Barça se atasca en la Europa League
El FC Barcelona ha sumado un decepcionante empate en casa frente al Galatasaray en la ida de octavos de final de la Europa League. Frente a un rival que llegaba hecho polvo al Camp Nou y con todo a favor para encarrilar la eliminatoria, el equipo catalán firmó su peor partido de los últimos tiempos y apenas logró la manera de inquietar a su canterano Iñaki Peña, muy seguro en las pocas veces que tuvo que intervenir. Tocará arremangarse en Estambul.
Diseñó Xavi rotaciones en todas las líneas salvo en la portería, donde Neto se puede dar por enterrado para lo que resta de temporada. Descanso para Gerard Piqué y el capitán Sergio Busquets y titularidad en ataque para Memphis Depay, que fue el más incisivo de los locales en una primera parte mala tirando a pésima del Barça
Al otro lado esperaba un rival cuyo hombre más peligroso se sentaba en el banquillo. Domenec Torrent, antiguo asistente de Pep Guardiola y buen amigo de Xavi, supo situar a sus pupilos y hacerles olvidar su mal momento: duodécimos en la liga turca y dos victorias en sus diez últimos partidos. El otro fuego amigo estaba en la portería, Iñaki Peña, canterano azulgrana que debutaba en el Camp Nou con la camiseta del visitante.
Con Jordi Alba como capitán el día que cumplía 100 partidos en competiciones europeas, el Barça empezó bailando al son de Adama Traoré, que volvió tarumba a Van Aanholt en un par de jugadas. Fue un espejismo, pura gaseosa ante un rival que tenía las ideas muy claras y fue espesando el partido con el paso de los minutos. Un par de feas patadas a Pedri dejaron claro que quién era el hombre a frenar.
Viscoso en su juego, recordando alarmantemente a la ‘era Koeman’, el Barça no elaboraba con velocidad y tampoco mordía para recuperar la pelota en defensa. Quedaba el recurso a las jugadas aisladas y fueron sendos disparos lejanos de Memphis, uno de tiro libre y otro desde el pico del área. Ambos olían a gol y ambos toparon con la buena estirada de Iñaki Peña, muy motivado en su día especial.
En ataque, Torrent disponía de dos viejos conocidos del fútbol español, Sofiane Feghouli y Ryan Babel, pero fue Akturkoglu quien amenazó de verdad. El joven extremo turco firmó una cabalgada excepcional, dejó atrás a dos rivales y solo la rodilla de Eric García impidió que firmara un gol antológico. El Barça ganaba el vestuario aturdido y Xavi ya no esperó para patear el avispero.
Los cambios tampoco cunden
Tres cambios de una tacada en el descanso, uno por línea. Fuera Araujo, Nico y Ferran Torres. Dentro Piqué, Busquets y Dembélé. La entrada de las dos vacas sagradas más el agitador por excelencia activó al Barcelona. Habían tirado medio partido a la basura, pero tenía otro medio por delante para desarbolar a un rival ordenado, pero manifiestamente inferior. Rozó el primero con un cabezazo Busquets, que volvió a topar con Peña, y Xavi metió más pólvora con Aubameyang, ovacionado por el Camp Nou.
El Galatasaray se terminó de meter en la cueva y se barruntaba avalancha sobre el portero alicantino. Ya iba siendo hora de que el pez grande se comiera al pequeño. Intentos lejanos de Jordi Alba y Frenkie de Jong, liberado por Busquets de su tareas de pivote. Pero no llegaba esa jugada cristalina, una combinación bien armada que dejara el camino despejado al gol. De Jong al palo en un jugada anulada. El Barça no conectaba con el Pedri más gris de los últimos partidos y seguramente eso lo explicaba todo.
Y llegó el susto que silenció al Camp Nou. Bafétimbi Gomis, otro ilustre veterano del fútbol europeo, ganó la espalda a la defensa azulgrana y batió a Ter Stegen. Gol anulado por fuera de juego. El partido era plomizo de nuevo y el juego local, lento y previsible. Al Barça le quedaba un cuarto de hora para evitar un resultado más que decepcionante, sobre todo después de las expectativas despertadas tras su sobresaliente mes de febrero.
No bastó el empuje de un Camp Nou más que entregado pese al pobre desempeño de su equipo. El Barça siguió enredado en sus imprecisiones y rompió su racha de cuatro victorias consecutivas. No se quedaba sin marcar desde su fatídica visita a Múnich hace tres meses. La ‘Xavineta’ gripó en el momento menos indicado y su misión europea queda una semana en el aire. Tocará cumplirla en el ambiente infernal que siempre espera en Turquía.
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