El truco infalible que pasa de madres a hijas: así puedes ahorrar miles de euros cada año

Cuando pensamos en estrategias para ahorrar dinero, solemos creer que vamos a tener que hacer grandes sacrificios para lograr nuestro objetivo.  Sin embargo, existen métodos mucho más simples para controlar los gastos sin tener que renunciar a lo que nos gusta. En este sentido, una de las lecciones más valiosas que podemos aprender de nuestras madres es la importancia de ser espabiladas con las compras, sobre todo cuando se trata de aprovechar las rebajas y las promociones.

Uno de los ejemplos más claros de este tipo de tácticas es el que comparte Jen Glantz, quien ha incorporado pequeños trucos en su rutina diaria que le han permitido sacar el máximo provecho a sus compras. En lugar de realizar compras impulsivas, prefiere tomarse su tiempo y esperar el momento adecuado para hacer la compra, lo que ha transformado su forma de ver las compras. En lugar de considerarlas un gasto inmediato, ahora las percibe como una inversión que puede resultar en grandes ahorros a largo plazo.

Las claves para ahorrar en las compras

Una de las primeras lecciones que Jen aprendió de su madre fue la de no comprar nada a su precio original si no es estrictamente necesario. Cuando se trata de ropa y accesorios, por ejemplo, muchas veces los precios varían a lo largo de las semanas y las temporadas. Jen recomienda aprovechar las rebajas cuando los precios bajan al menos un 20%.

Además, Jen está suscrita a las notificaciones de sus tiendas favoritas para estar al tanto de las ofertas y descuentos. Con el tiempo,  ha aprendido que muchas tiendas tienen horarios específicos en los que lanzan descuentos, y conocer estos patrones le ha permitido planificar sus compras de manera más efectiva.

Por otro lado, en lugar de dejarse llevar por la emoción del momento cuando ve algo que le gusta, ella haz una foto del producto que le interesa y espera a que lleguen las rebajas para comprarlo. Este enfoque no sólo le ha permitido ahorrar, sino que también le ha enseñado a reflexionar sobre sus compras y a cuestionarse si realmente necesita ese artículo en particular.

Políticas de las tiendas

Jen también aprendió de su madre a preguntar directamente a las tiendas por descuentos o ajustes de precio. En muchos casos, las tiendas están dispuestas a ofrecer descuentos adicionales a los clientes que se comunican con su servicio de atención al cliente. A veces, un simple correo electrónico o una llamada telefónica puede resultar en un código de descuento del 10% o incluso más, lo que puede hacer una gran diferencia en el precio final.

Tampoco duda en preguntar a las tiendas si van a tener rebajas en los próximo días o si están dispuestas a igualar el precio de sus competidores. A veces, ésta simple pregunta puede resultar en un descuento adicional o una oferta exclusiva, lo que hace que sus compras sean aún más económicas.

Hábitos saludables de consumo

Finalmente, uno de los aspectos más importantes de la estrategia de compra de Jen es evitar caer en las compras impulsivas, tal y como recoge Business Insider. Este hábito ha sido fundamental para evitar el gasto innecesario y excesivo y para asegurarse de que sólo compra lo que realmente necesita.

Jen ha aprendido a reflexionar sobre cada compra antes de hacerla, lo que le ha permitido desarrollar hábitos más saludables. En lugar de dejarse llevar por el deseo inmediato de tener algo, ella se toma su tiempo para esperar las rebajas, investigar las mejores ofertas y reflexionar sobre si realmente lo necesita.

Esta filosofía de compra ha sido clave para ahorrar miles de euros al año. En lugar de gastar de manera impulsiva, Jen ha aprendido a hacer compras más inteligentes, planificadas y, lo más importante, sostenibles.

‘Gastos vampiro’

Finalmente, queremos hablar de los conocidos como «gastos vampiro», aquellos gastos pequeños y constantes  que, aunque parecen insignificantes en el día a día, con el tiempo pueden drenar una cantidad considerable de dinero.

Un ejemplo típico de gastos vampiro son las suscripciones automáticas a servicios que olvidamos cancelar, como aplicaciones, plataformas de streaming o membresías en gimnasios. Aunque estos cargos suelen ser pequeños, cuando se suman mes tras mes, pueden representar un gasto significativo que pasa desapercibido.

A menudo, los «gastos vampiro» se originan en decisiones que tomamos en el momento, como pedir comida a domicilio o suscribirnos a servicios online de manera impulsiva. Estos gastos, aunque pueden parecer inofensivos en el momento, se acumulan y afectan negativamente nuestras finanzas si no prestamos atención a ellos.

Para evitar caer en este tipo de gastos, es importante llevar un control detallado de las suscripciones, revisar periódicamente las finanzas y ser conscientes de nuestras decisiones de compra. Detectar y eliminar estos «gastos vampiro» puede hacer una gran diferencia en la salud económica personal, permitiéndonos ahorrar dinero y tomar decisiones más inteligentes a largo plazo.