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La tienes en casa y estás perdiendo dinero: la moneda de 5 pesetas que vale hasta 40.000 €

Moneda de 5 pesetas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En pleno siglo XXI, cuando los pagos digitales y las criptomonedas parecen dominar la conversación, el valor de una moneda física puede parecer cosa del pasado. Sin embargo, el mundo de la numismática sigue muy vivo, y no sólo entre expertos o coleccionistas. Cada vez más personas descubren, casi por casualidad, que una moneda olvidada en un cajón puede convertirse en un auténtico tesoro. El caso de una moneda de 5 pesetas que puede alcanzar los 40.000 euros es el ejemplo perfecto de cómo un objeto cotidiano puede adquirir un valor extraordinario.

Es importante destacar que el valor de una moneda no sólo depende de su antigüedad. La conservación, la pureza de los metales, la historia detrás de su acuñación y los detalles de fabricación influyen enormemente en su cotización. Una moneda puede haber sido producida en masa, pero si sólo unas pocas sobrevivieron al paso del tiempo en buen estado, su valor puede multiplicarse exponencialmente.

La moneda de 5 pesetas de 1869

La moneda en cuestión es una pieza acuñada en 1869 durante el periodo del Gobierno Provisional en España, justo antes de la proclamación de Amadeo I como rey. A pesar de llevar la fecha de 1869, estas monedas no comenzaron a producirse hasta enero de 1870. Su aparición responde a una necesidad urgente del Gobierno de estabilizar la economía y generar confianza tras la caída de Isabel II. Fabricadas en plata, estas monedas pesaban 25 gramos y presentaban un diseño muy simbólico que ha contribuido a su valor actual.

El diseño fue obra de Luis Marchionni y Hombrón, grabador oficial de la Casa de la Moneda de Madrid, que trabajó durante varios regímenes, desde Isabel II hasta Alfonso XII. En el anverso de la moneda se representa a una mujer coronada, figura alegórica de España, recostada y con una rama de olivo en la mano derecha, un símbolo clásico de paz. En el reverso aparece el escudo de España, rodeado por las palabras «Gobierno Provisional» y el valor facial de 5 pesetas.

Lo que realmente dispara el valor de esta moneda es su rareza. Se calcula que la tirada fue muy limitada y, por tanto, pocas piezas han llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación. Además, hay detalles que los expertos tienen muy en cuenta, como las siglas SNM, que aparecen en el reverso. Estas iniciales hacen referencia a Donato Álvarez Santullano, Rafael Narváez y Ángel Mendoza, quienes desempeñaban los roles de ensayadores y juez de balanza, figuras cruciales en el control de calidad y composición de las monedas.

El juez de balanza, en particular, era responsable de verificar el peso exacto de los metales preciosos usados en la fabricación. Su función era esencial para garantizar que cada moneda tuviera el valor real correspondiente al metal con el que estaba hecha. Esta meticulosidad contribuyó a que las monedas de aquella época gozaran de gran prestigio dentro y fuera del país.

Un ejemplo claro de cuánto puede valer esta pieza lo encontramos en una subasta celebrada en febrero de 2010, donde una moneda de 5 pesetas de 1869 en estado FDC (Flor de Cuño, es decir, con todo su brillo original) alcanzó la asombrosa cifra de 40.000 euros. Esto demuestra que no todas las monedas de esta fecha tienen ese valor, pero aquellas que están perfectamente conservadas, sin circular, y con todos sus detalles intactos, pueden considerarse verdaderas joyas numismáticas.

Las monedas más valiosas

La antigüedad de la moneda es uno de los principales factores que influye en su valor. En términos generales, a mayor antigüedad, mayor es el precio. Sin embargo, la autenticidad es otro aspecto fundamental; las monedas falsificadas o copias carecen de valor numismático.

El material con el que se acuña una moneda también juega un papel importante, especialmente si está hecha de metales preciosos como el oro o la plata. Además, el valor de una moneda aumenta considerablemente si tiene relevancia histórica o cultural, o si se conserva en un estado excelente, sin desgastes ni alteraciones visibles.

La escasez también tiene un impacto directo en el valor de una moneda. Las piezas emitidas en tiradas limitadas o que presentan errores de fabricación suelen ser más valoradas. Según el portal Oro Bilbao, entre las monedas más codiciadas de España se encuentran el Centén de Felipe III, que puede alcanzar hasta dos millones de euros. Le siguen las monedas de 20 excelentes de los Reyes Católicos, las onzas de oro de Isabel II, y la moneda de 8 escudos de Fernando VII, acuñada en 1821.

También destacan las 20 pesetas de Alfonso XIII, las 100 pesetas de la I República de 1870, y las monedas de 25 pesetas de 1966. Además, las 100 pesetas con la estrella «69», la peseta de 1947 y el duro de Alfonso XIII de 1888 se encuentran entre las más valoradas.

En conclusión, las monedas valiosas en la numismática son aquellas con antigüedad, autenticidad, material precioso, relevancia histórica y escasez. La correcta conservación y posibles errores de fabricación también aumentan su valor.

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