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Ni se te ocurra tener esta planta en el jardín: poca gente lo sabe, pero es la peor que hay para los alérgicos

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

En primavera salir a la calle es un suplicio para los alérgicos. Entre el polen y los brotes de los árboles, es común que empiecen a estornudar, toser, y para los asmáticos hasta respirar. Es por eso que llegar a casa suele ser un momento de calma y relajación de tanto malestar… pero hay quienes no pueden decir lo mismo.

Hay casos en los que la alergia sigue en casa, y esto es porque, sin saberlo, hay plantas que hacen más daño del que parece. Y, aunque sean muy hermosas, lo mejor es no tenerlas cerca.

Esta es la planta que los alérgicos deberían evitar tener en casa

La planta que es considerada una enemiga para quienes sufren alergias es la Acacia dealbata, más conocida como mimosa. A simple vista parece inofensiva. Tiene un follaje verde plateado que es bonito, incluso elegante, y cuando florece en invierno se llena de pompones amarillos que alegran cualquier rincón. Pero esa belleza esconde un problema serio.

Es originaria del sureste de Australia, aunque en España se ha asentado con fuerza, sobre todo en Galicia, el norte y varias zonas del litoral mediterráneo. A pesar de estar incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, sigue decorando jardines y terrazas como si nada.

Además, mucha gente la planta en el jardín o la cultiva en macetas, sin saber que, en su época de floración, y después de ella, puede convertirse en una auténtica pesadilla para los alérgicos.

¿Por qué da alergia esta planta?

El problema está en su polen. La mimosa libera proteínas que actúan como alérgenos: disparan una respuesta del sistema inmunitario en las personas sensibles. Y lo peor es que no hace falta ni tocarla, con estar cerca ya puede notarse.

Lo típico es empezar con estornudos, picor de nariz, los ojos rojos o incluso esa sensación de ahogo que conocen los asmáticos. Pero también puede provocar urticaria, sarpullido o malestar estomacal.

Así que si te notas raro en casa, y justo coincide que tienes una mimosa floreciendo cerca… puede que ya tengas al culpable.

¿Qué hacer si se tiene esta planta en casa?

Tenerla no significa que haya que tirarla a la basura o talarla, pero sí conviene tener cuidado. Lo primero es saber si eres alérgico. Si ya lo sabes, lo lógico es tomar medidas.

Durante su floración, mejor mantenerla alejada. Y si no tienes más remedio que pasar cerca, evita el contacto directo y, si puedes, usa mascarilla.

También ayuda consultar con un alergólogo. En muchos casos, los antihistamínicos o los tratamientos específicos pueden controlar los síntomas. Pero lo esencial es reducir la exposición.

¿Cómo cuidar una mimosa sin que te complique la vida?

Si decides conservarla, ten en cuenta que no es una planta para dejar sin cuidados. Necesita mucha luz, suelo bien drenado y no puede tener encharcamientos. Odia el frío, el viento fuerte la debilita, y si vive en una maceta, debe tener espacio suficiente para crecer.

En cuanto al riego, lo ideal es mantener la tierra húmeda, pero sin pasarse. Y después de la floración, un buen recorte en las ramas le vendrá de maravilla.