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Ni iPhone ni Samsung: estos son los únicos móviles que resistieron al apagón

Móviles durante el apagón
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El pasado 28 de abril, España vivió una situación extraordinaria que dejó en evidencia tanto la fragilidad de nuestras infraestructuras como la inesperada resistencia de tecnologías que muchos ya creíamos obsoletas. Cerca del mediodía, una interrupción masiva en el suministro eléctrico afectó a gran parte del país, provocando un apagón que paralizó hogares, negocios y, lo más alarmante, los sistemas de comunicación. Millones de ciudadanos se vieron repentinamente incomunicados: los smartphones más avanzados dejaron de tener señal y las redes móviles más modernas se vinieron abajo. Sin embargo, en medio del caos, varios móviles considerados «anticuados» lograron sobrevivir al apagón: los teléfonos 2G.

Mientras muchos trataban en vano de enviar un mensaje por WhatsApp o hacer una llamada, algunos recurrieron a antiguos terminales guardados en cajones, que funcionaban con la red 2G. Estos móviles, básicos en diseño y funciones, demostraron ser inesperadamente fiables en un momento crítico. La pregunta es inevitable: ¿cómo es posible que esta tecnología, considerada por muchos como obsoleta, haya resultado ser la más eficiente en un escenario de emergencia?

¿Qué móviles sobrevivieron al apagón?

El apagón no sólo afectó a la electricidad de hogares y edificios públicos, sino también a las infraestructuras de telecomunicaciones, que hoy en día están interconectadas con el suministro eléctrico y dependen de una gran cantidad de sistemas auxiliares para mantenerse operativas. Las redes 4G y 5G, por ejemplo, necesitan una serie de componentes adicionales como servidores en la nube, antenas de alta capacidad, nodos intermedios y otros sistemas digitales. Todo esto requiere una alimentación energética constante.

Cuando se interrumpe el suministro eléctrico, estos sistemas, aunque cuentan con baterías de respaldo o generadores, no siempre logran mantenerse activos durante mucho tiempo. Y en una situación de corte masivo, el esfuerzo por mantener todos los puntos de conexión funcionando es simplemente insostenible.

Red 2G

A diferencia de las redes modernas, la tecnología 2G (específicamente basada en el sistema GSM) está diseñada con un enfoque mucho más sencillo y robusto. Fue creada en una época en la que los móviles sólo servían para hacer llamadas y enviar mensajes de texto. Su funcionamiento depende principalmente de antenas que emiten señal sobre un espectro menos exigente y mucho más eficiente desde el punto de vista energético.

Este diseño permitió que, en medio del apagón, algunas de estas antenas 2G continuaran operativas y, por lo tanto, los móviles funcionaran. Muchas de ellas están conectadas a fuentes de energía independientes o sistemas de respaldo de bajo consumo y, además, al haber tan pocos usuarios activos en estas redes hoy en día, la carga fue mínima, lo que evitó su colapso.

Precisamente, uno de los motivos clave por los que los móviles 2G aguantaron el apagón tiene que ver con su escaso uso actual. La mayoría de las personas ha migrado hace años a smartphones con 4G o 5G, dejando los antiguos móviles  en el olvido. Esa baja demanda fue su mayor ventaja: mientras que las redes modernas estaban saturadas por miles de personas intentando conectarse al mismo tiempo, las redes 2G operaban sin ningún tipo de problema.

Aunque pueda parecer extraño, muchas personas aún conservan un teléfono 2G en casa. A menudo es un móvil de repuesto, guardado por si acaso, o un dispositivo utilizado por personas mayores que no se sienten cómodas con los smartphones modernos.

Durante el apagón, quienes disponían de uno de estos teléfonos y una fuente de energía auxiliar, como una powerbank o una batería externa, pudieron mantener el contacto con familiares, emergencias o amigos. Sin embargo, la comunicación sílo era efectiva si la otra persona también tenía un dispositivo compatible, lo que limitaba en parte su utilidad, pero no restaba valor a su capacidad de funcionamiento.

En muchos países desarrollados, las redes 2G se han desactivado completamente para liberar el espectro radioeléctrico y dedicarlo a tecnologías más modernas como el 4G o el 5G. Esto ha obligado a millones de personas a actualizar sus dispositivos, algo que no todos pueden permitirse, especialmente en regiones en desarrollo como ciertas zonas de África o Asia, donde el acceso a tecnología de última generación es más limitado.

España, por el contrario, ha optado por mantener activa la red 2G, y no por razones sentimentales, sino prácticas. Esta tecnología sigue siendo necesaria para una gran variedad de usos: alarmas de seguridad, ascensores, terminales de pago, sistemas de monitoreo industrial y teléfonos diseñados para personas mayores o con necesidades especiales. El apagón del 28 de abril no hizo más que reforzar la importancia de conservar esta infraestructura como una vía alternativa de comunicación.

Lo ocurrido en España debería servir como una llamada de atención. La dependencia total de tecnologías avanzadas, por muy útiles y eficientes que parezcan en condiciones normales, puede convertirse en una debilidad en contextos de crisis. La diversificación de los sistemas de comunicación y la conservación de tecnologías más simples, pero fiables, pueden marcar la diferencia.

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